Cut my lip

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No sé ni siquiera como me mantengo de pie caminando y por qué sigo yendo hacia ese lugar, pero no podía parar, todo se movía y a veces tenía que recargarme en las paredes para orientarme, estoy muy mal y aun así no paro hasta encontrar la puerta, roja en un callejón donde lo más cercano es un baldío, como cada tarde la toque con lo poco de mis fuerzas y me recargo en el marco de la puerta para no caer.

- ¿Dígame?.- La puerta se abrió y ese hombre que siempre me salvaba salió.- Oh, tú...

Metí mi mano en mi bolsillo y saque un fajo de billetes listos para gastarse en la gloria, los tomó y empezó a contarlo, se rio sarcásticamente y me miró con la ceja arqueada, esa jodida expresión.

- ¿Tú crees que con esta mierda alcanza?

- ¿Acaso no cuestan eso?

- Me debes 15.000 y más te vale conseguirlos.

- Pero... Estaba al corriente, viejo

- Estas cinco semanas atrasado pedazo de estúpido.

- Oooh jódete

- Tienes unos tremendos huevos para hablarme así imbécil.-Me empujó bruscamente.- No me importa si tu mierda ya se comió tu cerebro o lo que sea, si quieres más droga me pagas o te quedas sin ella.

- Te conseguiré todo el dinero, solo dame algo, por favor, lo necesito.

- Eres un descarado Niccals y ¿sabes lo que hago con los descarados?

Ni siquiera me dio tiempo de evitar, sentí como estrellaba todo mi cuerpo contra el piso y mi mejilla palpitaba por dolor, un chiflido me hizo saber que aún ni empezaba, intente pararme, pero estaba muy débil, vi salir dos tipos que me tomaron por los brazos dejándome expuesto, forceje, pero no podía soltarme, puñetazo tras puñetazo en la cara sentí como la carne de mis mejillas empezaban a quedar expuestas y un líquido caliente salía por mi nariz, mi vista estaba demasiado nublada para siquiera ver el siguiente golpe.

- Escúchame Niccals no te vuelvas a pasar por aquí sin mi dinero o te irá mucho peor.- Se acercó a mi pantalón y saco mi teléfono.- Ustedes dos termínenlo.

Me soltaron, pero automáticamente empezaron a patearme, tape mi cabeza con los brazos y me hice bolita para evitar los golpes, pero ya estaba escupiendo sangre, no sé ni siquiera en qué momento me desmayé.

- Pero ¿qué mierda vamos a hacer?, está fuera de control, ve como lo encontraste, necesita ayuda.

- Esos lugares son 20 veces peor...

- ¿Entonces qué...? ¿Qué lo maten unos delincuentes? ¿Eso prefieres? No podemos perderlo a él...

- ¿Qué... Pasa? Gritan mucho.

- ¿Qué, qué pasa? ¿ACASO ERES IMBÉCIL?

Entreabrí los ojos para ver qué pasaba, veía borroso, pero aun así distinguí de quién se trataba, logre ver esas paredes grisáceas y la luz tenue del invierno, estaba en mi departamento y ni siquiera sabía cómo había llegado a él, me senté para verlos mejor, mis costillas me dolían demasiado así que me queje un poco.

- Estoy bien Noodle...

- ¿Estás bien? NO ME JODAS MURDOC, ¿SABES DÓNDE MIERDAS TE ENCONTRÓ?.- Negué con la cabeza.- EN UN PUTO BALDÍO DESANGRÁNDOTE, PUDISTE HABER MUERTO.

- Pero no morí.

- Claro que estás vivo, si no me hubieran llamado para ir por ti, seguirías ahí tirado y quizá congelado...- Respondió Russel con su rostro entre enojado y preocupado

- ¿Quién te marco?

- Tu jodido dealer idiota y agradece que me marcó a mí y no a cualquier otro.

- ¿Hace cuánto estás en esto?.- La entre cortada voz de Noodle nos interrumpió

- ¿Estás llorando?.- Solo la había visto llorar pocas veces en mi vida, Russel la abrazo por el hombro

- Claro que estoy llorando idiota, casi te perdemos.

- Seis meses...

Se soltó a llorar aún más fuerte, puso sus manos en su cara para que no la viéramos y Russel solo me miró con decepción, ¿y a ellos qué mierda les importaba lo que hacía o dejara de hacer?, el dolor de mis costillas al moverme tan solo un poco me hacían entrar en razón, son mis únicos amigos claro que les importa, me pare como pude y abrace a Noodle.

- Murdoc no podemos perderte a ti, no ahora.- Su voz quedó atrapada entre sus manos haciendo que sonara aún más triste.- No después de todo lo ocurrido.

Cuando Noodle se calmó recorrieron cada parte de mi departamento para checar que no hubiera más droga, ni siquiera me opuse, sabía que ya no tenía nada, los vi ir de aquí hacia allá abriendo puertas, cajones, bolsas, incluso en el baño movieron cada centímetro de mi casa, Russel se paró frente mío esperando a Noodle.

- Creo que hasta el cloro te haría menos daño viejo.

- Está limpio.- Noodle se acercó, aún tenía llorosos los ojos.- Creo que podemos irnos.

- Mañana hay tocada, ¿lo recuerdas?.- Asentí.- Bien, ahí te vemos, descansa.

Cloro, como se sentirá el cloro es muchísimo más barato y probablemente tenga por ahí, literalmente lo puedo conseguir en todos lados, espere a que salieran y con mis muy pocas fuerzas y el terrible dolor de mis costillas, me acerqué a donde tengo todo lo de limpieza, busque el cloro con la mirada, vi el galón blanco y sonríe lo tome, pero me decepcione al darme cuenta de que estaba vacío, era muy noche para salir y estaba nevando.

- Será mañana...

Camine hacia mi habitación y me acosté en la cama muy cuidadosamente, una inmensa tristeza me llego al ver en mi armario una camisa negra de manga corta, yo ni siquiera las uso, pero que significaba por qué me siento así, en este momento exacto es cuando necesito droga quizá un poco de heroína en mis venas me haría sentir mejor o simplemente no sentir, quizá esa camisa era algo, mis últimos seis meses han sido tan borrosos, ni siquiera recuerdo más que algunas cosas ¿qué es eso que hace sufrir tanto a Noodle? ¿Qué es lo que me hace sufrir a mí?...

Chlorine 2DocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora