Capítulo cuatro.
La llegada y el recibimiento.
Una hora y cuarenta minutos después llegamos a ¿¡Barcelona!?
¿Que mierda hacíamos aquí?
Bajamos del avión y el sol nos recibió, hacia un día bastante bueno, era una buena temperatura, comparado a los días cálidos en Sevilla.
Unos señores con traje bajaron nuestras maletas y las subieron a un Mercedes-Maybach, negro. Subimos a el y nos llevo a nuestro hotel, el más caro de Barcelona.
Llegamos a la habitación que íbamos a compartir esta noche y ya mañana nos iríamos a una casa que mis han alquilado por toda esta semana que nos quedaremos aquí.
Me puse el pijama y me encerré en la habitación, antes que me dijeran cualquier cosa mis padres. Encendí la televisión y me quede viendo un programa de talentos.
...
Al día siguiente.
Me levante y me di una ducha, ya que en mi habitación había baño, después me vestí con una sudadera marrón, unos pantalones vaqueros y unas Jordan a juego a la sudadera. Mi pelo iba agarrado a un moño bajo desordenado.
Salí de mi habitación y para mi suerte mi hermana se encontraba ahi.
—Hola bicho raro, ¿amaneciste mal?—sonrío de lado.
Suspire y pase de ella.
—Vaya al parecer a la mocosa le ha comido la lengua el gato, que pena.
Seguí mi camino intentado pasar de ella y no hacer casos a sus estupideces.
—¿Me puedes dejar tranquila?—dije mientras quitaba su mano que había apoyado en mi hombro.
—No, sino, ¿que gracia tendría esto?—ella empezó a reírse.—Agh no se como mi madre y mi padre pudieron tenerte, mirarte, con esa ropa como si vistieras "guay". ¿Quien te crees? Y ni hablemos de tu personalidad de mierda que tienes, es es... estúpida.
Iba a arrancarle los pelos de cuajo, pero seguramente mama y papa la creerían a ella y no me tendré que pasar el dia en casa encerada, sin móvil, ni libros ni nada solo la cama y yo.
Me mordí la legua y pase de ella, baje al salón y ahí vi a mis padres ya vestidos, listos para irnos.
—¡Por fin!—exclamó mi madre muerta del asco.
Ella salió antes que mi padre, y yo tras ellos, Robert, me dio una sonrisa de compasión antes de cerrar la puerta con llave mi metérsela en el bolsillo.
Robert era un segurata que acompañaba a nuestra familia a casi todos los sitios que teníamos que ir fuera de nuestras casa. Nos subimos al coche y nos fuimos del hotel.
* * *
Media hora mas tarde estábamos entrando en las ¿Oficinas del Fútbol Club Barcelona?, ¿Donde estábamos?
—¿Donde estamos?—pregunte.
—Tu ignorancia es demasiado grande, ¿a caso tampoco sabes leer?—dijo mi padre.
Suspire.
—Estamos en las oficinas del Fútbol Club Barcelona, evidentemente un equipo de fútbol.
Fútbol, mmm.
¿Que es eso?
Lo pensé pero no llegue a decirlo.
—¿Mamá estarán Gavi y Pedri?—mi hermana quito la vista de su móvil.
—Por supuesto cariño, podrás hacerte fotos con ellos, y llegaras a conocerlos.
—Bien.—volvió a su móvil.
¿Gavi?, ¿Pedri?, ¿Quienes son?.
Esos nombres no so para nada comunes, seguramente sean extranjeros.
Aparcaron en la puerta de entrada, varios paparazzis esperaban a través de las vallas.
—¿Podéis decir porque estáis aquí?—uno de ellos dijeron.
Un hombre en traje apareció por la puerta, en dirección a nosotros.
—Joan—un paparazzi grito—Laporta, ¿será posible el fichaje de Halaand?, para el chiringuito por favor.
El hombre sonrió,—Bienvenidos, un placer conoceros y poder contar con vosotros.
Mi padre se adelantó—El placer es nuestro, gracias por contar con nosotros para las fotos.
—¿Oh ellas son vuestras hijas?
—Si ella es Dalia, si, la bailarina representante de España—dijo alagando a mi hermana—Y ella... ella es Lara, la menor—dijo haciendo una falsa sonrisa.
—Encantado, yo soy Joan Laporta, presidente del fútbol club Barcelona—sonrió amablemente—pasar y hagamos las fotos y después todo el papeleo.
Le acompañamos hacia una gran puerta de cristal.
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nuevo capítulo.
espero que os esté gustando, la historia.
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Save me || Pablo Gavi.
Fanfic¿Pueden dos corazones convertirse en uno solo? Porque yo soy tu calma y tu mi mar. Porque solo nosotros entendemos lo que tenemos. Tu puedes arreglar mi corazón y yo mejorar el tuyo.