Cuando Luo BingHe abrió los ojos una furia extrema le invadía la mente mientras en su pecho un vacío helado se hacía notar, efecto de la más profunda tristeza que le acompañaba cada día desde que su maestro le había abandonado. Deseaba con todo su corazón levantarse y ver a Shizun pidiendo hacer alguna tarea o esperando por su desayuno con paciencia, pero en vez de eso en su mente aparecían un par de ojos condescendientes y burlones, espiando sus profundas debilidades como el Sol que se cuela por las mañanas a través de las cortinas, suave, pero con un calor ardiente que le hacía sentir las llamas en él. Su aura demoníaca llegaba hasta su arma que se agitaba furiosa, tenía ganas de volver a dormir para seguir cortando gargantas así le costara su propio poder.
Rápidamente se puso su túnica exterior y tomó la espada maldita, pero no bien había puesto ambos pies fuera de la habitación cuando un viento helado se hizo presente.
—¿Qué ocurre, MoBei?
— JunShang. Muchos enemigos vienen del sur.
Cierto, desde que el poderoso medio demonio había descubierto al cultivador de blanco su objetivo de entrar al Santo Mausoleo había flaqueado al pensar que, solo tal vez, habría otra manera de traer de vuelta a su maestro, sin embargo, su confianza aún no podía estar del todo posada en los hombros de este hombre que al igual que las nubes de su cinta podía desvanecerse en cualquier momento, irse con el viento como todas aquellas personas en las que el pequeño BingHe había confiado, así que no debía dejar de lado a los revoltosos que no deseaban un gobernante mestizo aunque este fuera 100 veces más poderoso que cualquier contrincante, humano o demonio.
Xin Mo se agitó con regocijo y Luo BingHe sonrió ampliamente, su sed de sangre sería saciada.
— Está bien, me encargaré personalmente. Es necesario recordarles porque seré su santo gobernante.
Después cortó un lugar en el espacio, tomando un atajo hacia el campamento de los enemigos para cortar el problema de Raíz. El portal se cerró y MoBei dirigió su cabeza hacia un lado, solo para observar a un pequeño cultivador caminando rápidamente para evitar ser visto por el poderoso demonio, sin embargo el insignificante humanito no fue desapercibido, así como tampoco lo fue la bandeja que llevaba en manos. MoBei agitó la mano y el suelo donde Shang pisaría se llenó de escarcha, lo que hizo resbalar al cultivador quien apenas pudo salvar la valiosa tetera a costa de caer sobre su espalda.
—Mi Rey, una disculpa, este sirviente se interpuso en su camino. — Se escuchó lamentable la voz del humano
— ¿A dónde llevas eso?
Preguntó el rey con voz grabe y mirada asesina. QingHua apretó más aún la tetera a su cuerpo como si protegiera parte de su vida.
—Dawang, es un regalo para el cultivador HanGuang Jun, es una pócima para su cultivo, le pido perdone este regalo para el invitado.
Los ojos del Rey del Norte se fruncieron aún más, deseando congelar el líquido dentro de esa fina tetera. En vez de eso lanzó una patada hacia la pierna del líder de An Ding.
—Asegura que no escape de nuevo.
Y tras decir eso se dio la vuelta para desaparecer como era su costumbre. Aunque Luo Binghe parecía convencido de pelear sus propias batallas, de repente nació en él la necesidad de congelar cabezas y destrozar cuerpos, esperaba que una pequeña ayuda fuera bien recibida por el futuro Supremo Gobernante.
Cuando Shang QingHua reemplazó la fina vajilla que su más hermosa creación había destrozado entró con sumo cuidado a la habitación del impostor en su novela, siendo recibido por una espada que, manejada por la energía espiritual del cultivador, fue puesta justo frente a su cuello. El creador de su mundo de pesadillas sintió el filo del arma cuando su manzana de Adán subía y bajaba mientras tragaba saliva maldiciendo su propio nombre y al estúpido autor que hubiese creado a tan poderoso personaje, todo esto sin soltar la nueva y no tan frágil bandeja que había traído esta vez.
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No eres a quien llamaba
FanficLuo Binghe busca el alma de Shen QingQiu, Lan Zhan busca el alma de Wei Ying. En un cruce de destinos, la persona que encuentran no es justamente la que estaban llamando, aunque parecen traer algo que calma su anhelo. La imagen de portada es cortesí...