Capítulo 16- Reunión navideña.

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La mansión Evans había sido decorada con tantos adornos navideños que Chad genuinamente pensaba que ni Santa Claus podría tener tanto en su fábrica en el Polo Norte, si existiera, claro está. Habían luces parpadeantes de diferentes colores por todas partes, enmarcadas por más luces blancas que siempre estaban fijas, en la entrada se alzaban seis grandes renos de luces, con dos muñecos de nieve brillantes con gorros rojos. Todo dentro de la mansión estaba decorado en verde y rojo, el único contraste que los gemelos apoyaban, aunque secretamente ambos también aceptaban el amarillo chillón con el morado oscuro, pero no se lo admitirían a nadie.

Todos se habían visto forzados a vestir un suéter con alguna imagen de la época, bajo petición de Darby, lo cual era casi una obligación porque no había forma de decirle que no a la adorable mujer cuando te miraba con sus ojos fijamente y una sonrisa suave en el rostro. Tenía más nivel de imposición que cualquier otro Evans, siendo aun así la más calmada de todos ellos.

El matrimonio Evans vestía de negro y verde, porque Vance no se veía bien de rojo según los demás miembros rubios de la familia, por lo que ambos llevaban pantalones negros y suéteres verdes con perfectos diseños de muñecos de nieve y galletas de jengibre. Sharpay, como la dama que era, usaba una falda blanca de varias capas que llegaba hasta por debajo de sus rodillas y un suéter rojo con copos de nieve pequeños esparcidos por toda la tela.

Brad y Lisa se habían vestido a juego como el grinch, pantalones verdes con suéteres rojos y blancos que tenían una imagen del Grinch delante, una broma para la familia Evans de la cual Darby se rio durante varios minutos. Chad y Ryan no iban a juego, como todos los años, cada uno optaba por destacar sus particularidades, por lo que Ryan iba a juego con Sharpay, como toda la vida, usando pantalones ajustados blancos y un suéter rojo que traía copos de nieve hechos con lentejuelas, combinado con su sombrero enteramente rojo con un borde de brillantina plateado.

Su esposo, por su parte, usaba pantalones negros y un suéter azul oscuro con un vaso de leche y galletas al frente, junto con la frase “Trabajando en mi cuerpo estilo Santa” rodeando el dibujo. Sharpay había discutido sobre el mal gusto de Chad, pero Ryan había defendido a su esposo ante el ataque de Sharpay, Reina de la Moda navideña.

Zeke se había unido a la familia relativamente temprano, llegando con un pastel de terciopelo rojo de cinco pisos, decorado de tal forma que parecía haberle caído una nevada por encima. Sharpay estaba extasiada ante su llegada, sobretodo porque sí había ido con un postre y porque se veía increíble con ropa casual, que consistía en unos pantalones negros y un suéter verde con estampado de anillos navideños rojos.

Chad y Ryan se habían reído a escondidas en la cocina debido a la expresión tonta que había puesto Sharpay al ver a Zeke, recordando los días de secundaría donde solía ser al revés.

—Sharpay, creo que hay un regalo de más en el árbol —comentó Ryan mientras avanzaban poniendo los platos en la mesa, durante Navidad todo el personal de la mansión Evans era enviado a sus casas para disfrutar con sus familias y ellos hacían todas las labores.

—No, mi adorado gemelo, está perfecto —aseguró ella, colocando otro plato en la mesa, con sus respectivos cubiertos y vaso. El resto de la familia la miró atentamente, sin comprender qué sucedía.

—¿Shar, qué es lo que no nos has dicho? —preguntó Ryan cauteloso, reconociendo esa expresión de arrogancia y travesura que Sharpay mostraba en ese instante.

—Es una sorpresa, forma parte de mis regalos de esta noche —dijo Sharpay, escuchando como sonaba el timbre de la puerta de la casa, ella ya le había dado al invitado especial la contraseña de la reja para que pudiera llegar hasta allí sin necesidad de que nadie supiera que estaba dentro.

Nuestro baile final.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora