13. ¿Soy capaz?

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La única hora que quedaba había pasado con mucha rapidez, los nervios de Mei aparecían cuando se acordaba del "entrenamiento práctico" que tenía en ese momento

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La única hora que quedaba había pasado con mucha rapidez, los nervios de Mei aparecían cuando se acordaba del "entrenamiento práctico" que tenía en ese momento. No era un entrenamiento, pero tanto ella como Muichiro lo veían de aquella forma, pensaban que aquella situación era una oportunidad para poner en práctica a Mei y que su entrenamiento se realizara sin problemas, sería mas bien uno psicológico, ya que, la castaña seguía teniendo aquella sensación y recuerdos desagradables al ver cuerpos muertos.

El cuervo Kasugai apareció justo en el momento, cuando Mei había terminado de prepararse por completo. El Kasugai le dio las indicaciones y la ruta exacta en donde se debería encontrar con el cazador que la acompañaría en su investigación, por su sorpresa, era uno solo.

Sin duda alguna, comenzó con su ruta, no quería hacer esperar a su compañero. El destino se encontraba cerca de la cueva, por lo cual les resultará fácil a ambos caminar hacia ella.

Todos los pensamientos negativos aparecían justo en el último momento, era irónico después de haber tenido tanta confianza en sí misma. Mei sacudió su cabeza con lentitud intentando deshacerse de aquellos pensamientos negativos e imágenes de cuerpos sin vida, tratando de no dejarse llevar por la negatividad e intentó armarse de valor como lo había hecho en la misma cueva al tirar aquel hacha hacia el demonio.

Ella sabía perfectamente que su futura vida como cazadora no sería muy fácil después del trauma de las muertes de sus padres, pero esperaba con mucha fe que todo aquello lo pueda superar, y sabía de sobra que aquella investigación la ayudaría mucho.

Sin darse cuenta, ya había llegado a su destino, el cuervo no hizo nada más que decirle que se cuidara y salió del lugar. Mei miró a su alrededor, en busca de alguien, pero ella era la única que estaba ahí. No esperó mucho, unos dos minutos después escuchó pasos detrás de ella, algo alterada se volteó, pero suspiró con alivio al ver que era alguien con un traje de cazador acompañado con un haori.

—Supongo que usted debe ser mi compañer... —No pudo terminar la frase, nada mas ver la expresión del contrario tuvo una decepción, pues Mei esperaba a alguien fuerte y serio, pero resultaba ser un rubio con una expresión sin ánimos, mocos y lágrimas en toda la cara —¿Está usted bien?

Su compañero nada mas escuchar la voz de la contraria alzó su mirada con desanimo, pero su expresión cambió drásticamente al ver a Mei, parecía estar sorprendido, y... sonrojado. La castaña hizo una mueca de confusión y frunció su ceño.

—Uhum, uhum —El rubio carraspeó y se posicionó frente a ella, sonriendo forzadamente —Bella dama, ¿no le parece una mala idea adentrarse en esta cueva llena de demonios que podrían desgarrar su preciosa piel de porcelana? Huyamos juntos a otro lugar, olvidémonos de los demonios y vivamos una vida feliz, le aseguro que yo... —El cazador no pudo ni terminar la frase y recibió una de las peores cachetadas de su vida por parte de Mei.

—Déjate de tonterías y vamos a comenzar con la investigación —Habló para después soltar un suspiro, viendo como el contrario estaba tirado en el suelo después de la cachetada, al parecer, él no sabía que su compañero sería una mujer, la castaña soltó un suspiro decepcionado al darse cuenta que era de esos pervertidos que solo buscaban una mujer, aquella era su primera impresión de él, pues el rubio ni si quiera saludó y ya comenzó un discurso de coqueteo.

—¡¡No!! —Exclamó al ver como Mei se volteaba en dirección de la cueva —¡¡¡Esos demonios son horribles!!! —Exclamó con miedo, se podía ver a miles de kilómetros como él temblaba ━¿¡A caso no tienes miedo!?

—¡Vamos! —Se volteó para verle, pero este seguía en el suelo —De todas formas tu no tienes que hacer nada, simplemente acompañarme aquí y protegerme, ¡es así de fácil, ¿por qué estás lloriqueando?! —Se cruzó de brazos.

Se dio cuenta que este simplemente seguía lloriqueando sin dar una respuesta, por lo cual Mei no tuvo otra opción que agarrar del rubio pelo del contrario y arrastrarlo hasta al interior de la cueva.

—¡¡Ahhh, no, no!!

—¡Cállate o llamarás la atención de los demonios! —Su compañero al escuchar la advertencia de Mei no hizo nada más que callarse y aferrarse a ella con miedo mientras ambos estaban caminando.

Ambos se adentraron definitivamente en aquella inmensa cueva. Mei tenía su mirada flechada al frente en la oscuridad.

Trataba de ignorar todos los cuerpos que la rodeaban, pero el inmenso olor a putrefacción no hacia mas que desanimarla, trató de dar un suspiro mientras sentía como su estómago se revolvía, trataba de mantener su compostura e intentaba darse apoyo psicológico y ser positiva, pero el ambiente no ayudaba en nada, dejó de sentir todas sus extremidades, comenzaba a marearse levemente y cuando menos se lo había esperado, un millón de imágenes de sus padres muertos comenzaron a proyectarse en su mente, no quería volver a sentir lo mismo que aquel día, incluido estaba comenzando a sentirse peor al adentrarse en la cueva.

Tenía un temblor y sudor frío, ya estaba en la misma situación que Zenitsu.

Todo era tan irónico, ¿hace una simple hora estaba tan confiada de ella misma? Se decía a sí misma que la misión la ayudaría con su estado psicológico sobre los cuerpos sin vida, incluso pensó que le iría mejor en este momento que en el anterior cuando se encontraba con Muichiro, incluso ella misma dijo que sería capaz de investigar la cueva.

¿Cuál es la diferencia entre el otro día y este? Estaba en la misma cueva, con los mismos cadáveres, ¿por qué se sentía peor que antes? Su necesidad de estar con Muichiro la aumentaba, supuso que la presencia del contrario la ayudaba a estar mas calmada, el simple hecho de que él no estuviera se sintió peor que antes.

Después de todo, resultó que en realidad le temía a la sangre y a los demonios, simplemente no se había dado cuenta durante todo este periodo de tiempo. Ella se detuvo, no podía caminar más debido al temblor, pero aún seguía teniendo su vista fija y evitando ver aquellos cuerpos.

Decidió cerrar sus ojos mientras fruncía el ceño. Zenitsu chocó contra ella porque este estaba atrás y ella se había detenido inesperadamente, el rubio se confundió hacia el comportamiento de la otra, ella misma fue quien había arrastrado a él para entrar, ¿ahora tenía miedo?

"Idiota" "Idiota" "Idiota" "Idiota" "Idiota" "Idiota"... Esa palabra se repetía en la mente de la pobre pequeña una y otra vez mientras apretaba su puño con fuerza, escuchaba sususrros en su mente, esa palabra se multiplicaba, más y más.

Toda su cabeza estaba abrumada. Decidió abrir sus ojos para armarse de valor, pero su vista fue fija hacia un cadáver que se encontraba frente a ella. Lleno de sangre, faltaban extremidades, ojos entre cerrados y boca abierta, pálido y morado en muchos lugares del cuerpo, todo estaba mal.

—¿Mamá...? —No hacía más que imaginar que aquel muerto era su madre, estaba sumamente aturdida en aquel momento, confundía cada vez más a Zenitsu.

El mencionado llevó su mano en el hombro de Mei, la cual ignoró por completo al contrario, se encontraba bastante inmóvil después de todo. Su compañero no sabía que decir, no tenía el valor de tratar de animarla cuando él también se encontraba en la misma situación.

—Matar demonios no es fácil —Murmuró Mei. Aquel pensamiento que llevaba teniendo hace unos pocos días volvieron de nuevo —Estaba tan confiada de mí misma, pensaba que sería fácil todo esto, ¿no seré capaz de ser cazadora de demonios? —Su voz era suave y débil, incluso temblorosa.

Hace un solo momento era la chica más energética del mundo, feliz y divertida, ahora simplemente estaba viendo el infierno por segunda vez pero con más claridad, el infierno estaba entre ella, el infierno era el mundo, pero su inocencia no la dejaba darse cuenta de eso, hasta ahora.

—¿Pasa.. algo? —Decidió hablar Zenitsu el cual seguía teniendo aquel comportamiento de miedo.

El sentimiento de ridiculez comenzó a invadir a Mei al escuchar a Zenitsu. La castaña se volteó hacia él y lo miró.

—Siento haberte dicho que entrar aquí es así de fácil y que tu único trabajo era cuidarme, no era consciente del miedo que se siente ir a una misión —Se disculpó sorprendiendo al rubio el cual en vez de estar lloriqueando se encontraba sorprendido y apenado hacia la contraria.

¿Cómo pretendía ser cazadora de demonios con la cobardía que llevaba escondiendo sin darse cuenta?

霧    new life, muichiro tokito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora