CAPÍTULO 11

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ALLISON

- ¡Debes ir! - me insistieron Sabrina y Mellisa

Llevaban media hora así, tratando de convencerme de ir a una fiesta, no quiero salir de mi cómoda cama.

- Por enésima vez, debes ir, siempre lideras las fiestas, no deberías perderte está - insistió Sabrina

- Y por enésima vez, no quiero ir, se que lideró las fiestas, pero no tengo ganas de salir de fiesta

- El chico italiano de intercambio, él también irá, Daniel lo invito - dijo de lo más normal Mellisa mirando sus uñas

Mis mejillas se enrojecieron, tan obvio era mi atracción hacia él.

- Ya que insisten tanto iré - suspire rendida

Que podría pasar.

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- Reconozco que te ves muy sexy  - sonrió angelicalmente Sabrina

- Siempre lo soy, que insinuas - reí divertida

Íbamos de camino a recojer a Mellisa y a  la dichosa fiesta

- Te ves muy sexy - dijo Mellisa entrando al auto

- ¿Acaso es el día dónde me recuerden lo sexy que estoy?

Ellas rieron y no dijeron nada más.

Sus ojos me miraban con cautela, detallando cada parte de mi cuerpo. Él llevaba la típica chaqueta de cuero negra, botas del mismo color, camisa blanca, y pantalón negro, él está bueno y lo sabe.

La música resonaba por toda la casa. Sabrina y Mellisa bailaban a mi lado, se perdieron de mi vista en un segundo cuando mire hacia los lados ya no estaban. Negué divertida, el whisky me estaba haciendo efecto. Una canción latina resonó y moví las caderas al ritmo de ella.

Cómo me duele y me seduce

Cuando le apagan las luces

Ella se luce y yo se lo hago otra vez

Llevo tanto tiempo mirando, reacciona

Dime qué estás esperando

Baby no hay demora

Pégate a mi, que rico a mi

No dejes que pasen las horas.

Me movía al ritmo de la música cuando unas fuertes manos me agarraron de la cintura, no tenía que voltearme para saber quién era.

- ¿Acaso me estás seduciendo con está canción, Allison? - la voz ronca de Angelo inundó mis oídos

- ¿Y que si lo estoy haciendo? - me moví contra su notable erección

- Non dovresti tentarmi così - el agarre De sus manos en mi cadera se volvió más posesivo moviéndose a mi ritmo

( No deberías tentarme así )

Enterró su cara en mi cuello y la sensación era jodidamente buena

- Deberíamos salir de aquí, antes de que te folle justo ahora - susurro

Estaba por responderle, cuando una fuerte bofetada me interrumpió. Mire al culpable y quise que la tierra me tragara y me escupiera en Hawaii, deben estarme jodiendo.

- Ésto es lo que haces, luego romper conmigo, Allison - dijo un Steven enfadado - Eres una auténtica zorra, vas por ahí follando con cualquiera que se te aparezca

Agarre mi mejilla, de seguro me dejara una marca

- Eres un hijo de perra, crees que puedes venir y abofetearme, así porque sí. Y si me voy follando con el que se me aparezca no es tu maldito problema, termine contigo, y gracias al cielo que lo hice - le dije dándole una bofetada

Angelo estaba por meterse pero lo detuve, ésto es entre el y yo.

- Eres un caso perdido, Allison, lo único bueno de ti era tu dinero, si no me mires con esa cara. La única razón por la que estuve contigo esos años, fue por tu. Maldito. Dinero.

Así que solo por mi dinero, menos mal lo deje. Improvisa Allison

- Me lo esperaba, y sabes que, me da un alivio que rompí contigo

- Eres una puta barata y de seguro te estás follando a éste ¿No es así?

- Creés que puedes hablarle así, estando yo presente, dime una cosa ¿De que color quieres tu ataúd?, Ese será tu jodido regalo por decirle eso

Angelo se abalanzó contra Steven, dirigió su  puño hacia la cara de Steven, tanto fue el impacto que cayó al piso.

Angelo se puso a horcagadas de éste golpeándolo con fuerza,  sus anillos daban fuertes golpes en su cara, partiendo así su nariz, y quién sabe su boca

- Te lo vuelvo a repetir, Nunca en tu jodida vida, pienses en aparecerte y hablarle así a Allison, o lo siguiente que estará en tu cara no serán mis puños, será una jodida bala en tu frente. Ve pensando el color de tu ataúd

- Hijo de puta - escupió sangre en la camisa de Angelo

Unos cuantos golpes más y Steven estaba inconsciente unos chicos conocidos se lo llevaron. Me acerque a Angelo viendo su cara, se veía furioso

- No debiste hacerlo, tus anillos, camisa blanca están manchados con sangre - le dije al ver la gran nacha

- Me importa un carajo, volvería hacerlo, por tí - sus ojos me miraron y algo brillaba en ellos

- Idiota, vamos, tengo que curar esas heridas - lo jale del brazo

- Mi doctora personal - río divertido, dando un beso en mi frente

Que noche.

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