5. El chico

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Capítulo cinco.

El chico

—Fabuloso, ¡os queda increíble!—mi madre intento ser amable para no manchar la reputación.

Yo me encontraba en un rincón detrás de todo el mundo, aburrida y sentada sobre una mesa que había por ahí.

Un grupo de chicos jóvenes escuchaban atentamente a mi madre. Cerca de una chica estaba mi padre, él no dejaba de hablar y la joven intentaba no dormirse al escucharle.

Mi hermana, sonreía como una fan obsesionada con un chico. Siempre con el móvil en la mano.

Había unos cuantos más empleados poniendo focos, micros y cámaras, y sobre todo el hombre de antes, Joan, si no recuerdo mal, estaba súper entusiasmado con todo.

Mire a los chicos que estaban sentando en el banco. Mis ojos viajaron por cada uno de ellos, empezando desde la primera hasta acabar en la segunda, todos atletas y con cuerpo deportivo.

Al acabar la segunda fila un chico llamo mi atención, él estaba sentado.

—¿A quien miraras tanto?—mi hermana entre cerro los ojos.

Miro mi vista y la siguió con su mirada, hasta llegar al chico ese.

—Mira no se lo que estás tramando pero, ni se te ocurra acercarte a Gavi, porque...

¿Gavi? es aquel chico que hablaba mi hermana antes, ya solo me queda saber quien es Pedri.

—¿De acuerdo?—me advirtió sin yo haber escuchada nada de lo que dijo.

—Eh, si claro.

—Bien—se dio la vuelta y siguió mirado al grupo de jóvenes.

Mil fotos más tarde.

Llevaba una hora y media aquí metida, sin comer nada y sentada en una silla. El aburrimiento me estaba matando, necesitaba salir de aquí urgentemente.

—En seguida volvemos ponernos los conjuntos que tenéis ahí, en cada bolsa viene el nombre del jugador al que le corresponde.—dijo mi madre y fue ha hablar con Joan y con mi padre.

Ellos intercambiaron unas cuantas palabras y en unos gestos se entendieron.

—Dalia, cariño acompáñanos—dijo mi padre.

—¿Y yo?—le dije, él me dio una mirada cansada y con eso lo entendí todo.

No me quería ahí. No otra vez.

Suspire e intente no comerme la cabeza mucho mas, así que volví a mi anterior sitio y observe como los chicos salían de los probadores y se quedaban hablando entre ellos.

Agache la cabeza, de repente sentí una presión en el pecho, había muchísimo más ruido que antes, más personas, las paredes cada vez se hacia mas pequeñas, y más, y más, y más.

Empecé a toser, me faltaba el aire, esta empezando a hiperventilar , cuando de repente, sentí a alguien tras mi.

—Ey, ey, ey—la voz de un chico me calmó.—tranquila, tranquila respira.

Le mire a los ojos y encontré paz en ellos, sus brazos estaban puestos alrededor mía, haciendo de muralla, poco a poco me iba relajando pero necesitaba la canción, necesitaba sentirme a su lado.

—Es hora de levantarse, a salir de la cama ya. El sol viene a saludarnos. Y hoy le vamos a cantar—dije con un leve susurro.

Buenos días sol. Buenos días sol. Te queremos ver brillar

—Buenos días sol. Buenos días sol. Estamos listos para ir a jugar

El chico me estuvo acompañando hasta que paso todo.

—Tranquila ya paso todo, estas a salvo.

Eh, eh gracias.

—No es nada, soy...

—¡Gavi, vuelve ya! es hora de las siguientes fotos.

—Voy—dijo el chaval—Espero que te recuperes.

Y como llego se fue, pocas personas sean acercado así como él, para ayudar y no conseguir algo de dinero.

Se volvió a sentar en el banco, me dio una última mirada y una sonrisa sincera antes de enfocar una la cara en la cámara.

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~Love.

Save me || Pablo Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora