Niñera de un hijo ajeno (parte II)

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Lan Zhan se levantó de la cama con un salto, llamando a Bichen a su lado. Se encontraba nuevamente en la habitación del palacio Huan Hua, un sudor frío recorría su frente a pesar de que sus orejas ardían. Su respiración acelerada calmándose de a poco, recuperando la serenidad que le caracterizaba, sin embargo, al mirar hacia abajo podía ver que sus túnicas se encontraban levemente levantadas, como si una vara estuviera empujándolas en cierto sitio. Lan Zhan apretó la empuñadura de Bichen con fuerza, todo su coraje dirigido hacia una figura de cabello ondulado y azabache; deseaba con tantas ganas irrumpir a dónde él estuviera y cortar ese musculoso cuello suyo o atravesar con Bichen los definidos pectorales. Tratando de no salir en su encuentro, citó cada una de las tres mil reglas antes de dar un paso en frente para calmarse.

Una vez con ambas cabezas frías y en su sitio, WangJi volvió a echar un vistazo a su habitación, todo en orden como lo había dejado a excepción de una tetera humeante con una fina taza al lado de su cama. El olor le era extraño, una hierva que el clan de Gusu no conociera era algo inusual, y sin embargo Lan Zhan no lograba identificar el tipo de brebaje que contenía. Pensar que “alguien” se había colado en sus aposentos mientras soñaba le hizo hervir la sangre como si también se hubiese puesto sobre el fuego para hacerse té, no se atrevería a tomar lo que sea que ese demonio le hubiese dejado.

Lan Zhan se dedicó entonces a meditar, dejando que la energía fluyera por sus meridianos, como una ola que borraba las huellas de sus alteradas emociones, un río que lavaba todo deseo impuro u asesino hacia cualquier persona.

Unas horas más tarde alguien llamó a su puerta, unos suaves golpes que Lan WangJi prefería ignorar, pero sus finos modales y la curiosidad, no le permitieron dejar el llamado sin respuesta.

— Adelante — respondió el primer Jade, listo para matar.

Al momento, el mismo cultivador con quien se había topado antes abrió la puerta. Vestido en esa capa larga que ocultaba gran parte de sus facciones. Entre sus manos, traía una charola con un plato repletó de vegetales, una sopa que por su color y aroma parecía ser más bien agua hervida y una tetera humeante que olía como aquella olvidada al lado de la cama del majestuoso ser.

—Buen día Hang GuangJun. Lord Luo ha enviado algo para su desayuno — Dijo sacando de la bandeja unas pequeñas patitas de madera que convertían la bandeja en una pequeña mesa para uno.

Hang GuangJun echó una mirada a los platillos que ahora se encontraban frente a él mientras el hermano Avión empezaba a sudar de nerviosismo, pensando en el cultivador persona como un niño roñoso que se negaría a comer sus vegetales. Era cierto que la apariencia de los platos traídos por él era demasiado simple, pero en su defensa ¡Fue el mismo Luo Binghe quien pidió a los encargados de la cocina del palacio que la preparación fuera lo más sencilla posible, sin agregar ingredientes para mejorar aroma, sabor o aspecto! Unos platos saludables e insípidos  para un paladar de Gusu era justo lo que deseaba ofrecer el joven señor. Lan Zhan sintió un cosquilleo desagradable en todo el cuerpo al pensar que su mente ahora era un libro abierto para ese mestizo malcriado.

Shang QingHua dejó la charola, disponiéndose a retirar la tetera, pero se llevó una gran sorpresa al descubrir que ésta aún pesaba como si estuviera llena. Abrió la tapa del recipiente y, efectivamente, confirmó que ni una sola gota de líquido había sido bebido por el extraño personaje ¡Que descaro! rechazar así una ofrenda de su protagonista, ni la más quisquillosa de sus esposas originales había hecho una grosería así a su orgulloso semental, si Luo se enteraba de que este sujeto había rechazado este preciado té no podría asegurar que tan terribles serían las consecuencias.

— Ah, Hang GuangJun, por favor, no puede rechazar este regalo de Lord Luo.

— No es confiable

— ¿Ah? ¿Se refiere usted a esté té? Jajaja, claro que lo es, no solo eso, es una valiosa rareza. Hang GuangJun, este brebaje está preparado con las raíces de la Flor de la Energía Espiritual Eterna, una extraña planta que crece en un recóndito lugar del reino demoniaco. Aunque su consumo puede ser dañino para los demonios, al prepararse de esta manera tiene la cualidad de potencializar el cultivo de manera asombrosa. Es una rara especie que florece cada 10 a 20 años, y suele no ser aprovechada ya que el camino hacia ella es demasiado peligroso. Lord Luo mandó este obsequió específicamente para usted, nuestro señor sabe que requiere de su cultivo al máximo para que pueda cumplir su tarea de llamar a Shen QingQiu de manera exitosa.

No eres a quien llamabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora