Quizás todo es demasiado bueno para ser real; Camilo sabía eso perfectamente y lo tuvo que aprender de la peor manera.
Una profecía, un sacrificio y una separación era lo que le esperaba a la hermosa pareja de amigos que crecieron con tanto amor en...
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Hermosas son las flores cuando cae el rocío, pero más divinos son tus labios cuando chocan con los míos.
Notoria era la sonrisa enamorada de Carolina mientras pasaba por el pueblo de Encanto con su canastilla vacía entre sus manos. El día había sido largo, agotador y estresante; pero con aquel "También te amo" saliendo de Camilo después de un maravilloso beso, la felicidad inundó todo su ser.
Los pueblerinos saludaban alegre a la joven viéndola más radiante que de costumbre, todos suponían que algo bueno le había pasado, y que ese "algo" podía ser un Madrigal.
Poco tiempo después llegó a su lugar de trabajo para finalizar su día al dejar el dinero cobrado.
— ¡Ya regresé Don Hernández! — Saludó feliz —. ¿No es una tarde preciosa?
— Sí que lo es — Afirmó el mayor saliendo de la cocina para recibir a su fiel ayudante.
Carolina sonrió entregándole las ganancias del día, dejó su canastilla sobre una de las mesas y se detuvo frente a una de las grandes ventanas de la panadería para admirar el hermoso atardecer suspirando con amor.
— Siento que hoy te pasó algo muy bueno — Comentó divertido Don Hernández.
— ¿Es muy...notorio? — Cuestionó apenada sin poder ocultar esa gran bella sonrisa.
Él mayor asintió con ligera diversión y respondió:
— Y presiento que tiene que ver con alguien que es muy glotón.
Carolina rio ante ese comentario tan descriptivo.
— Cami y yo...bueno — Habló acomodándose nerviosa un mechón sobre su oreja —. Él...¡Él dijo que me ama! — Exclamó con emoción.
— ¡Por mis bigotes! — Respondió con felicidad — Bendito sea este día, ¡Qué vivan los novios!
— Oh...no somos novios — Negó levemente desanimada captando el rostro confuso de su jefe —. No hemos tenido tiempo para hablar de...nosotros. Ayer fue la fiesta de Toñito y hoy con el compromiso de Isabela y yo trabajando, se nos complicó bastante poder hablar de esto.
— Cambie esa cara tan triste mi niña. Mi amada Patty siempre decía que todo florece a su tiempo.
— ¿Florecer, nosotros?
— Sí, tomen su amistad como una pequeña semilla que creció a lo largo de los años con cariño, confianza y lealtad, forjaron raíces fuertes con un tallo lleno de amor que subía hasta el cielo. ¿Pero qué faltaría?
— ¿Los pétalos? — Preguntó dudosa.
— ¡Exacto! Los pétalos serán la hermosa relación que ustedes dos harán para completar su...no lo sé, ¿Qué flor podrían ser ustedes? — Cuestionó pensativo.