Tomás no conocía a Enzo, por lo que hicimos que la única persona que este adentró del gimnasio fuera el, resulta que duki estuvo toda la noche haciendo una maratón de los simuladores y se le ocurrió esto. Enzo iba a estar en la recepción, la idea es que no hablen mucho y Tomás pase directo a la parte de las máquinas, yo iba a salir de los vestuarios y lo iba a dejar inconsciente, si algo salía más Tiago y Mauro iban salir de atrás de unas pesas a ayudar.
Todo estaba saliendo de maravilla, trueno me aviso que Tomás ya estaba yendo para una máquina de correr así que salí de las duchas y cargue el arma, se dio vuelta rápidamente, iba a sacar algo del pantalón así que dispare cerca, frenandolo.—L: cuando nos pusimos de novios te pedí solo dos cosas —dije— agarrame del cuello y no seas buchon porque te mato
— C.r.o: bueno, lo del cuello lo cumplí, siempre te cogí bien no te podes quejar —dijo y me reí fuerte—
— L: ay, si que puedo corazón —sonreí— pero ahora no importa eso
Ví una plantita colgada en la pared y sonreí.
— C.r.o: a mi no me vas a drogar con una planta Mauro —dijo enojado— ¡Mauro!
Dos grandes enredaderas lo agarraron de pies y manos, me le acerqué y le di un beso en la frente.
— L: como quieras —dije— que descanses
Le pegué en la frente con la parte de atrás del arma, se desmayó y Tiago y Mauro salieron.
— D: ¿le puedo pegar? —preguntó y negué— ay no seas malito
— L: ¿quieren helado? —pregunté, Enzo contestó por el radio que el si quería y me reí— ¡nos vamos!
— D: ¿minimo puedo romper algo? —preguntó haciendo puchero—
— L: bueno pero rápido —dije, Tiago sonrió y suspire— si dale, rápido chicos
Dos años tienen.