Ghost of You (Renga - SK8 The Infinity)

6

– Bueno... yo... –Langa no sabía qué decir.

Se sentía tan halagado como las otras 6 veces en la que le propusieron exactamente lo mismo, pero la respuesta seguía sin variar.

– No está en mis planes asistir, pero gracias por invitarme. –respondió al fin, aún con la expresión fría que lo caracterizaba cuando interactuaba con la mayoría de sus compañeros de clase.

La chica, cuyo nombre Langa no se molestó en preguntar, se fue corriendo de inmediato al ser rechazada, creyendo que había cometido algún error al preguntárselo. Sin embargo, el rechazo era inevitable, pues el canadiense no estaba interesado en lo más mínimo en ir a ese baile improvisado que habían organizado sus compañeros de clase para la noche siguiente. Ni siquiera le importaba que fuera el último momento de relajo para los estudiantes de último año antes de que empezaran sus meses finales de escuela, en los que deberían esforzarse aún más por obtener calificaciones sobresalientes.

Dio vueltas frente a la puerta del baño por un par de minutos más hasta que vio a Reki salir y una sonrisa se dibujó en el rostro de ambos.

– Gracias por esperarme –le dijo el pelirrojo, compartiendo su gesto–. ¿Nos vamos ya o tienes algo que hacer?

– No, podemos irnos. –contestó él.

Caminaron juntos hacia donde habían guardado sus patinetas mientras platicaban sobre lo mucho que había mejorado Langa en el skateboarding. Este no pudo evitar sonrojarse cuando el pelirrojo le dio varios cumplidos sobre lo talentoso que era, pero la escena se vio interrumpida cuando una chica chocó de repente contra el hombro de Reki. Al parecer, había sido empujada.

– ¡Lo siento mucho! –expresó el pelirrojo deteniéndose, a pesar de que no fue su culpa.

La chica lo ignoró por completo y comenzó a reírse con un grupo que se encontraba de ese mismo lado. Ellos la habían empujado a propósito.

– ¡Pídele, vamos! –se burlaban los jóvenes de ese grupo–. ¡Invítalo a salir!

– ¡Ja, ja! ¡Ni loca, qué horror! –se acercó a ellos casi sin poder respirar de tanto reír.

Reki, por supuesto, se sintió muy humillado por sus palabras, pero no era la primera vez que hacían esa "broma" con él. Como Langa estaba presente, mantuvo la compostura y continuó caminando, sin saber que su amigo no aguantaría una burla de ese tipo.

– ¡¿Se puede saber qué es lo que encuentran gracioso?! –les reprochó Langa en voz alta.

Su voz resonó en todo el pasillo, lo que provocó que todos los que se encontraran ahí voltearan a verlos. El pelirrojo deseó esfumarse con el aire ante tantas miradas.

El grupo de jóvenes dejó de reír paulatinamente para pasar a hacer un gesto preocupado, pues el canadiense los había escuchado.

– Langa, no te vimos. –comentó la chica del grupo.

– ¡¿Y acaso les parece correcto actuar así con él a mis espaldas?! –exclamó furioso.

– ¡Tú no lo conoces! –intervino el más alto del grupo, el cual medía casi lo mismo que Langa–. ¡Se metió en muchos problemas antes de que llegaras a la escuela!

Langa había escuchado ciertos detalles de esa historia en sus primeros meses en esa escuela, mientras buscaba sacar información sobre Reki. No obstante, no profundizó en los hechos ya que no le pareció que el pelirrojo hubiera obrado mal, e incluso se enamoró de él después de conocerlo mejor.

Ahora, habiendo visto cómo su amigo recibía los peores tratos, no iba a creerles una sola palabra a los bullies.

– ¡¿Que no lo conozco dices?! –rebatió Langa, incrédulo por aquel comentario–. ¡Paso más tiempo con él que todos ustedes y nunca lo he visto intentando lastimar a nadie, pero sí he visto cómo intentan humillarlo! –no pudo evitar alzar más la voz. Esta vez, se dirigió a todos los que los estaban observando, quienes fueron en algún momento partícipes de las vejaciones hacia Reki–. ¡Ya, deténganse! ¡¿Cuál es el maldito punto?! ¡¿Qué están esperando de él?!