01. Finca mariposa.

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—¡Mei! ¡Mei! —Gritaba una voz familiar

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—¡Mei! ¡Mei! —Gritaba una voz familiar. —¡Mei despierta! —La nombrada abrió sus ojos con dificultad, divisando a su madre frente a ella.

—¿Mamá? —Habló la joven muy confundida.

—Querida, sal de aquí, corre... ¡Despiértate! —La madre le seguía gritando con preocupación.

Mei la miró confundida, pero su madre iba desvaneciéndose del lugar poco a poco y esfumándose.

Todo se tornó negro.

La joven abrió sus ojos de inmediato, viendo como ella se encontraba en su habitación. Llevó su antebrazo en su frente para limpiar la sudor.

—Solo era un sueño... —Se dijo a sí misma en un susurro aliviada.

Salió de su habitación con intención de ir al baño. Caminó por el largo pasillo de su hogar a oscuras, bostezando por el sueño, pero oyó una voz que la hizo detenerse. La castaña oía susurros y ruidos extraños en la habitación de sus padres.

Ella se acercó lentamente y asomó su cabeza por la puerta, con intención de saber qué pasaba, pero cayó de rodillas al ver semejante escena frente a ella.

La joven miraba aterrorizada la habitación de sus padres la cual era iluminada por la luz de la luna, podía observar perfectamente a su madre herida gravemente susurrando el nombre de su hija una y otra vez, con intención de llamarla. La pequeñaja desvió su mirada con miedo viendo a un ser devorar a su padre.

Mei no entendía nada, ¿por qué sus padres estaban en ese estado? ¿Por que hay un ser totalmente desconocido con grandes colmillos devorando a su padre? Lo único que sentía era terror, tristeza, preocupación y miedo. Cada parte de su cuerpo temblaba, su corazón iba a mil y estaba totalmente inmovilizada.

—Ve...ve... —Su madre trataba de decirle algo a la castaña, pero se quedaba sin respiración. Comenzó a toser, y sangre de su boca salía —Ve...ve...te... —Susurró para finalmente cerrar sus ojos lentamente y caer rendida.

Su madre ya había muerto.

Sus padres ya habían muerto.

La joven sin más remedio se levantó rápidamente al ver al demonio voltearse hacia ella, algo en ella la hizo levantarse de inmediato, con algo de desequilibrio comenzó a correr por aquel largo pasillo, con miedo y gran velocidad, ignorando aquellos golpes que recibía al chocarse con las decoraciones y objetos, y finalmente salió.

Podía sentir como el aire fresco chocaba contra su cuello desnudo, podía sentir como la nieve chocaba contra sus pies. Iba descalza y no estaba abrigada, nevaba gravemente pero ella corrió y corrió.

Lo único que quería era alejarse de ese lugar, lo único que quería era no recordar esa semejante imagen de sus padres muertos que se quedó grabada en su mente.

Comenzaron a salir lagrimas de la joven mientras ella corría aterrorizada, su respiración cada vez era más débil debido al frío y en la situación en la que se encontraba, no sabía donde iba, pero corría sin mas como si su vida dependiera de ello.

Correr, correr, correr... Eso era lo único que sabía hacer.

Cayó repentinamente al no poder más y todo su cuerpo chocó contra la nieve, esta comenzó a gritar sin control para desahogar y sacar toda su furia.

Solo se quedó viendo como sus padres morían. ¿A caso eso era un demonio? ¿Su abuela tenía razón? Los demonios realmente existen, y uno de ellos acababa de arrebatarle a una pequeña las dos cosas que más amaba en toda su vida, sus padres.

Ella dejó de llorar y de gritar, no sabía en qué lugar estaba, pero ya no quería estar en ningún lugar en ese instante. Solo podía sentir frío y temblor, sus ojos cerraron levemente rendidos y con cansancio.

[...]

Todo se había tornado de negro nuevamente.

La castaña abrió sus ojos lentamente encontrándose en una habitación desconocida, veía borroso pero su mirada cada vez iba siendo más clara.

Al recaudar conciencia, miró alrededor; estaba tumbada en una cama, en una habitación aislada, no había absolutamente nada, una simple bandeja en el suelo con unas cuantas cosas y un armario en una esquina.

Desvió su mirada a su lado, viendo a un joven sentado en una silla.

La chica muy asustada sobresaltó confundida, llamando la atención de ese joven que estaba a su lado.

—Al fin despiertas. —Dijo sin expresión alguna mirando a Mei, tenía unos ojos muy llamativos de un color menta.

—¿Donde... estoy? —Preguntó con intención de levantarse del lugar, pero ese chico la detuvo levantándose de la silla.

—No te levantes. —Dijo confundiendo a Mei.

La chica volvió al lugar, acomodándose. No sabía donde estaba, ni que había pasado, ni con quién estaba. Abrió la boca dispuesta a preguntar al chico ojimenta pero la puerta de la habitación se abrió interrumpiendo a Mei.

—Hola hola. —Saludó una chica entrando en la habitación con otra bandeja y sorprendiéndose al ver a Mei despierta —¡Vaya! Te has despertado. —Dijo alegre.

Esa fémina se acercó a Mei dejando la bandeja en una mesita de madera.

Mei estaba asustada y decidió hablar.

—¿Dónde estoy? —Preguntó.

—Oh, estás en la finca mariposa. —Respondió la joven sin mirar a Mei cogiendo una venda de la bandeja.

—¿Puedo retirarme? —Preguntó el ojimenta interrumpiendo a las chicas.

—Oh claro Tokito-san, gracias por quedarte a vigilarla mientras iba a por unas cosas. Hasta luego. —Se despidió de él y este finalmente se fue del lugar dejando a Mei y a esa chica de ojos morado a solas.

—¿Finca mariposa...?

—¡Exacto! Muichiro te encontró tirada en medio de un bosque, tenías la fiebre muy alta, no ibas bien abrigada y estaba nevando. —Dijo para luego mirar a la castaña de nuevo —Tu pierna está herida, deja que te cambie la venda. —Habló para luego retirar la sábana con cuidado y comenzar a quitar la venda que tenía Mei. —¿Se puede saber que hacías allí? —Preguntó sin cambiar su expresión, sosteniendo la misma sonrisa.

La pregunta de la chica hizo recordar lo que sucedió la noche anterior, por lo que Mei comenzó a llorar dejando confundida a la contraria.

—¿E...estás bien? ¿Qué sucede? ¿Te he Hecho daño? —Comenzó a preguntar mirando a la castaña pero ella negó con la cabeza.

Finalmente, Mei se calmó y mientras la ojimorada le cambiaba la venda esta decidió contar todo lo que pasó la noche anterior. Resulta que esa joven se llamaba Shinobu, y comenzó a explicarle a Mei varias cosas de la finca mariposa y de los cazadores de demonios.

Habían sucedido tantas cosas a la vez que Mei se encontraba tan cansada que decidió dormir, por lo que Shinobu salió de la habitación.

[...]

La castaña había perdido a sus padres, aún no podía creer que esos demonios realmente existían y todo lo que le contaba su abuela sobre ellos era cierto. Actualmente contenía una gran furia y rabia, con necesidad de matar a los demonios y acabar con todos ellos, pero resultaba ser algo muy difícil.

Mei Hishimoto, una simple joven que vivía con sus padres, pero un demonio apareció repentinamente e hizo cambiar su vida por completo, ¿Qué sucederá con ella ahora?

霧    new life, muichiro tokito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora