Dulce miel

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Fue tarea casi imposible desprenderse de su ropa sin dejar de besarse, pero lo lograron.

Por un segundo, Erik se aparta un poco de su esposa para admirar el cuerpo desnudo,
hermoso,
ardiente,
delicado,
suave,
fragante
y ansioso de su bella esposa, tatuando esa imágen en su mente por el resto de sus días.

"Eres una diosa vírgen y perfecta en todo sentido."

"Eres la mujer más hermosa y bella del mundo entero."

Susurra el desnudo chico quien se acerca a la bella niña quien no deja de mirarlo fijamente a los ojos.

"Te he amado tiernamente desde que eramos solo un par de niños..."

Erik desliza sus labios por la mejilla de su esposa mientras su mano acaricia delicadamente la piel de su clavícula, provocandola...

"Y te he amado a la distancia, añorandote, deseándote, extrañandote como un loco psicópata obsesivo que solo puede estar completo y feliz si estás a mi lado..."

Esta vez son ambas manos del chico las que acarician con suavidad de pluma la piel de la niña que se eriza al contacto.

Erik sonríe cuando su mano roza sus pezones, los que se endurecen mientras el pecho de la niña se agita y su respiración se vuelve entrecortada.

Erik se cierne sobre Alondra, recargando su duro, caliente, grueso y palpitante miembro el cual está tan erecto que golpea el abdomen definido y duro del chico.

"Y en esta noche, dejaré de amarte como un chico, para amarte como un hombre."

Es Alondra quien estrella con violencia sus labios contra los de Erik pues no resiste mas el calor que la quema por dentro y la impulsa a comerselo con su boca.

Los jovenes amantes se debaten a duelo con sus bocas mientras sus lenguas expresan mejor la lujuria que los envuelve y arde dentro de ellos como una flama gigante que se aviva con cada ligero gemido que ambos producen.

Sintiendo su excitación desbordarse por su cuerpo, las caricias delicadas y suaves se vuelven rudas, asperas, candentes, desesperadas.

HAMBRE.

Es lo que ambos buscan satisfacer ahora que sus manos no son suficientes para recorrer cada centímetro de piel deliciosa,
suave,
temblorosa
y caliente que les pide más!

La espalda de Alondra toca la cama sin que se separen sus bocas y lengua adictas al sabor del joven amante mientras las manos danzan eróticamente, tocandose libremente a placer.

Rompiendo el beso, Erik desliza sus labios por el cuello de su amada hasta llegar a sus senos, los cuales amasa y adora con su boca.

Aunque quiere contenerse para mostrarse como una maldita bestia hambrienta que está a punto de darse un festín con esa vírgen inmaculada...

Erik no puede contenerse cuando los gemidos de Alondra y su cuerpo ondulante debajo lo incitan a perder el control irremediablemente.

Amasando y apretando con fuerza, Erik succiona, muerde los senos de la chica, haciendo que ella lo atraiga jalando su cabello mientras cierra los ojos y produce los gemidos más sensuales y excitantes que enloquecen al chico.

Necesitando probarla de una maldita vez, Erik se desliza por el vientre de la chica sin dejar de verla.

Los dos están llenos de lujuria, pasión desbordada y lascivia.

Prohibido Amor de un CEO. Tercera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora