05. Sentimientos confusos.

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Mei estaba totalmente confundida, era un Viernes, un día libre para Muichiro y ella

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Mei estaba totalmente confundida, era un Viernes, un día libre para Muichiro y ella. El pilar prefería mil veces estar todo el día en el jardín observando unas simples nubes que estar entrenando a alguien, era muy raro de su parte.

Salieron los dos al jardín, el pelinegro sin decir nada agarró su Katana y le dijo a la castaña que le daría a prueba nuevamente -Muichiro siempre combatía con Mei de vez en cuando para ver si ella había mejorado o no-

Mei agarró su Katana de madera y se puso en posición, sin divisarlo el pilar comenzó a moverse muy rápido atacando a Mei. Esta comenzó a esquivarlo rápidamente, quería usar la Katana pero no podía ya que los ataques de este eran demasiado rápidos.

«¿Qué le pasa?» Se preguntaba Mei mientras seguía esquivando sus ataques

El pilar seguía atacando muy rápido, sin expresión alguna en su rostro, la castaña se había cansado y desconcentrado durante un pequeño momento, el ojimenta alzó su Katana y la llevó al cuello de ella, casi cortándola pero se detuvo cuando la hoja tocó la piel.

—Vas muy lenta, te tendré que entrenar más a menudo —Dijo para luego guardar su Katana en la funda

—¡Qué demonios! Pensaba que me ibas a decapitar... Dios —Habló Mei sarcásticamente jadeando

El ojimenta estaba tan nervioso debido a los pensamientos del por qué tenía la necesidad de entrenarla o de estar con ella que la atacó muy rápido sin ser consciente de ello.

—Ahora tendrás que dar dos vueltas por la montaña, corriendo, sin parar —Habló seriamente

—¿Dos? —Se sorprendió ante la orden del contrario

Muichiro siempre le solía decir a Mei que dé una vuelta por esa montaña, pero dos era demasiado para ella ahora. El pilar negó y le dijo que tendría que dar dos vueltas, Mei sin más remedio fue hacia la montaña, dejando la Katana de madera en el jardín.

La castaña subió por la montaña corriendo para luego pasar por el camino de siempre y dispuesta a dar una vuelta.

«¿Qué le sucede hoy? Primero, quiere entrenarme en su día libre, y segundo, me entrena demasiado duro, más de lo que me acostumbro...» Pensó la castaña mientras seguía corriendo

Después de un largo tiempo, la castaña ya estaba por acabar la segunda vuelta, esa montaña era tan grande que una simple vuelta tardó mucho tiempo, aún seguía corriendo pero tropezaba de vez en cuando ya que no podía sentir sus pies.

—Vamos Mei... Falta poco... —Se dijo a sí misma jadeando de una manera exagerada, podía sentir como el aire frío entraba por sus pulmones, sentía como su nariz se congelaba cada vez más, sus mejillas estaban rojísimas por el frío.

Ya era de noche, y la temperatura bajaba cada vez más, pero por su suerte pudo terminar la segunda vuelta muy rápidamente. Bajó por la montaña casi arrastrándose por el cansancio y entró lentamente a la finca, abrió la puerta y comenzó a toser. Estaba tan cansada que nada mas entrar se desequilibró y cayó al suelo.

El pelinegro se acercó a ella al verla entrar, al verla en ese estado y al ver como se notaba su cansancio la cargó lentamente sin hacerle daño y la miró.

—Ya hice las vueltas que me has dicho... —Dijo con un susurro, sus ojos se cerraban lentamente, necesitaba descansar

El pelinegro al ver como ella cerraba los ojos sonrió, pero sonrió de pena ya que tuvo que obligarla hacer algo muy duro, y todo eso solo por los nervios del pelinegro. La llevó a su habitación y la puso en su cama, tapándola con la manta. El pelinegro observó a la castaña detenidamente, ella ya estaba totalmente dormida.

—Lo siento Mei —Se disculpó y salió de la habitación

[...]

El pelinegro estaba sentado en el jardín, observando el cielo estrellado, era muy tarde pero no tenía sueño.  Se sentía mal por haberle obligado a Mei ir a correr durante tanto tiempo y en cima hacía bastante frío.

«Creo que le he cogido demasiado cariño a Mei, hay algo en mí que dice que pase mas tiempo con ella... ¿Qué me está pasando? Siempre que la veo me siento raro... Hablaré con Mitsuri mañana» Se dijo a sí mismo el pilar para finalmente suspirar y levantarse, ahora iba a irse a dormir.

Este se estiró y cerró sus ojos.

霧    new life, muichiro tokito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora