𝐂𝐚𝐩8

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Unos días después...

   El alfa y el Omega ya habían regresado de su improvisada pero hermosa luna de miel, ya había pasado la semanita de vacaciones que tenía la ahora oficialmente pareja, y ambos estaban devuelta en la ciudad de Tokio y a sus respectivos trabajos o mejor dicho empresas.

   El alfa había despertado primero que el omega ya que esté ahora se hacía cargo de ambas empresas por decisión de ambas familias, obviamente el Omega también estaba a cargo pero esté había preferido descansar un poco más que su esposo.

   Al despertar el alfa se sintió en un sueño, un bonito sueño, tenía al omega más hermoso de todo el mundo durmiendo tranquilamente en la cama que ambos compartían, y no había mayor felicidad para el alfa el saber que no era un sueño, sino una realidad.

   Ya estaba listo para salir de su casa, e ir a trabajar, cuando el pequeño cuerpo empezaba a moverse y dar a entender que se estaba despertando.

— Ran? — Pregunta un poco confundido el Omega.

   El alfa al escuchar la suave y somnolienta vos del Omega, voltea para encontrarse con el magnífico color rosa palo de los ojos del otro.

— Buenos días amor. — Caminó hacía el Kawata, y besó de forma simple su frente. — Como haz despertando? — Pregunta en un tono de vos relajado al menor, para saber cómo se encontraba.

— Estoy bien, he tenido un buen sueño, tengo algo de calor, pero no es nada que no se pueda arreglar con un baño de agua fría.

— Oh amor, acostumbrate a tener calor todas las mañanas, tienes un esposo tan guapo e irresistible que nadie no podría no acalorarse.

— Estúpido no es ese tipo de calor, enserio estoy sudando.

— Ya lo sabía, pero igual no podía no dejar de presumir me.

— Ahs, vete ya a trabajar, se te está haciendo tarde, no quiero tener que aguantar las llamadas de Rindou quejándose porqué estas llendo tarde a la empresa.

— Está bien ya me voy, pero no me voy antes de que me des mi beso de despedida. — Afirma el Haitani, para después poner sus labios en forma de pato, esperando el beso de su amado.

   Incluso si el menor tenía mucha vergüenza por tal acto del mayor, no podía evitar alzar su cuerpo para poder depositar un languido beso en los dulces labios del más alto.

   Una vez satisfecho por recibir el pequeño toque de labios, el mayor se despidió y salió de el hogar que compartía con el Omega.

    El Omega ya había tomado un baño, uno largo, estaba algo tensó y muy acalorado desde que se despertó por lo que decidió tomar un baño con agua tibia para relajarse, y si bien no puede negar que varios de sus músculos se relajaron el calor que ...

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    El Omega ya había tomado un baño, uno largo, estaba algo tensó y muy acalorado desde que se despertó por lo que decidió tomar un baño con agua tibia para relajarse, y si bien no puede negar que varios de sus músculos se relajaron el calor que sentía en su cuerpo no se iba y eso comenzaba a ser algo molesto.

𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘍𝘰𝘳 𝘉𝘶𝘴𝘪𝘯𝘦𝘴𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora