𝐒𝐞𝐞𝐬𝐚𝐰 ⭑ vminkook

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ִֶָ  正しくない 𓂃𔘓

Taehyung.

La forma en la que había encontrado a Jimin hizo que mi corazón se partiera en mil pedazos. Jimin era la persona a la que le juraría amor eterno y verlo tan vulnerable y triste me hacía sentir tan pequeño.

Después de que llegamos a mi departamento lo hice ir a tomar una ducha mientras preparaba un poco de té y algo para comer, quería que mi chico naranja se sintiera cómodo, no sabía por lo que pasaba así que me encargaría de hacerlo sentir bien.

Estaba terminando de poner todo en la bandeja para subir hacia la habitación pero alguien me ganó en bajar.

- Termine. - Su voz me hizo girar para verlo.

Jimin tenía un carácter muy fuerte y era bastante orgulloso, pero su apariencia en este momento era la de un niño, uno muy triste. Mi ropa le quedaba grande haciendo que se viera aún más pequeño y yo sentía unas enorme ganas de abrazarlo y cuidarlo siempre.

No me hagas esto Jimin.

Camine hacia él y le di un pequeño beso en la frente.

- ¿Tienes hambre? Estaba a punto de subir.

Jimin asintió.

- Sube, en un momento estoy contigo y te ayudo a secar tu cabello.- Dije mientras colocaba uno de sus húmedos mechones detrás de su oreja.

Jimin atendió y yo me di prisa en subir para ayudarlo.

Una vez que los dos estuvimos en la habitación deje la bandeja cerca de la cama, tome la secadora y me acerque a donde estaba Jimin sentado mirando hacia el piso. Di un suspiro y comencé a secar su cabello.

Ambos estábamos en completo silencio, Jimin solo miraba hacia abajo como si tuviera una batalla interna con su cabecita, y yo no quería interrumpir, quería respetar esa parte y no meterme en sus asuntos a menos que el me lo pidiera o me contará que sucedía.

-Lamento haberte llamado así de la nada para que fueras a recogerme. También lamento haber mojado tu abrigo. -comenzó a alegar.

- No te lamentes, lo importante es que estas bien, y que no te resfriaste o ¿Te sientes mal?

- No, estoy bien de hecho. Tu ropa huele mucho a ti. - olió la chamarra que llevaba puesta y sonrió.

- Te ves tan pequeño con ropa tan grande.

- Déjame, no es mi culpa que seas enorme, la primera vez que te conocí creí que eras un nuevo jugador.

No pude evitar soltar una carcajada por el comentario. Jimin me pellizco la pierna para que dejará de reír.

- Ni siquiera se correr, creo que te diste cuenta en cuanto te tire todo el café encima.

Esta vez fue el turno de Jimin para reír, amaba su melodiosa risa y cuando sus ojos se volvían líneas al sonreír.

- Creo que fue un encuentro muy cliché.

- Dios si, pero incluso con un inicio tan cliché no cambiaría ese momento jamás. - Terminé de secar su cabello y lo acomode un poco. - Listo, tan guapo como siempre.

Jimin se giro para estar frente a mi aunque aun mantenía la cabeza gacha y aunque hace unos momentos podía jurar que estaba sonriendo, ahora no lo hacía más.

- Tae... Yo... Yo creo que hay cosas que tengo que explicarte.

- ¿Tú quieres hacerlo?

Jimin levantó la mirada y sus ojitos brillosos me decían todo lo contrario.