El Refugio Esmeralda [+18 • GAY]

1. ¡Bienvenidxs!

Debo admitir que el día es realmente perfecto: el sol ilumina los distintos senderos del bosque y crea un cuadro digno de un renombrado artista. El clima es ideal y lo disfruto aún más cuando una brisa fresca acaricia mi rostro mientras camino por los usualmente calurosos senderos que hay por aquí. Es raro tener días así, mucho más en una estación tan calurosa como esta.

De seguro se estarán preguntando qué carajos hago en medio del bosque, o quizás no. Más allá de lo que opinen, les contaré: ahora mismo estoy caminando hacia una vieja estación de radio que queda no muy lejos de donde estoy. Hace ya dos días que inicié el viaje debido a que, al parecer, dentro se encuentra un mapa que indica dónde puedo hallar el Refugio Esmeralda... ¡Ah, claro! No tienen ni idea acerca de lo que estoy hablando.

Verán, no quiero complicarme mucho, pero la extinción de la raza humana inició hace un par de años atrás con la nueva invención de las empresas multinacionales AVA. Las mismas deseaban crear inteligencia artificial que fuera útil para la vida diaria de los seres humanos, y fue así como AVA nació... Una inteligencia artificial creada con la intención de construir aún más inteligencia artificial. De acuerdo, creo que entendieron el punto.

Todo estuvo increíble durante unos pocos años: distintos modelos de robots fueron lanzados y rápidamente la popularidad de los mismos se disparó debido a la practicidad y comodidad que ofrecían. ¡Ese fue el maldito principio del fin!

Algo salió mal al parecer, ya que de un momento a otro, en una noche fría y lluviosa -OK, no estaba lloviendo ni mucho menos hacía frío, pero agrega mucho más drama al asunto y es una forma de entretenerme-, un apagón mundial producido desde los edificios AVA dejó al mundo entero en total oscuridad y, segundos después de que la electricidad volviera, la masacre inició.

Todos aquellos robots dentro de las casas asesinaron a todos y cada uno de los integrantes de las familias que allí habitaban. Algunos de nosotros pudimos salir y escapar, y con el pasar de los años los robots comenzaron a dejar de funcionar. Claramente los pocos sobrevivientes de aquella rebelión nos alegramos, pero la paz no duró demasiado... Aunque esa parte quedará para más adelante ya que acabo de llegar a la estación de radio y hablar a un público imaginario no es lo más inteligente.

Rápidamente me oculto detrás de unos arbustos para poder inspeccionar mejor la zona, la cual a simple vista pareciera estar despejada de peligros: solamente oigo el cantar de los pájaros y todas esas mierdas que se suele decir cuando algo está calmo. Es por ello que lentamente avanzo hacia la entrada, la cual gracias a todo está abierta. Una vez dentro del lugar, intento buscar el bendito mapa que podría conducirme a una zona con gente real con quien pueda mantener una conversación real... ¿Para qué engañarnos? Odio a la gente, pero necesito sobrevivir.

Finalmente encuentro una habitación iluminada por la luz natural que entra por una gran ventana. Busco entre el desorden hasta que miro hacia afuera del ventanal y algo llama poderosamente mi atención. Las hojas de los árboles frente a mí se mueven descontroladas, una señal que no es para nada buena. Me apuro a encontrar lo que busco hasta que finalmente lo hallo: el mapa marca la ubicación del refugio y, a simple vista, parece que tengo un largo viaje por delante.

Un conocido sonido penetra en mi oído, haciéndome dar cuenta que es momento de ocultarme debajo de la ventana. Rápidamente hago caso a mis instintos y lo hago, notando cómo al segundo de hacerlo una especie de escáner revisa la habitación entera centímetro a centímetro. Luego de casi ni respirar, oigo que el peligro pasa y exhalo aliviado.

Salir de la estación de radio no es complicado, aunque sí tengo que tener cuidado y ser sumamente sigiloso por si esas aberraciones se encuentran cerca... ¡Claro, lo olvidaba! No saben acerca de las "hermosas" creaciones que andan recorriendo estos lares.