Nuestro baile final.

Prólogo

La fiesta de celebración por los graduados continuaba, la bebida corría y ya muchos habían caído en estado de ebriedad desde tempranas horas. La música resonaba por todo el barrio, pero ningún vecino se quejaba porque era la casa del gran Troy Bolton, el orgullo de la comunidad de Albuquerque, así que nadie se atrevería a arruinarle la fiesta por la graduación.

Troy bailaba con Gabriela mientras soltaban risas sin sentido, Sharpay por algún motivo había terminado hablando con Zeke en una esquina, Jason intentaba seguirle el ritmo de baile a Martha y así el resto de linces disfrutaba de la velada.

— Kelsi— llamó Taylor preocupada, acercándose a la joven que venía comiendo un pastel que nadie sabía de dónde había salido— ¿Has visto a Chad? Dijo que necesitaba atender una llamada telefónica, pero no ha regresado.

— No lo sé— respondió Kelsi, mirando entre las personas a ver si veía el alborotado cabello característico del deportista— No está con Troy tampoco, pero no debe tardar en llegar— dijo, dándole ánimos a su amiga— A no ser que se parezca en algo a Ryan— comentó finalmente.

— ¿Por qué lo dices?— interrogó Taylor sin comprender.

— Dijo que necesitaba salir un momento y hace más de veinte minutos que se fue— se sinceró la tierna chica, mostrando la forma en que eso la afectaba. Taylor la abrazó dulcemente, sin dejar de apoyarla mientras los demás se mantenían ajenos y alegres a su alrededor.

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Ryan había salido de la fiesta, necesitaba respirar aire fresco, un eufemismo para decir que necesitaba dejar de fingir lo que no era y salir de ese nido de mentiras.

Sabía que no era justo con Kelsi, la veía como una gran amiga y le estaba haciendo daño, pero el miedo lo inundó todo y se aferró al primer bote salvavidas que encontró. Lo peor era que ambos irían a la misma Universidad, por lo que tendría que dar explicaciones antes de salir de Nuevo México.

Sintió sus pasos antes de voltear, reconocía con perfección la forma en que caminaba acercándose a él y el pequeño resoplido que soltaba poco antes de aclararse la garganta para llamar su atención.

Lentamente, con el orgullo por el cielo, pues era lo único que le quedaba, Ryan se giró hasta ver frente a frente a Chad, quien mantenía las manos en los bolsillos de su pantalón, con su camisa abierta por los primeros botones y la corbata desatada que se sostenía colgando del cuello.

— Está linda la noche— comentó Chad torpemente, sin saber qué decir.

— ¿En serio vamos a hablar de la noche?— preguntó acusadoramente Ryan, elevando una ceja.

— Felicidades por Julliard— admitió Chad, acercándose hasta detenerse a poco más de un paso de Ryan.

— Gracias, felicidades por la U de A— respondió de forma recíproca, dejando que la tensión aumentara entre ellos.

— No me hagas esto, por favor— suplicó Chad, su voz rompiéndose finalmente y Ryan sintió su corazón fragmentarse mientras miraba al chico que amaba mostrarse débil.

— No me hagas esto tú a mí— pidió el rubio— Decidiste que termináramos porque no podías admitir estar enamorado de un hombre, era demasiado riesgoso para tu futuro y lo entiendo, pero te pido que no me hagas esto.

— No lo hago a propósito— rebatió Chad, dejando que las lágrimas mal contenidas finalmente fluyeran— Eres como el sol, y yo no puedo dejar de rotar alrededor tuyo, Ryan.

— Chad— Ryan dejó salir su nombre como un suspiro, sintiendo el calor del cuerpo de Chad cuando cerró el espacio entre ellos, pegando sus frentes juntas.

— Desearía poder darte más, porque te lo mereces todo, te mereces el mundo— declaró el moreno mientras aspiraba el aroma a fragancia frutal de la colonia cara de Ryan, que se había grabado en su memoria— pero no puedo si quiero tener un futuro yo. Sin embargo, Ryan, yo…

— Shhh— Ryan colocó uno de sus dedos en los labios de Chad, una súplica muda de que no dijera aquello que haría imposible para él seguir adelante— Lo sé— aseguró, sabiendo que se sentía igual.

En un gesto vacilante, Chad unió sus labios con amor, haciendo que ambos siguieran un ritmo lento donde mostraban todo lo que sentían. Podía percibir las lágrimas de los dos corriendo por sus rostros y dando un sabor salado al beso, el temblor de las manos de Ryan cuando las posó en el cuello de Chad, el temblor de sus propias manos aferradas a la espalda de Ryan. El beso duró demasiado poco para ambos, que estaban sellando su fin aquella noche, en busca de un futuro que los llevase más lejos de donde estaban.

— Espero que te vaya bien, Danforth— susurró Ryan en sus labios antes de separarse, mirando los brillosos ojos oscuros empañados por las lágrimas.

— Brilla como solo tú sabes, Evans— respondió Chad, permitiéndole a Ryan escaparse entre sus brazos y manteniendo su mirada al frente mientras lo escuchaba alejarse, hasta que ya no pudo sentirlo más— Te amo— suspiró al viento, rompiéndose por dentro.

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Hola, hola, pequepinkypitufos, no sé si alguno vaya a leer esto, pero no perdía nada por subirlo.
Esta pareja de Chad y Ryan de High School Musical fue muy importante para mi, especialmente cuando decidieron volver Hetero a Ryan a la fuerza y dieron una percepción de homosexualidad de closet aceptable que me dolió en el alma.

Hice este fanfic hace tiempo, recientemente lo que hice fue revisarlo y adaptarlo a nuestra época actual, pero creo que os puede gustar. Dicho esto, me dejan saber con sus estrellitas y comentarios si les gusta 😊🥰

Besitos. Y siguiente.