3. El vuelo

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Capítulo tres.

El vuelo.

—¡Abre la puerta Lara!—acto seguido varios golpes cayeron sobre la puerta, apareándola fuertemente.—He dicho que la...

Abrí rápidamente la puerta para encontrarme a mi hermana apunto de volver a gritar, su cara cambio rápidamente, saco su telefono del bolsillo e hizo como si yo no existiera.

—Papá me ha dicho que te diga nos vamos en 30 minutos, te quiere en la puerta principal en...—miro la hora de su reloj—veintinueve minutos y cincuenta y nueve segundos, no mentira, cincuenta y ocho, cincuenta y siete, cincuenta y seis.

Arta de escúchala cerré la puerta en todo su cara, me di la vuelta y entre en el baño, no había dormido nada, después de releer Romeo y Julieta, agarre otro Odisea, de Homero.

Me gustaba esos libros, pero tengo que cambiar de género, me gustaría leer algún que otro más actualizado.

Me di una ducha rápida no tenía tiempo para darme un baño, así que opte por eso.

Me vestí algo sencillo y como lo es, unos pantalones anchos de deporte, a juego con su sudadera ambas de color gris.

Hice una mochila rápidamente donde metí en un neceser cosas de baño e higiénica, metí también un libro; El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.

Una lectura rápida, para el vuelo.

Baje ya lista y en la puerta vi a mis padres, mi madre mirando el móvil, y mi padre en cambio miraba miraba repetitivamente el nuevo reloj de muñeca Rolex que se compró el otro día, por un capricho.

—¡Oh por dios, al fin!—dijo mi padre al verme—Ya nos podemos ir, tú hermana ya está en el coche.

Agarre la maleta y espere a que pasara mis padres, antes de salir yo.

Me di la vuelta y me fui, saludé a los guardias que estaban en la entrada, me subí al coche y me puse mis cascos, le di play a mi playlist de Spotify, y olvide todo lo demás.

•. •. •.

Llegamos al aeropuerto, muchos paparazzis estaba esperando en la puerta a la llegada de nuestro coche.

Varios hombres agarraron nuestras maletas, mientras que nosotros nos bajamos, mis padres iban de la mano encabezando nuestra entrada, Dalia iba detrás de ellos, y yo la última como siempre.

Los focos y luces que pusieron sobre ellos mientras que íbamos pasando, la mirada de la gente, y todo era estresante.

Pasamos por fin el barullo de gente que se amontonó en la entrada, entramos dentro del aeropuerto y nos llevaron a donde estaría el jet privado de mi padre, uno de alta gama, color marrón crema y con decoración de cuero en su interior.

Las azafatas nos enseñaron la entra y como era todo, el jet había sido otro capricho de mi padre, según el necesitaba otro ya que el anterior está echo polvo y roto.

Que por cierto era mentira.

Coloque mi noche en una de las mesas que había al lado de una ventana, en total había cuatro mesas repartidas por toda la zona de esta del jet.

Espere a que mis padres y mi hermana se sentaran en una de los asientos que em hay alrededor de la mesas.

Mire cuál era el lugar más lejano que había entre ellos y yo, para sentarme en el.

—¿Quieres tomar algo, querida?—unas de las azafatas se acercó a mi para preguntarme.

—Uhm, con una botella pequeña de agua tengo.

—¿Fría o del tiempo?

—Del tiempo, por favor.

La azafata asintió y se fue a por la botella, y yo aproveché para sacar el pequeño libro.

La azafata llegó con la botella y me la dio, le di las gracias y seguí con la lectura.


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¿que tal estáis todos?
espero que estéis genial yo aquí liada con los exámenes que ya me han puesto, que desgracia.
bueno os traigo este capítulo, espero que os guste.

~Love.

Save me || Pablo Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora