El sol bajaba con lentitud, ofreciendo sus últimos rayos de luz. Lance se encontraba en el suelo recostado sobre un tronco mientras observaba al energético Trevor jugar con su nueva mascota. El hecho de ver la felicidad que el menor tenía en ese momento por alguna razón lo alegraban, haciendo que sonriera en el proceso. Sin embargo, cuando el castaño volteó a verlo con el fin de agitar su mano infantilmente en señal de saludo, Lance se enserió por completo y simplemente levantó su mano como respuesta. Realmente no quería demostrar nada por el muchacho ni por nadie pero, lamentablemente para él, poco a poco el mismo comenzaba a ablandar esa congelada capa de hielo que poseía en su corazón.
-¡Mierda! -exclamó Trevor mientras de acercaba al mayor con agitación- Ese perro sí que no se cansa... ¿Puedo?
Lance le hizo lugar y el menor se sentó a su lado. Bobby se acercó al ojiceleste con un palo en la boca no dispuesto a parar. El jovencito tomó el palo y lo arrojó, riendo al ver cómo el perro corría con desesperación a buscar su nuevo juguete.
-¿No te parece hermoso?
-¿El perro?
-Emm... Sí, supongo.
-Quiero decir, es lindo... Pero no lo sé, nunca fui muy fan de los animales... -dijo Lance mientras varios recuerdos con un pequeño perro aparecían rápidamente por su mente, haciendo que sus ojos se cristalicen.
-¿En serio? Imaginaba que te gustaban, no sé porqué. De todos modos, ¿tuviste alguna vez una mascota?
Esa simple pregunta removió los ocultos sentimientos del mayor, haciendo que se enseriase de un momento a otro y que quiera comenzar la preparación del campamento. Trevor, por su parte, se quedó recostado en el tronco sin saber muy bien qué acababa de ocurrir.
~ ♥ ~
La noche era iluminada por una pequeña hoguera que Lance preparó. El mismo se encontraba absorto en sus pensamientos mientras miraba fijamente los colores brillantes de las llamas. Trevor se dio cuenta de ello, pero algo le decía que no debía decir nada al respecto. Por su parte, empezó a juguetear con su perro, el cual correspondía con sus muestras de afecto.
-¿Quién es un buen perro? -preguntó el castaño mientras acariciaba a Bobby, y fue allí donde Lance recordó dónde se encontraba.
Su mirada se quedó fija en el canino, el cual simplemente le devolvía la mirada mientras disfrutaba de los afectos de su dueño. De repente y sin previo aviso, Bobby se alejó de Trevor y caminó rumbo al ojimarrón. Ambos quedaron sumamente impresionados. Al ojiceleste le dio muchísima ternura cuando el mismísimo perro olfateó con curiosidad las manos del mayor quien, algo confundido, no sabía muy bien cómo reaccionar.
-¡Qué malvado eres! -exclamó Trevor con molestia- Ven, Bobby, el señor amargado no te quiere pero yo si...
El perro se acercó a su dueño listo para recibir otra dosis de amor y cariño. Lance simplemente se limitaba a observar al jovencito impactado por su forma de ser.
-Qué valiente eres, Trevor... -dijo el pelinegro mientras miraba al menor fijamente a los ojos.
-¿Valiente? ¿A qué te refieres?
-Quiero decir... Lo eres porque...
En ese momento, ambos comenzaron a oír un zumbido, señal de que había peligro muy cerca. Lance apagó la hoguera y le susurró a Trevor que lo mejor sería meterse en la carpa. Dicho y hecho, una vez dentro, el zumbido se oía cada vez más cerca. Claramente que se trataba de Rastreadores. Los mismos se encontraban por la zona revisando cada rincón del bosque.
Finalmente, el líder de los Rastreadores llegó donde la carpa, escaneando el lugar completamente. El momento realmente era tenso, y los corazones de ambos muchachos latían con rapidez. Sin embargo, todo fue peor cuando Bobby comenzó a gruñir. Trevor empezó a acariciarlo con el objetivo de calmarlo, y Lance rogaba a quien sea que lo escuche por sus vidas.
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El Refugio Esmeralda [+18 • GAY]
Ficção AdolescenteUn joven terco y malhumorado dispuesto a todo para llegar a un lejano refugio. Un muchacho alegre y despreocupado con las energías para disfrutar de cada segundo de su vida. El camino de estos dos supervivientes se cruzará y tendrán que hallar la ma...