La hija de Bruno Madrigal (Camilo Madrigal y tu)

Una pequeña confesión

Llevábamos unas dos horas caminando, ya estábamos alejados del pueblo, pero desde la cueva podríamos verlo todo, ya estaba algo cansada y tenía hambre.

__: ¡Camilo! ¿ya vamos a llegar?- realmente quiero descansar y comer algo.

Camilo: si, de hecho ya llegamos- su sonrisa me hipnotizó por un momento, él era tan lindo, tal vez debía aprovechar y confesarle mis sentimientos.

Dejamos nuestras cosas a un lado y nos sentamos a disfrutar la vista, estaba por oscurecer y las luces del pueblo se notaban lejanas, era una linda vista, unas cuantas estrellas empezaban a notarse en el cielo y una mezcla de colores hermosos se notaba en él.

Estuvimos platicando un rato, hablamos de tantas cosas y recordamos nuestra linda infancia, me dio nostalgia hablar sobre papá, nadie en casa hablaba sobre él y aunque Camilo al principio no estaba cómodo con el rumbo de la conversación, terminó recordando conmigo a Bruno.

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El cielo ya estaba oscuro, el sol se había ido por completo y la luna había ocupado su lugar, había muchas estrellas en el cielo y la vista era muy hermosa, era cómodo estar con Camilo, no quería que el momento acabara jamás.

__: Camilo, creo que me gustas- mencioné en un susurro, sí me escuchaba, bien, sino mejor.

Estaba nerviosa pero él seguía mirando las estrellas, probablemente no me había escuchado, había una gran sonrisa en su rostro, se veía tan pacífico y feliz, verlo así me hizo sonreír también.

Camilo: ¿dijiste algo?- al parecer no me había escuchado, no quería repetirlo de nuevo, seguro me rechazaría.

__: no, no lo hice- un suspiro salió de mi, desvíe mi mirada hacia el estrellado cielo, una pequeña risa se escuchó de su parte.

Camilo: también me gustas __.

Mi sorpresa era grande, ¿realmente le gustaba?, voltee a verlo, él me miraba también, su sonrisa era sincera aunque con un leve toque de diversión, estaba más nerviosa que antes y tenía más que claro que debía estar muy roja, él también lo estaba, se veía tan lindo.

Camilo: ya es algo tarde y no falta mucho para que apaguen todas las luces del pueblo, mejor acomodemos todo para dormir- diji mientras se levantaba para ir a donde estaban nuestras cosas.

Ya todo estaba acomodado y comimos un poco antes de acostarnos en la salida de la cueva, todo estaba tan tranquilo y me sentía feliz, para nuestra suerte no hacía frío esa noche.

Camilo: vamos a dormir, mañana debemos levantarnos temprano para marcharnos a casa.

__: claro, descansa Camilo.

Camilo: descansa __.

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Me encontraba corriendo por un pequeño pasillo de madera, parecía estar entre las paredes de la casa Madrigal, alguien iba corriendo delante de mí y yo lo perseguía, me parecía conocido pero no estaba segura de quién era, llegamos a un pequeño cuarto y justo cuando iba a entrar detrás de esa persona escuche una voz que me llamaba.

__

¡__!

La voz era familiar y se escuchaba cada vez más cerca.

Camilo: ¡__!, vamos hay que levantarnos, llegaremos tarde sino.

Abrí los ojos y ahí estaba él, me miraba fijamente y me sonreía, me ayudó a levantarme aunque aún estaba algo adormilada.

__: no me quiero levantar, estaba muy agusto dormida.

Camilo: ya lo sé, pero debemos irnos ya, entre más tarde lleguemos peor nos regañaran.

Al cabo de dos horas habíamos llegado, el camino fue tranquilo y estuvimos bromeando y jugando durante todo el trayecto.

Tía Pepa: ¡Camilo!, ¡__!, ¿dónde estaban?- ella se notaba muy enojada y una nube estaba sobre su cabeza.

Tía Julieta: ¡que bueno que han llegado!, estábamos preocupados por ustedes, ¿no estan heridos?- ellos estaban preocupados por Camilo, no por mí, pero fingían frente a todo el pueblo.

Camilo: tranquila tía, estamos bien, ya estamos aquí.

Abuela Alma: bueno ya que están aquí vayamos a casa, deben comer algo- se dirigió a nosotros y luego hacia todo el pueblo- muchas gracias a todos por su ayuda, mis nietos están bien.

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Tía Pepa: Camilo ¿dónde estaban?- vaya que la tía estaba muy enojada, incluso había truenos dentro de la casa.

Dolores: estaban en la cueva- se asomó a la habitación donde estábamos- ups- y se fue nuevamente.