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Mitsuri comenzó a explicar varias cosas de sobre lo que sentía el pilar de la niebla. Estuvieron hablando también de otros temas, la ojiverde era uno de los únicos pilares con quién se llevaba bastante Muichiro.
Habían pasado un buen tiempo hablando sobre cosas, Muichiro al ver que ya era hora de volver se despidió de la contraria. Este iba a salir de la puerta pero Mitsuri le detuvo.
—¡Espera! —Ella exclamó, haciendo que el contrario se volteara —Un momento, espera aquí
La pilar del amor salió corriendo hacia la cocina de su finca, agarrando unas mochis y dulces para ponerlos dentro de una carmañola y volver a donde estaba Muichiro, dándoselos.
—¿Qué es esto? —Preguntó el ojimenta
—Son dulces, quiero que los comas con Mei —El contrario sonrió —Espero que os gusten
—Gracias Mitsuri, adiós —Este se despidió y comenzó a caminar de camino hacia su finca
Muichiro andaba con tranquilidad, estaba a punto de llegar a la finca pero antes de hacerlo escuchó un grito desgarrador cerca de él, este se volteó y fue directamente hacia donde lo había escuchado. Cada vez que se iba acercándose más, podía oír unos sollozos, quejidos y gritos. Pudo divisar a una mujer llorando frente a un cuerpo gravemente herido. El pilar se acercó.
—¿Qué a sucedido? —Preguntó algo sorprendido, tratando de arrancar una parte de su uniforme y tapar la herida de aquel chico, pero al recordar que su uniforme era especial e incapaz de romperse se rindió
—¡Un demonio lo hirió! ¡Quiso devorar a mi hijo! —Habló con dificultad, sus lágrimas salían sin detenerse, su voz era débil y se veía pálida —Agarré un hacha para defender a mi hijo, pude herir a aquel demonio. Estaba todo nublado y cuando salieron rayos del sol se fue corriendo
Muichiro seguía mirando al hijo de aquella mujer, se acercó a ella y le pidió permiso para arrancar un trozo de su haori. Esta aceptó y tapó la herida del chico, era en su abdomen.
—Sujeta la tela y procura que no salga mucha sangre —Muichiro se levantó —¿Usted es capaz de poder cargarlo? —La mujer asintió y lo cargó con mucho cuidado y con ayuda de Muichiro —Llévelo al hospital, vaya con mucho cuidado
La mujer después de agradecer al pilar se fue con algo de prisa a algún hospital que estuviera más cerca. Muichiro dejó aquella carmañola en el suelo y comenzó a caminar al ver huellas de sangre.
Estaba buscando al demonio.
Podía sentir más la presencia de aquel ser cada vez que se acercaba en una pequeña cueva que había en aquel bosque, llevó sus manos en la manga de la katana y se posicionó frente la cueva. El pilar estaba seguro de que el demonio estaba allí dentro, miró el cielo, habían rallos de sol. Muichiro entró en el interior.
