Harry recibe una carta del Banco Mágico de Gringotts en su vigésimo cumpleaños que indica que le queda un año para cumplir con las condiciones requeridas para reclamar su herencia.
Solo que ... ¿No era dueño de todo ya?
Aparentemente no.
Harry ve el...
Decir que Harry está preocupado por el próximo domingo es quedarse corto. Siente que está más preocupado ahora que antes, cuando no tenía una solución a su problema. Pasa el viernes en Ollivander's e incluso se ofrece a cerrar la tienda después de que él diga que le gustaría quedarse después de las horas para trabajar en una varita y estudiar un poco. Sabe que mientras mantenga su mente ocupada, tendrá algo de paz. Claro que, en algún momento, tiene que volver a casa y también queda el sábado.
¿Por qué, Merlín, por qué acepté esto?, piensa mientras cae en su cama el viernes por la noche, agotado. Se siente agotado física y mentalmente, pero su cerebro no deja de acosarlo con dudas e incertidumbres. Suspira con fuerza y cansancio, sintiéndose aliviado por haber tenido la previsión de decirle a Hermione que las túnicas nuevas para la boda no eran una necesidad cuando ella le había preguntado sobre ir de viaje al callejón Diagon para comprar túnicas para la boda.
Las compraré para mi boda de verdad, le había dicho a su amiga la noche del día en que había visto a Severus.
Cuando por fin se queda dormido, no se despierta hasta que es más de la una de la tarde del sábado. No tiene ganas de hacer nada, pero tiene que ordenar la casa y poner en orden la habitación de invitados para Severus. Por no hablar del sótano donde quiere montar el laboratorio para el maestro de Pociones. Quiere que todo esté listo y perfecto para cuando Snape llegue a casa con él mañana. No quiere darle una mala impresión en su primer día. Seguramente habrá tiempo para eso durante el próximo año.
En definitiva, es un buen ejercicio para mantener su mente ocupada durante todo el día. Sólo se detiene a comer cuando tiene hambre y a beber agua cuando tiene sed. Al anochecer termina su trabajo y está bastante satisfecho, con una sensación de logro que le invade. El sótano tiene ahora mucho espacio para que Severus lo organice a su antojo, las estanterías están vacías y listas para almacenar frascos. El dormitorio de invitados, ahora el de Severus, está decorado en tonos verde pálido y blanco, desde las paredes hasta la cama. Por alguna razón, Harry piensa que, a pesar de su aspecto, Severus no está siempre rodeado de negro y colores más oscuros. La habitación es bastante parecida a la de Harry, sólo que con un par de diferencias, a saber, la falta de balcón y la falta de baño en suite. Esas son las diferencias más destacadas, el resto son pequeños detalles.
Esa noche es especialmente dura para él. Se siente cansado, tan cansado como la noche anterior, pero esta vez su cerebro no cede, así que da vueltas en la cama durante casi toda la noche, intentando desesperadamente conciliar el sueño. Por la mañana tendrá un aspecto terrible y sabe que Hermione y Ginny tendrán palabras con él por no haber descansado bien, pero no puede evitar sentirse nervioso. No es un matrimonio de verdad, no en el sentido que se supone, pero va a casarse con Snape.
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Harry se presenta en las puertas de Hogwarts a las once menos cinco del día siguiente, lo que supone un tiempo increíblemente corto. Después de quedarse dormido casi a las seis de la mañana, decir que Harry no se sentía muy bien cuando su alarma lo despertó es un eufemismo. Se sentía increíblemente agotado y lento, pero tuvo que apresurarse a hacer sus abluciones de todos modos, con la esperanza de que después de una ducha y de vestirse se viera de alguna manera más presentable y funcional.
