Finally... Your Mine | NaruHina

36. Final feliz (capítulo corto)

5 AÑOS DESPUÉS 

Observé la puesta de sol desde mi patio trasero, relajado mientras la hierba me hacía cosquillas entre los dedos de los pies. Bebí un poco de té de jazmín cuando escuché a Naruto caminar hacia el patio trasero. 

—Estoy en casa —suspiró con una sonrisa mientras se inclinaba y besaba mi mejilla. 

—¿Cómo estuvo el trabajo? —le pregunté. 

—Agotador —respiró mientras se sentaba a mi lado. 

—¡Papá! —Nilah chilló mientras corría y saltaba a los brazos de Naruto. Él se rio entre dientes mientras luchaba con ella mientras ella se reía. Ella se liberó de su agarre y le besó la nariz—. "¡Te extrañé!"—dijo mientras apretaba sus brazos alrededor del cuello de Naruto. 

—Te lo juro... —se rio— te extrañé más.

 —¡Papá! El tío Kiba, y la tía Haruhi se fueron esta mañana —Nilah hizo un puchero. 

—¿Lo hicieron? —preguntó Naruto, mirándome. 

—Sí, tenían un largo camino a casa cariño, se fueron muy temprano —suspiré. 

—¡Bueno! —dijo mientras se ponía de pie y abrazaba a Nilah en sus brazos. Ella se rio mientras lo sostenía con fuerza. —¡Hora de ir a la cama, señorita! —se rio entre dientes cuando me levanté y caminé detrás de él, a la habitación de Nilah.

Hizo un puchero cuando Naruto la sentó en su cama y ella se acurrucó debajo de sus sábanas. Deslizó el anillo de su dedo índice y lo colocó en su mesita de noche. Naruto se inclinó y la besó en la frente. Hice lo mismo mientras sonreía.

 —¡Buenas noches, mamá! Buenas noches, papá... —Nilah bostezó mientras cerraba los ojos. 

—Buenas noches, amor —susurró Naruto mientras salíamos en silencio de la habitación de Nilah. Cuando entramos a la cocina, Naruto me atrajo a sus brazos mientras suspiraba.

—¿Qué? —me reí.

—He esperado todo el día para decir esto... —dijo en voz baja.

 —¿Decir que? —pregunte confundida "Te amo Hinata Uzumaki... siempre lo he hecho, siempre lo haré —susurró.

—Yo también te amo, Naruto —sonreí mientras apoyaba mi cabeza en sus hombros. 

Y esto es lo que he esperado todo el día, estar en tus brazos, segura y protegida. Y pensar que todo empezó cuando teníamos trece años, y accidentalmente me viste desnuda...