Habían conducido tan rápido como Chad no recordaba haberlo hecho en años, de regreso a esa época desesperada en que habían vuelto a estar juntos después de tres años separados y lo único que sus jóvenes adultos cuerpos podían pensar era en recuperar el tiempo perdido, borrando las marcas de los amantes furtivos que habían tenido en un desesperado intento de olvidar al otro.
Lo que Chad sí sabía era que nada de su amor y deseo de aquellos días había disminuido con los años. Seguía mirando a Ryan con la misma hambre del primer día y amándolo con la misma intensidad desaforada. El cuerpo flexible y delgado, con músculos bien definidos, que se restregaba contra el suyo, seguía siendo el objeto de todos los deseos, fantasías, sueños húmedos y pérdidas total de control de Chad.
Bajaron del auto con pasos torpes que los llevaron de forma apresurada a entrar en el ascensor. Considerando lo tarde que era en la noche, era poco probable que nadie lo detuviese y tropezase con ellos, algo favorable si tomaban en cuenta que apenas las puertas del ascensor se habían cerrado, Ryan había estampado a Chad contra la pared del fondo, dibujando una sonrisa antes de besarlo profundamente, con sus manos aferrándose al cuello del moreno mientras este afianzaba su agarre en las caderas de Ryan.
Se reían por instantes como si fueran adolescentes, interrumpiendo un beso salvaje que llevaba a la lengua de Chad a competir contra la de Ryan por el control del momento, donde sus cuerpos estaban pegados sin dejar un espacio de por medio y Ryan había terminado semiflexionado contra la pierna de Chad, que la había colado entre las suyas y luego se había apoyado totalmente en la pared del fondo, pudiendo sostener el peso de Ryan mientras lo sentía mover las caderas de esa forma que solo Ryan Evans podía, restregando su dura erección contra el muslo de Chad.
Chad gruñó contra los labios rosados de Ryan por el placer, antes de descender en una línea de besos por toda la mandíbula, siguiendo el camino marcado del cuello, sintiendo el pulso de Ryan contra sus labios correr veloz ante el calor del momento. Una sonrisa arrogante, en la misma medida que sincera, adornó los carnosos labios de Chad, saberse capaz de hacer a Ryan perderse de esa forma era el mayor de sus orgullos y logros, aunque no compartiera esa felicidad con nadie más.
El sonido de la puerta abriéndose les hizo conscientes de que el ascensor de había detenido. A regañadientes se apartaron, tomándose un segundo para agradecer que habían hecho el recorrido hasta el ático sin interrupciones, aunque Chad ya no tenía motivos para esconderse, tampoco deseaba que hubiese un escándalo público por indecencia.
Chad abrazó a Ryan por la espalda cuando este se giró para introducir la clave de la casa en el panel, besando su cuello y haciendo que su piel se erizara mientras los labios de Ryan se entreabrían de forma provocadora, dejando escapar un suspiro silencioso ante la eléctrica corriente que recorrió su cuerpo por ese simple beso.
La puerta cedió y la pareja entró a tropezones, sin dejar de besarse mientras iban dejando caer piezas de ropas a su paso. El sombrero de Ryan había sido lo primero en desaparecer cuando Chad lo besó efusivamente al abrir la puerta, seguido de las bufandas, Ryan fue el primero en deshacerse de los zapatos dando saltos en el lugar mientras los pateaba lejos, seguido de Chad, que imitó su acción, sintiendo las manos de Ryan tirar de la chaqueta de su traje junto con su abrigo y dejarlos tirados en el pasillo.
Chad apresó a Ryan contra una de las mesas de adornos que sostenía un florero y Ryan había insistido que decorase el corredor. Chad no entendía nada del tema y a Ryan parecía importarle poco, pues ni siquiera hizo ademán de detenerse cuando el florero estalló en el suelo en un estrepitoso sonido, esparciendo sus fragmentos por todas partes. Chad logró que Ryan se subiera a la pequeña mesa, usando sus fuertes manos para tirar de los botones de la camisa de Ryan, deslizándola fuera de su cuerpo junto con la parte superior del traje.
ESTÁS LEYENDO
Nuestro baile final.
FanfictionChad y Ryan se habían amado, no había forma en que ellos pudieran negarlo, su adolescencia había sido el mar de pasión, romance y locura que los había arrastrado hacia la felicidad, pero en la vida había que tomar decisiones difíciles y Chad tuvo qu...