Thiago
Estaba agotado.
Me había tomado en serio lo de preparar todo para la visita de Bianca, y eso me dejaba con las energías justas para el entrenamiento feroz que tenía que afrontar cada mañana.
Los músculos me dolían, necesitaba por lo menos dos horas de sueño más cada noche, y sobre todo, estaba pasado de ansiedad.
Contaba los días, las horas, los minutos, ya no podía seguir esperando. Tenía la panza hecha nudos porque ya quería que ella estuviera en casa, para que estuviéramos juntos... y también para ver si le gustaba.
Algo me decía que todo se definiría en este viaje, y tantas cosas dependían de él, que una parte de mí, quería de una vez dejarlo atrás y empezar a hacer planes a futuros. Solo quedaban unos meses para terminar el año, la segunda mitad.
Con el trabajo y el torneo, se me pasaría volando, y no podía dejar de pensar en lo definitivo que se volvería todo una vez que Bianca se mudara.
Este año había sido el mientras tanto, solo para que yo me acostumbrara y ella pudiera terminar el colegio y prepararse para la mudanza; pero no se sentía aún como un comienzo. Sentía que solo cuando ella estuviera viviendo conmigo podríamos realmente empezar a vivir aquello con lo que tanto habíamos soñado.
Bueno, yo había soñado. La naturaleza pesimista de mi chica no la hacía muy soñadora, pero sí que tenía planes. Los dos los teníamos, lo habíamos hablado hasta el cansancio.
Todos esos planes dependían de que le gustara la ciudad, el departamento, mierda, era otra provincia.
Cada vez que ese pensamiento me rondaba la cabeza, empezaba a retorcerme las manos o pasármelas por el cabello, como si quisiera tirar de él. Y tenía bastante, que si no ya a esta altura me hubiera quedado calvo.
La provincia no podía cambiarla, tenía un contrato firmado. Pero de pronto si me levantaba más temprano, podía mudarme un poco más lejos de la ciudad a algún lugar que le gustara más, o... yo qué sé. Podía aceptar la propuesta de mi abuela y dejar que me comprara una propiedad grande, con jardín.
Éramos muy jóvenes para todo eso, no me parecía normal, pero si era lo que mi novia quería, podíamos llegar a un acuerdo.
Seguir manteniendo nuestra relación a distancia, no iba a ser una opción, así que más me valía pensar en un plan B, C y hasta un D si es que ella llegaba lo veía todo, y no se veía viviendo aquí.
En ese contexto de nervios y ansiedad es que recibí su llamado.
Me había dado un susto de muerte escucharla tan angustiada. Por un momento había pensado que estaba herida o que algo malo le había sucedido. Llámenme exagerado si quieren, pero ya estaba ideando unas mil ideas para escaparme a Buenos Aires. ¿Ven? Es lo que les digo de la distancia. No podía saber que ella estaba pasándola mal y yo estaba de brazos cruzados a cientos de kilómetros.
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3 - Perdón por las mariposas, tenías razón
Novela JuvenilSinopsis: Imprevistos los enfrentan a cosas que nunca se hubieran imaginado. Una incógnita y un hecho que puede cambiarle la vida a ambos. Bianca seguirá en su búsqueda personal para conocerse y Thiago seguirá esforzándose para crecer en su carrera...