Capítulo 8: The Consummation

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Comparten la cama de Harry todas las noches de la semana siguiente. Harry siempre se despierta en una cama vacía, pero cada mañana siente que ha dormido mejor que cada vez que duerme solo. Y si se sonrojó y se sintió un poco incómodo las dos o tres primeras noches, después se sintió natural. Severus hace nada si no es respetuoso, tal vez un poco vacilante. Suele comportarse con tanta seguridad que su inseguridad en la cama sorprende a Harry.

Era viernes. La boda de Malfoy era al día siguiente y Harry por fin se había dado cuenta de que iba a tener que preguntarle a Severus si van a hacerlo alguna vez. O tomar el asunto en sus propias manos, lo que requerirá algo de esa reconocida valentía de Gryffindor. Es esta noche o nunca, pues al día siguiente Malfoy se casaría y seguramente no tendría problemas para consumar su matrimonio. Y Harry no quiere arriesgarse.

Termina de lavarse los dientes y se mira por última vez en el espejo que hay sobre el lavabo. Decide quitarse la camiseta que lleva puesta, pensando que eso le ayudará a transmitir el mensaje. Una imagen vale más que mil palabras, ¿no? Y como a veces éstas le fallan...

Abre la puerta de su habitación y encuentra a Severus donde lo había dejado. El mayor estaba sentado en la cama, contra el cabecero, con un libro en la mano, la lámpara de su mesita de noche era la única luz de la habitación. O bien no se ha dado cuenta cuando Harry ha abierto la puerta o simplemente no se ha molestado en levantar la vista. Harry espera que sea lo segundo, así que se queda donde está, apoyado en el marco de la puerta, esperando que esto llame la atención del hombre. Unos cinco larguísimos segundos después, Severus levanta la mirada del libro y mira hacia el lado vacío de la cama de Harry y luego hacia donde está él. Inmediatamente deja el libro en el suelo y se desplaza en la cama.

-¿Qué pasa?- Pregunta, tratando de centrar su mirada en el rostro del más joven y no en el tonificado pecho. Se pregunta si Harry puede siquiera distinguir a quién está mirando desde donde está parado.

-Mañana es la boda de los Malfoy-. Se limita a decir Harry, dirigiéndose finalmente a su cama, subiéndose a ella, primero una rodilla y luego la otra. Se queda así, mirando fijamente a Severus.

-Ah. ¿Estás listo?-.

-¿Por eso no has hecho ningún movimiento? ¿Estabas esperando a que estuviera listo?- pregunta Harry, con los ojos clavados en los de Severus.

El hombre deja el libro que reposa sobre su regazo en la mesita de noche y se vuelve hacia Harry de nuevo.

-Algo así. ¿Sabes cómo preparar a alguien para la penetración o debo realizar un encantamiento de estiramiento en mí?-.

Ante eso, Harry frunce las cejas.

-¿Cómo es eso?-.

-Si crees que vas a penetrarme en seco, te espera otra cosa-. Dice Severus en tono severo, con una elegante ceja arqueada, enfatizando la seriedad de lo que está diciendo.

Harry abre la boca para decir algo, pero la vuelve a cerrar, con las cejas fruncidas. Se muerde el labio inferior por un momento, tratando de procesar lo que el otro hombre acaba de decir. ¿Seguro que no está sugiriendo...?

-Tú... Creí que sería yo el que estaría, ya sabes...- Harry dice, haciendo un gesto vago.

-¿Pensabas que ibas a tocar fondo? ¿Quieres ser el receptor?-.

Harry no responde de inmediato, imaginando el escenario. Le complace enormemente, actuar por fin en sus fantasías. No es que vaya a revelar este detalle, por supuesto, pero se pregunta si estar debajo de Severus aquí y ahora se siente igual que en sus sueños, en los que el hombre sin rostro aprieta su cuerpo contra el de Harry, con las muñecas sujetas con fuerza por encima de su cabeza, mientras lo follan contra el colchón. El hombre no tiene cara, pero los largos y oscuros mechones de pelo no dejan lugar a dudas.

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