Lección de vida

708 63 12
                                    

A nadie impactó y molestó más la noticia que los Ludkova tenían que regresar a Rusia debido a un problema familiar que a Jason Situ.

La despedida de los dos jóvenes amantes trágicos en el aeropuerto es desgarradora.

"ESPERA PAPÁ!"

"ESPERA!"

"JASON, NO QUIERO IRME!"

"JASON!"

Grita la rubia niña quien logra soltarse del fuerte agarre que su padre mantenía sobre su brazo antes de correr de vuelta hacia su amado niño quien la abraza fuertemente antes de besar sus labios repetidamente.

"Anya, no me hagas enfadar."

"Sube a ese maldito avion en este instante o no regresarás nunca."

Amenaza a su hija el imponente señor Boris Ludkova con tono enfadado y oscuro.

"Mi amor, solo serán dos años y regresarás, mi cielo."

"Te amo, te amo demasiado mi hermosa muñeca matrioshka."

"Eres mi prometida, me casaré contigo cuando cumplamos dieciocho."

"Te amo, no lo olvides, te amo demasiado!"

"Eres mi todo, eres todo para mi!"

Declara con voz adolorida y temblorosa Jason antes de apartar, con mucho dolor a su amada para entregarla de nuevo a su padre.

"Buena decisión niño."

Comenta el hombre quien palmea dos veces el hombro del fornido niño.

"Situ, tu hijo sera un maravilloso y responsable esposo para mi hija."

Indica el señor Ludkova a Edward quien mantiene su expresion de poker porque algo en la actitud del ruso no termina de agradarle...

"Te llamaré todos los dias mi amor..."

"TE AMO ANYA, NO LO OLVIDES NUNCA!"

"No lo olvides..."

Susurra esto ultimo el adolorido niño porque la puerta del avion se cierra en ese momento, alejando a su amada de su lado.

En silencio, padre e hijo miran cuando el avión despega y se aleja de la cuidad.

Y es entonces cuando el niño siente que su corazón se congela por completo, como si el más duro de los inviernos rusos se hubiera instalado en su interior para protegerlo.

"Vamos hijo."

Indica Edward a su alto hijo pero el chico se aparta del toque de su padre.

"Ire a la escuela solo."

Comenta el chico quien le arrebata el casco de las manos a uno de sus guardaespaldas antes de montar la poderosa motocicleta negra que conduce.

"Ten cuidado."

Es lo único que Edward logra decirle a su devastado y enojado hijo quien hace acelerar la motocicleta antes de salir velozmente del aeropuerto privado.

Suspirando al ver la escena, Edward indica a los guardaespaldas del niño que lo sigan para que ese aseguren que llegó con bien a la escuela media.

"Se parece tanto a mi cuando tenía su edad."

Piensa Edward quien sube a su auto para dirigirse a empresas Situ esa mañana.

Dejando de lado el drama adolescente de su hijo, Edward centra su atención en las cifras globales de empresas Situ.

Prohibido Amor de un CEO. Tercera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora