003

3.8K 241 108
                                    




I still have the letter you wrote
When you told me that I was the only girl You'd ever want in your life


candela le estaba haciendo una limpieza a su habitación, no era adicta al orden pero cuando estaba estresada o ansiosa lo hacía, para centrar su mente en otras cosas.

en un momento abrió el último cajón de su mesa de noche, moviendo y arreglando las cosas, buscando hacer más espacio.

pero se encontró con muchos papeles y los saco, sabiendo el que podía encontrar entre ellos, pues lo guardaba ahi.

también sabía el daño que le haría leer esa carta, pero siendo masoquista la busco entre todos los papeles hasta que lo encontró.

una carta que le había dado el.

ella recordaba muy bien cuando se la dio, ya llevaban cinco meses de relación oficial, cinco meses en los que había sido más feliz que nunca.

"no soy de estas cosas, para nada, pero siempre me has dicho lo mucho que te gustaría que alguien te escriba una carta.

y yo quiero ser ese alguien, quiero ser ese alguien en todo para vos, así como vos lo sos para mi, porque aunque probablemente sea muy pronto para decirlo necesito hacerlo porque es lo que siento.

te amo, cande, lo hago como no tenes una idea y sabes que cursi no soy, pero si te lo digo así es porque es lo que siento.

te has convertido en eso que quiero y necesito en mi vida, no sabes lo feliz que me haces y como me tenes.

sos lo que quiero en mi vida, sos la única que quiero en mi vida.

espero que vos también lo sientas por mi y juro que a pesar de todo siempre estaré acá para vos, prometo hacerte la persona más feliz hasta que vos me dejes, porque créeme que yo siempre querré estar contigo.

—ivan

la castaña lloraba mientras leía la carta una y otra vez, recordando los momentos que había pasado con ivan, pero también recordó lo que había sufrido en los tres últimos meses desde su ruptura.

—cande en que alacena está...— martin entro a su habitación y se quedó callado al ver que su amiga estaba llorando, pero se acercó a esta dando un suspiro.

como ella estaban sentada en la cama el se puso a su lado y ella lo abrazó de la cintura, mientras el frotaba su pelo.

—no te regañaré, solta lo que tengas que soltar, pero sabes que no me gusta verte llorar por ese salame de mierda— le dijo martin.

luego de un rato haciendo que candela se calmara martín se sentó en la cama también.

—¿me contas porque te pusiste así?— le pregunto el.

—encontré una carta que me hizo cuando aún andábamos— se justificó cande.

—bueno, listo ahora la tiramos ¿cual es?— el chico empezó a buscar entre los papeles.

—no, es que martín...— el la interrumpió, mirándola fijamente.

—¿que, la queres conservar?— hizo que cande mirara para otro lado, confirmándolo.

—no puedo tirarla, mas adelante capaz pero ahorita no, por favor— le dijo esta ahora mirándolo a los ojos y martin entendió.

—bien, pero prométeme que no te pasarás todo el día leyéndola como una puta masoquista— le dijo el con una ceja alzada.

—que no, bobo— le tiró un cojín que tenía a la mano y el esquivo. —¿pero que me ibas a pedir cuando entraste?— cande recordó que el entro preguntando algo.

—ah si, angie se fue por helado con bri, para ver una peli y eso así que te buscaba para ir a elegir una, ah y para saber donde están los doritos— le contesto el chico levantándose de la cama y dirigiéndose a la puerta, mientras ella lo seguía.

—está en el coso de la cocina, yo voy por el— justo cuando estaban saliendo e la habitación se escuchó la puerta.

—volvimos— gritó angie desde la entrada.

cuando ellos volvieron a la sala con los paquetes de doritos y se sentaron en el sofá junto a ellas, brisa se quedó viendo a candela.

—¿que pasó?— le preguntó la morocha a su prima, sabiendo que había estado llorando.

—nada, ¿por?— candela tranco de disimular comiendo doritos.

—decime qué pasó candela—

—estuviste llorando— apoyo la de pelo bicolor a su novia.

—ya nada, hay que ver la película— cande trato de ponerle play a la película pero brisa lo pauso nuevamente.

—demente— lo llamo angie, esperando a que el les diga lo qué pasó.

—ehh bueno yo no sé—

—decinos o no comes helado— lo amenazo brisa.

—a ver chicas chicas, si estuve llorando pero ya está, es normal hacerlo y ya ahorita ya estoy mejor, se los juro, las amo y gracias por preocuparse pero no tienen que hacerlo tanto— candela lo dijo, tomando de los hombros a ambas.

—bien, pero sabes que no nos me gusta que llores y menos por el pelotudito de mierda ese— le dijo angie mientras le sonreía y daba un beso al lado de la cabeza.

—exacto, si fuera por mi ya hubiera cometido homicidio contra ese— dijo bri mientras apretaba el puño, cosa que le dio mucha risa a candela.

—pero irias presa— le recordó martín.

—pero no me importa mi vida— bri se encogió de hombros.

—¿asi que si sales y te atropella un colectivo por ti normal?— cuestión angie, mirándola con una ceja alzada.

—si, que me mate igual no importa— brisa se volvió a encoger de hombros, pero unos segundos después se dio cuenta de lo que había dicho y miro a candela.

—teta izquierda— le dijo la castaña señalándola con el dedo.

y brisa lo hizo, suspirando más tranquila pero haciendo que los demás de rieran.

—pero veamos la película de una vez y deja de agárrate las tetas brisa— dijo el demente cansado ya, casi se había acabado todo un paquete de doritos y la película no había comenzado.

—eso, que el helado se derretirá— candela lo abrió y empezó a comer, mientras ponían que la película se reproduzca nuevamente.


eth

reckless || spreen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora