Protegiendo lo más valioso

689 67 15
                                    

"Oh mi amor..."

"Sebastian...si, si..."

"OH DIOS MÍO!"

"Más fuerte por favor, más fuerte!"

Gimotea Cassandra con el ceño fruncido ligeramente y las sensaciones deliciosamente lujuriosas corriendo por toda su piel.

Las manos delicadas y pequeñas de la niña no paran de acariciar la dura y marcada anatomia sudorosa de su amado esposo quien la está haciendo delirar de placer penetrante.

"Ah no pequeña embustera, nada de eso."

"Aun no conseguiras tu orgasmo hasta que yo lo decida."

Declara Sebastián provocando que su chica se moleste un poco, pero eso solo la hace ver tan adorable y linda para el chico quien estrella su pelvis solo dos veces de forma ruda y excitante contra la anatomía delicada de la niña quien grita de placer.

"En cuatro, mi amada embustera."

El chico sale del canal húmedo y cálido de la niña a tiempo para no venirse.

Y es que ver,
escuchar,
probar
y estar dentro de su amada esposa es un placer tan inmenso que el chico apenas y tiene voluntad para controlarse.

"Quieta ahí."

Ordena el chico antes de volverle a colocar las esposas en sus manos.

"No es justo Sebastián!"

"Quiero tocarte!"

Se queja la chica, pero el chico hace caso omiso después de terminar su labor.

"No te quejarás más."

Ordena de nuevo el chico golpeando con su mano el trasero de su amada esposa quien gime y eso le genera una intensa excitación a Sebastián quien está duro y ansioso por entrar de nuevo en el canal apretado de Cassandra.

"Maldito carajo..."

"Oh dios..."

Gimen ambos al mismo tiempo mientras vuelven a estar conectados de la forma más íntima y disfrutable que existe.

Desde que Sebastián descubrió que su chica le había jugado una "inocente bromita" con su fantasía de ser la damisela en peligro rescatada por el mafioso, el chico no permitió que la embustera y bella chica saliera de la habitación donde están.

Y aunque en un principio, Cassandra se quejó enérgicamente pues ella si deseaba conocer Colombia y la belleza de sus paisajes y playas...

Despues de dos dias de hacer el amor, comer, dormir, bañarse juntos antes de amarse, borraron toda queja y suplica de la niña quien solo desea ser poseída por su esposo mandón.

Y es que secretamente a Cassandra le enciende demasiado que Sebastián sea un bastardo demandante que le da ordenes en la cama y en todas partes.

"Ahora déjame hacerte mía de nuevo, pequeña tramposa."

Declara con voz sensual el chico quien no puede disfrutar más la sumisión y confianza total que su esposa muestra con él.

El sonido de carne golpeando mientras la pelvis de acero de Sebastián se estrella contra el trasero de la niña quien no rebota lejos pues los dedos del chico la sostienen con demasiado fuerza...

El sonido de los gemidos, jadeos y gruñidos de ambos llena el aire al igual que el olor a sexo.

Y entonces, una nueva explosión interna estalla dentro de los cuerpos ardientes de la pareja quienes se rinden a sus fogosos deseos carnales más primarios.

Prohibido Amor de un CEO. Tercera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora