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ִֶָ 正しくない 𓂃𔘓

Taehyung.

Mi despertador había sonado unas cinco veces y en ninguna me pude despertar hasta que fui consciente de que probablemente ya era tarde para ir al trabajo. Me levante de golpe y mire mi teléfono, faltaban quince minutos para las ocho y yo seguía en pijama. Rápidamente corrí hasta mi armario, tomé unos pantalones cuadrados, mi camisa blanca y encima un suéter beige, me puse los zapatos, cepille el nido de pájaros que tenía como cabello, también me lave los dientes, agarre mi bolso y salí corriendo de mi departamento. Conduje lo más rápido que me era permitido. Ya enfrente del edificio seguí corriendo hasta que el puesto de revistas se cruzó en mi camino.

Por mi mente paso la primera vez que compré una de esas, y en la sección de baloncesto siempre había uno o más artículos con el nombre Park Jimin al final. Cuando dije que estaba interesado en el no mentía, desde la primera vez tuve curiosidad sobre ese pelinaranja de ojos dormilones que parecía estar molesto todo el tiempo. Claro que antes no tenía ni idea de la apariencia de él, solo conocía su manera de escribir y de expresarse. Yo no era fanático del baloncesto, era fanático de fotografiar momentos épicos, y no hay nada más épico que los deportes en su momento exacto.

¿A quién no le genera una satisfacción el momento exacto en el que el balón pasa por la red, o el momento en que el bate de béisbol impacta contra la bola?

Pero ese no era el punto, el punto era que Jimin hacia que las palabras te atraparan y entendieras mundos que ni siquiera son del interés de todos los seres pensantes.

Tal vez estaba enamorado de lo que Jimin hacía, tal vez.

Compré la revista y después de agradecer volví a correr hasta mi lugar de trabajo, gracias al cielo mi tarjeta había pasado esta vez. Al llegar, todos mis compañeros ya estaban trabajando y moviéndose por todo el lugar como hormigas.

— Otra vez tarde, Kim. —Minghao fue el primero en notar mi presencia.

—Si... yo...

—Es la quinta vez. —Roseanne interrumpió.

—Había mucho tráfico. —Me excuse, sería vergonzoso decir que no puedo despertarme después de que mi alarma suene la primera vez.

Ambos rieron, empezaba a creer que ya nadie me creía. y no me podía quejar, no era el mejor dando excusas baratas.

—¿Apenas compraste la revista? pero si salió ayer. —Sentí como Roseanne me quitaba la revista de las manos y comenzaba a hojear.

—La verdad no sé porque aún no te despiden, eres el más impuntual de los seis que trabajamos aquí. —Esta vez fue Sienna quien habló.

—Amiga, creo que necesitas lentes —Roseanne le mostró la portada de la revista.—. Sus fotografías son lo máximo, tanto que las usan de portada.

No me gustaba alardear de mi trabajo, pero a Rosé le encantaba y más si se lo podía tirar en cara a Sienna que desde que llegué aquí no me ha quitado la cara de «quiero que te largues», y lo entendía, después de todo ambos «peleábamos» por qué nuestro trabajo apareciera en la portada y con esta iban dos semanas en las que yo ganaba.

Sienna se fue con mala cara y yo me dedique a lo mío, más bien todos regresamos a lo nuestro.

Mientras trabajaba en Photoshop editando algunos detallitos sobre la calidad de imagen nuestro jefe de departamento llego y sentí la necesidad de esconderme tras el ordenador, lo más seguro es que viniera a regañarme por la puntualidad, solo habían sido cinco minutos tarde, pero para Hoseok podía traducirse a una hora tarde. Hasta ahora no me había reclamado, pero lo había visto y conocía muy bien a mi amigo, le gustaba separar el trabajo de las relaciones, así que no lo pensaría dos veces antes de echarme a la calle.

𝐒𝐞𝐞𝐬𝐚𝐰 ⭑ vminkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora