Prohibido Amor de un CEO. Tercera Parte

Placer oral

"Cristine...uy carajo..."

"aaaah...dios..."

"Dios...mmmhhh..."

Luke aprieta sumamente fuerte los costados del sillón mientras su chica desliza su pequeña lengua rosada y suave por todo su miembro duro.

Luke intentó, lo jura por su madre, que intentó disuadir a su niña de hacer lo que ella ahora esta haciendo, pero no lo logró.

O no quería lograrlo...

Pero ahora, desearía haberla disuadido porque siente un placer que lo esta debilitando a cada segundo.

Además, mirar a su niña
arrodillada ante él,
envolviendo sus manitas delicadas en su muy sensible y caliente miembro es...

"Es demasiado!"

Grita de forma ahogada Luke quien cierra los ojos mientras echa la cabeza para atrás intentando controlarse...

Estuvo a punto de venirse en la boca de su pequeña niña!

"Déjame probarte, mi amor."

Cristine susurra esto antes de deslizar nuevamente el miembro duro del chico lo más adentro que puede de su boca.

"MALDITA SEA!"

Cristine eleva sus bellos e inocentes ojitos para ver a su amado niño batallando, tenso y mirandola con el ceño lo más fruncido que puede.

Ella sonríe porque nadie más podrá, nunca, probar ni tener de ese modo a su adorado prometido.

"CRISTINE!"

"CARAJO!"

Luke intenta apartar la boquita de la niña cuando siente el chorro de líquido caliente que sale de él!

Pero el placer es tan duro, que le roba las fuerzas momentaneamente.

Estrellitas...

Muchas estrellitas danzan en los ojos del chico quien se siente desfallecer y renacer, débil y poderoso, todo al mismo tiempo.

"mmmmmhhhh..."

Cristine nunca esperó que el sabor de la venida tibia y lechosa de Luke fuera una mezcla entre dulce y salado.

Pero ese sabor, automáticamente le encanta!

"Ya no más, por favor!"

Ruega el chico quien respira tan trabajosamente, el sudor lo cubre por completo y tiene el cabello tan desordenadamente sexy.

Cristine desliza una vez más su lengua por el costado de su miembro antes de reírse, provocándolo.

"Gozas haciéndome sufrir Cristine?"

Luke se levanta lo más rápido que puede mientras guarda su miembro dentro de su ropa interior con una mano.

Con la otra, toma las dos manitas de la niña para colocarlas detrás de su delicada espalda.

"Lo hice mal?"

Parpadea Cristine inocentemente.

"Mal dices?"

Luke besa a Cristine posesivamente.

Aunque al chico le parece repugnante saborearse a si mismo en la boca de la niña, el recuerdo de ella, hincada, dandole tanto placer, lo hace temblar por dentro.

"Dios mío, vas a matarme de placer, mi amor..."

Cristine besa a su chico de nuevo, sintiéndose feliz de lo que vió y escuchó...