OO2.⠀❨ Las cobras no son amigables ❩⠀

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—¡Ves! No es tan malo. —Andy le sonrió, desordenando su cabello y guiñándole a un grupo de chicas que justo pasó por su lado—. Ve a divertirte campeón. Yo te aseguro que también lo haré.

—¡Espera! ¿Vas a dejarme so...? —la pregunta se atascó a la mitad, su hermano ya había desaparecido entre la multitud de estudiantes que caminaban sin apuro por todos los pasillos de la escuela.

Jesse tomó una fuerte bocanada de aire y asintió para si mismo.

Era fácil, todo saldría bien, él sólo tendría que encontrar a Larusso y todo iría bien.

No estaba realmente molesto con la idea de hacer un amigo, podría servirle en cierto modo, recordaba como su última amistad no había terminado bien y como fue algo usual en la vida de Jesse que un amigo cercano pronto le de la espalda y se vuelva parte de aquellos grupos que solían molestarlo.

—No pienses en ello. —se murmuró a sí mismo, comenzando a caminar aquellos pasillos en busca de su casillero.

El número de su casillero estaba ya en sus manos, ya le habían dado indicaciones de en dónde exactamente se encontraba, pero no estaba prestando verdadera atención qué camino tomaba, concentrándose en encontrar su objetivo, debía encontrar primero a LaRusso porque mientras más rápido haga su misión, mejor.

El recuerdo de su madre diciéndole que era imposible encontrar algo cuándo estuvieses buscándolo con tanto empeño llegó a su mente como quién no quiere la cosa.

Ella siempre decía "despeja tu mente, y cuando dejes de buscarlo, aparecerá frente a tus ojos". Pero Jesse simplemente no podía despejarse, no podía pensar en otra cosa que no sea acabar tan pronto como sea posible.

Pronto la busqueda de su casillero pasó a segundo plano mientras se detenía en seco y daba un par de vueltas en su lugar en busca de aquél rostro que intentó memorizar de las fotos que habían logrado encontrar del menor de los LaRusso.

—Hola, ¿eres nuevo? —una voz preguntó detrás de él, logrando sobresaltarlo.

Jesse dió media vuelta, con una timida sonrisa en su rostro asintió con la cabeza.

Un chico moreno, poco más alto que él, lo estaba observando con curiosa atención. Por detrás se encontró un grupo de cuatro o cinco estudiantes más que soltaban disimuladas risitas por el sobresalto de Jesse. El moreno que pareció ser el líder del grupo, pronto silenció esas risas con una fulminante mirada.

—Tranquilo, yo también lo he sido alguna vez, es bastante jodido si no conoces a las personas adecuadas desde el primer momento. —El chico frente a él le sonrió amablemente, y Jesse con mucha educación le correspondió la sonrisa, asintiendo a lo que le habían dicho.

—Sí... Nunca he tenido esa clase de suerte. —Jesse se encogió de hombros tímidamente.

—Yo tampoco, es un asco. Soy Kenny, ¿y tú? —Kenny extendió una de sus manos para que ambos se den un amistoso saludo, Jesse sonrió aún más y le correspondió al instante.

Esto iba a ser mucho más fácil de lo que esperaba.

—¡Yo soy Jesse! Un gusto. —dijo al tiempo en que sus manos se soltaban.

Unas nuevas risitas bajas llamaron su atención, "Tiene nombre de niña" logró escuchar que uno susurraba, Kenny nuevamente se dió media vuelta y está vez les espetó que cerraran la boca, cosa que todos hicieron al instante.

—Ignoralos, son unos idiotas. —le restó importancia.

—Está bien... Estoy algo acostumbrado a decir verdad.

Ambos se miraron en un breve silencio, la curiosidad divertida en los ojos de Kenny le generó mucha confianza, tal vez el podría ayudarlo a encontrar a LaRusso.

—Oye... Yo en realidad estaba buscando a alguien por aquí... —comenzó Jesse, comentando agradablemente.

—¿A sí? Tal vez podamos ayudarte. Dime ¿A quién buscas? —Kenny preguntó.

Todo su séquito se acercó con curiosidad queriendo escuchar a quién estaba buscando y por primera vez desde que Jesse los vió, se encontró con rostros amigables lo cuál lo inquietó levemente, momentos antes se habían burlado de él y ahora querían ayudarlo, algo simplemente no terminaba de encajar.

—Uhm... —pensó durante un momento si aquella era la mejor idea.

—Anda, con confianza. Si no lo conocemos podemos ayudarte a encontrarlo. —Kenny animó.

—Está bien. Su nombre es Anthony LaRusso. ¿Lo conocen? —Jesse sonrió amablemente esperando una respuesta que jamás llegó.

Rápidamente el ambiente se volvió tenso, Jesse frunció el ceño confundido, ladeando su cabeza hacia un lado al ver cómo todo el grupo de amigos comenzó a tirarse miradas disimuladas entre sí.

Se lamentó mentalmente por dejarse convencer tan fácil y decir aquél nombre, parecía que después de todo iba a tener un primer día más difícil de lo que esperaba.

Después de unos minutos de un perturbador silencio, Kenny carraspeó y les dedicó a todo su grupo una mirada discreta, Jesse observó como todos asentían en silencio y se preparó mentalmente para encontrar una vía de escape ideal para salir corriendo si la situación lo ameritaba.

—¿LaRusso? ¿Lo conoces? —su pregunta advertía peligro.

Y eso fue otro punto extraño allí, Jesse no estaba acostumbrado a la sutileza, demasiado acostumbrado a los golpes antes que a las preguntas, e inocente creyó que si le preguntaban entonces realmente no pasaría nada malo con su respuesta, no estaban allí para golpearlo, no lo harían... ¿Verdad?

—Yo... —se lo pensó durante un momento, técnicamente no lo conocía, pero sería sospechoso buscarlo sin conocerlo, comenzarían a hacer muchas preguntas y él no podría decir nada acerca de sus padres, lo mejor sería mentir y decir que lo conocía, tal vez eso pueda salvar a Jesse por un tiempo—. Sí, somos viejos amigos.

Mala elección.

El rostro de Kenny se deformó en una fea mueca, finalmente dejando de lado su postura amable y negando con la cabeza con fingida decepción.

—¿Un amigo de LaRusso? Lo siento... Creo que nosotros no somos las personas adecuadas con las que deberías haber hablado en un primer momento. —la voz de Kenny ya no demostró nada de amabilidad.

Jesse retrocedió un paso inseguro, pensando en qué había dicho mal, hasta que lo notó. Algo que hasta el momento no le había prestado atención, las chaquetas de aquellos chicos, tenían cobras bordadas, eran los Cobra Kai.

Y entonces recordó lo que Gabe les había dicho aquella mañana.

Por nada del mundo se acerquen a los Cobra Kai, son el principal enemigo de Miyagi Do, si les preguntan a ellos acerca de los LaRusso se meterán en problemas, no quiero que se metan en problemas el primer día, sí Andy te estoy hablando a tí muy particularmente, alejense de las Cobras, va a ser fácil, no son nada amistosos, solo evitenlos y ya.

No se acerquen a las Cobras.

Jesse retrocedió otro paso, mientras las miradas serias del grupo de chicos cambiaban a siniestras sonrisas. Observó con temor como Kenny se tronaba los dedos antes de poner sus manos en puños.

En su defensa, Kenny si fue amistoso en un primer momento, tal vez eso le hizo olvidar lo que Gabe dijo, él había asegurado que eran malos pero Jesse no creyó que ese grupo pudiese herirlo.

Oh, que equivocado estaba.

—A por él. —murmuró Kenny y ese fue su llamado final para que comience a correr por los pasillos.

Encuentra a Andy, él te salvará, búscalo, búscalo. Andy, Andy, ¿Dónde estás?

✓ OXYGEN, Anthony LaRussoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora