Luo Binghe había pasado la noche anterior dando energía espiritual al cuerpo de Shizun y diagnosticando su Núcleo Dorado, reparando aquello que quebró esa fatídica noche en la que supo que el dolor y la agonía del Abismo Sin Fin no era nada en comparación de ver a tu persona más amada morir por tu causa.Después de hacer el desayuno de su Shizun y ver que su visita se encontrara debidamente atendida partió en búsqueda de esa energía extraña de la que el Rey del Norte le había informado. Si había una sola posibilidad de que el alma de su Shizun estuviera atrapada él la liberaría, para eso había traído al cultivador de ojos hipnotizantes que vestía de blanco inmaculado, por supuesto que este repentino secuestro había sido exquisitamente calculado en beneficio de su maestro desaparecido.
Actualmente, el medio demonio caminaba alerta de cualquier señal extraña. La energía fluctuante le llevó a las afueras de un pequeño pueblo insignificante en el mapa, todos sus habitantes agachaban la cabeza y apresuraban el paso después de dar una rápida mirada a las facciones más perfectas que jamás verían de nuevo, temerosos ante el aura que rodeaba al medio demonio, solo algunas jovencitas eran lo suficientemente temerarias para detener su camino y apreciar la belleza del cultivador, tratando de llamar su atención con palabras dulces o un saludo indiscreto, pero Luo Binghe no volteaba la mirada, caminando con porte orgulloso, con la espada desenvainada, atento a cualquier señal extraña, de esta manera caminó durante mediodía señal de algo alarmante.
Estaba pensando en volver, en volar hacia otro lugar o cambiar de estrategia cuando sus sentidos fueron inundados por una sensación extraña, una energía de naturaleza jamás antes experimentada emanando de todo el entorno, el cielo se tornaba oscuro y la temperatura bajaba, el viento dejó de emitir su canción y todo quedó en un sepulcral silencio hasta que unos gritos sonaron como alarmas agudas.
Mirando en dirección al camino principal que llegaba al centro de la ciudad, los ojos de Binghe se fruncieron al divisar su objetivo. Ante él, y justo en medio del camino, se alzaba una criatura extraña. No era un demonio, pero su energía demoniaca era evidente, no era un cultivador, pero podía jurar percibir un núcleo, no parecía vivo, sin embargo, se movía y parecía querer alimentarse. El ser era una sombra de dimensiones gigantescas que se alargaba o acortaba a conveniencia, tan rápida y ágil como una espada en vuelo, emanando un aura asesina. A mitad de todo solo colocaba su atención en ciertos desafortunados que se cruzaban en su camino, perdiendo el alma en sus manos.
Presenció cómo un par de transeúntes perdían la fuerza y la luz en sus ojos, sus cuerposadelgazando como si la sangre les fuera drenada y los órganos desintegrados mientras se desplomaban hacia el suelo, la energía vital fluyendo en cámara lenta hasta el centro de una penumbra aterradora.
Aunque la imagen en sí no impresionó al Lord de los Demonios, éste parecía sorprendido por otras razones ¿Por qué nunca había leído o escuchado de esta entidad oscura? ¿Qué clase de hechizo podía invocar a un demonio, fantasma o espíritu de tal fuerza y resentimiento? Estaba a punto de decir que no era de su incumbencia cuando vio como la garra de penumbra se extendía hasta las afueras de la ciudad, donde un alma en pena que vagaba errante era succionada hasta sus fauces inexistentes, apagando la energía resentida que podía solo ser percibida por un cultivador experto.
Ante esta imagen, Luo no solo palideció, sino que se enfureció descomunalmente. Este ser era capaz de absorber el espíritu de las personas, arrancando la vitalidad de sus contenedores, pero parecía ser también lo suficientemente perezoso como para conformarse con devorar los espíritus que vagaban sin rumbo alguno. Cualquier presa era bienvenida. BingHe Apretó a Xin Mo entre sus manos y dirigió su filo hacia esta sombra amorfa que seguía absorbiendo todo lo vivo y no vivo que llamaba su interés. Si este maldito engendro se había atrevido a tocar el alma de su Shizun encontraría la manera de despedazarlo hasta hacerlo gritar en agonía.
ESTÁS LEYENDO
No eres a quien llamaba
Fiksi PenggemarLuo Binghe busca el alma de Shen QingQiu, Lan Zhan busca el alma de Wei Ying. En un cruce de destinos, la persona que encuentran no es justamente la que estaban llamando, aunque parecen traer algo que calma su anhelo. La imagen de portada es cortesí...