Capítulo once.
¡BUU!
Mire el despertador que estaba a mi derecha sobre la mesita de noche. Marcaba las 5 de la madrugada.
Llevaba cosa de una hora sin poder dormir y ya no tenía más sueño así que decidí levantarme.
Salí de mi habitación y fui a la cocina a por un vaso de agua, y de repente sentí la presencia de algún tras mi. El problema era que no había nadie en casa, quitando a mi familia, que a estas horas no estarían despiertos ni aunque le pagaran un millón de euros.
Me giré lentamente con el vaso en la mano y entrecerré los ojos.
—¡BUU!
Solté el vaso de golpe, y cayó al suelo, formándose en pequeños trozos de cristal y con el agua que quedaba por todo el suelo.
Solté un grito ahogado, que se perdió en la mano de Gavi, que de una sola zancada se había colocado justo enfrente mía.
—¡No vuelvas a darme esos sustos!—ordené—casi se me sale el corazón, por dios.
Él apenas podía hablar ya que se estaba riendo a carcajadas.
Resople y me giré para coger la escoba que estaba en un pequeño almacén, justo a mi derecha.
—¿Que-Que haces despierta a estas horas?—tartamudeó, Gavi, aún recuperándose de las risas.
Le mire de reojo mal—No podía dormir más. ¿Y tú?
—Igualmente.
Me giré y vi que Gavi estaba agachado recogiendo con la mano los trozos de cristales más grandes, se giró y lo tiro en la basura. Yo por mi parte termine de recoger, él se fue para el almacén y agarro la fregona y el cubo para recoger el agua del suelo.
—Me gusta tu pijama, es un poco peculiar.—me mire a mi misma, aún llevaba mi pijama de ovejitas blancas. Sentí como me puse roja al instante lo que proporciono más risas por parte de Gavi.
—Mierda, ¿Tú que haces aquí? —le pregunté.
—No se si recuerdas de que ayer aquí hubo una fiesta, y que los jugadores nos quedamos a dormir ya que hoy vamos a ir todos juntos ha hacer unas fotos, ahora por la mañana.
—Es decir que hay más gente aquí y que pueden bajar a la hora que quieran.—dije rápidamente—Mierda.—susurre lo último.
—Bueno creo que debería ir a vestirme antes de que alguien más me vea así—volví a decir.
—Estas muy mona, por mi como si no te cambias.
Me puse aún más roja, me di la vuelta para irme a mi habitación pero antes sentí la mano de Gavi en mi brazo.
—Cuando termines de vestirte baja al salón te espero ahí.
Asentí y subí rápidamente a mi habitación.
Agarre otro conjunto que metí en la maleta. Mire con manos temblorosas el top blanco he había metió, hacía tanto tiempo que no me ponía lago tan corto y me puse unos pantalones vaqueros. Suspire dándome media vuelta mirándome en el espejo ¿Estoy bien? Nunca antes había estado tan nerviosa por algo como es estar con un chico.
Baje al salón como me había dicho y hay lo vi sentado en el sofá, echado hacia atrás, con móvil en mano y mascado chicle.
Al verme se apresuró en soltar el móvil y venir hacia mi.
—Pasarás frío, ponte esto.—se quito la chaqueta que tenia y me la dio.
—¿Y tu? No hará falta, póntela tu—se la volví a dar.
—Póntela o no nos vamos de aquí.
—Buen pues nos quedamos—me encogí de hombros.
De repente Gavi agarro la chaqueta en una de sus manos y con la otra en un rapido movimento me subió a sus hombros como una bolsa de patatas.
—Bájame, suéltame.
—Nos vamos bonita.
>>>>>>>>>>>>>
¿por donde empiezo?
primero que nada agradecer por los 8 y 9K de lectura, es increíble ver como os está gustando muchísimo, y por último pero no menos importante, ¡Hemos llegado a lo 500 votos! wow, sois increíble de verdad~Love
ESTÁS LEYENDO
Save me || Pablo Gavi.
Fiksi Penggemar¿Pueden dos corazones convertirse en uno solo? Porque yo soy tu calma y tu mi mar. Porque solo nosotros entendemos lo que tenemos. Tu puedes arreglar mi corazón y yo mejorar el tuyo.