18. Para siempre

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Antes de empezar: Cuando veas una cruz entre corchetes, puedes volver y ver la presentación. 🤗

~ ♥ ~

La caminata había ya comenzado hace algunas horas. Los jóvenes se habían detenido para almorzar y prosiguieron con la misma luego de algún tiempo. El silencio entre ambos comenzaba a hacerse algo tedioso para Trevor, por lo que decidió iniciar una conversación.

-¿Lance? -inquirió el menor, haciendo que el contrario le preste atención- ¿Qué haremos cuando lleguemos al refugio?

-¿Qué quieres decir...?

-Claro... ¿V-viviremos j-juntos? -preguntó Trevor con un poco de nerviosismo.

Aquel tiempo sin hablar hizo que varias dudas se instalaran en su mente. Necesitaba de alguna forma asegurarse de que el pelinegro deseaba quedarse con él sea como fuere... Luego de oír aquello, Lance se detuvo, dio media vuelta y se acercó al menor. Tomó su delicado y blanquecino rostro en sus manos y dejó un precioso beso en los labios del menor quien, sin pensarlo dos veces, aceptó aquella muestra de cariño. Luego de unos segundos, Lance se apartó y lo miró fijamente a los ojos junto con una ligera sonrisa.

-¿Crees que eso contesta tu pregunta...?

-Supongo -respondió Trevor, devolviendo la sonrisa-... aunque puede que no me haya quedado del todo claro. Quizás si lo haces de nuevo...

Lance rió y nuevamente besó al menor. Sin embargo, luego de finalizar, lo acercó a su pecho y le dio un fuerte abrazo. Trevor se sentía a gusto y, por un momento, deseó no estar viviendo en ese mundo tan caótico y repleto de peligros. Por otro lado, de no ser por aquel mundo caótico y lleno de peligros, no habría tenido la oportunidad de conocer a aquel joven tan sexy y tierno.

-Debemos continuar, ¿si? -propuso Lance, haciendo que el menor se aparte y, luego de una sonrisa por parte de ambos, retomen aquella caminata.

La misma se había animado, haciendo que ambos comiencen a charlar sobre diferentes cosas. Aquello hizo que el tiempo pase aún más rápido y no se dieran cuenta de lo mucho que habían avanzado. Para cuando quisieron darse cuenta, sus estómagos vacíos comenzaron a pedir estruendosamente que los llenaran. Lance observó a su alrededor y vio un cartel de lo que parecería ser una antigua gasolinera.

-Trevor, acabo de ver un cartel no muy lejos de aquí... ¿Crees que puedes encargarte de la comida mientras reviso el lugar? Será tan solo un minuto...

-Sí, por supuesto... Cuídate, ¿si?

-Siempre lo hago... -respondió al mayor para luego inclinarse y dejar un corto beso en los labios de su compañero.

Hecha la despedida, el pelinegro se dirigió hacia aquella gasolinera, no sin antes ser interrumpido por Bobby, quien entre gruñidos y pequeños llamados de atención parecería querer decir algo. Ninguno de los dos jóvenes sabía muy bien qué es lo que el can percibía, pero sí estaban seguros de que debían ser precavidos. Muy bien sabían que las advertencias de su hermosa mascota siempre eran acertadas.

El ojimarrón caminó durante unos minutos hasta finalmente llegar donde el destino secundario. Imaginó que quizás podría encontrar algunos suministros y, si era posible, algún botiquín. Sus pasos eran milimétricos ya que la zona estaba cubierta por todo tipo de vegetación. Lo que antes parecía haber sido un lugar concurrido, terminó convirtiéndose en una postal magnífica. Los sentidos de aquel alto muchacho se encontraban en su máximo esplendor: sus oídos prestaban atención a cada ruido y separaban los sonidos naturales de los posibles sonidos artificiales, su olfato -el cual por el momento solo podía distinguir el olor a verde de sus alrededores- estaba presto a oler el aceite de aquellas aberraciones y, finalmente, sus ojos veían todo a su alrededor. Gracias a aquella minuciosa inspección, pudo entrar a la ya consumida gasolinera, aunque lamentablemente no se percató del detalle más notorio: las descomunales rasgaduras en la pared del edilicio...

El Refugio Esmeralda [+18 • GAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora