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Jessica

—¿Querías que viniera aquí de inmediato no es asi? ¿Que sucede? —pregunto sin quitarle la mirada a la persona del otro lado del cristal.

Su cabello se ha blanqueado aun mas, continua igual que ese día. El gesto de dolor se sigue adueñando de su rostro, se ve como una chica de 17, como si el tiempo jamás hubiera pasado. Sus cejas son plateadas y las pestañas están de igual forma. Esta entubada.

—Tienes que regresar a Alaska y ejercer como alfa Jessica —todas las palabras que salen de la boca de mi padre son ordenes.

Levanto un poco el rostro para verlo a los ojos, azules, un alfa de nacimiento.

—Te he dicho que no me interesa —respondo regresando al cuerpo que obligan a sobrevivir en la cama. —Envía a Daniel a hacerlo.

—Daniel esta ocupado con su adiestramiento y tu solo estas jugando a la policia y los vampiros así que dej...

—Anda, solo dilo —interrumpo intentando no subir mi tono de voz. Lo veo a los ojos y veo el reflejo de los míos, un rojo cuan sangre. —Di que preferías que yo estuviera postrada en esa cama sin poder respirar sin una maquina en ves de Lex; o, dime que preferías que yo estuviera muerta en vez del tio James.

Lo había acorralado. Veía el terror en el reflejo de sus ojos, no le pertenecía a el, era mio. Estoy asustada.

Toda la rabia se va con esas palabras que jamás me atreví a decir se fue.

—Si tratas de redimirte buscando a los que mataron a la destinada de Lex no lo harás, vivir con arrepentímientos no es vivir —dice mi padre.

—Jess... —busco a mi hermano con la mirada y al girar ya lo tengo rodeandome con los brazos. —Lo siento.

—Dan, te he extrañado tanto —hablo contra su cuello.

—Te necesitamos —me separa mientras analiza todo mi rostro. —Padre nos vemos en la cena.

Me toma de la mano, le doy una ultima mirada furtiva a lo ultimo que queda de Lex en esa cama.

El hospital privado de los Robbins solo atiende a miembros de la manada y no cualquiera puede entrar, así que me llama la atención encontrar a una chica que huele a omega que jamás he visto en uno de los pasillos.

Llegamos a una oficina en la que nos esperaban George y Alana, bajo la mirada de inmediato.

—¡Jess! —grita George al verme.

—Chicos los saludos al final —interrumpe Alana separando a su novio de mi. —Tenemos que atender varias cosas.

Su cabello castaño mas largo que cuando la conocí la hace ver tierna. Me regala una sonrisa ladina antes de acercarse a la computadora en la que estaba, el reflector se enciende y muestra la pantalla.

—¿Quien es el? —pregunto al ver al castaño de la pantalla, se ve un poco mayor que nosotros.

—El es Nathaniel Stronger, nuestra salvación —dice sin dejar de ver su fotografía en la pantalla. —Demian fue a buscarlo a Londres y lleva dos semanas sin reportarse, estamos preocupados.

Entre vampiros, lobos y otras catástrofes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora