𝐗𝐈𝐕

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Cuando finalmente fue dado de alta, su cabeza estaba hecha un desastre. Todavía se sentía incómodo.

Al parecer, todas las pruebas que había realizado habían llegado a la misma conclusión: físicamente, estaba bien. La única explicación de todo lo que estaba sucediendo era algún trastorno mental no identificado. Tendría que hacerse más pruebas para descubrir la causa y encontrar un tratamiento más adecuado.

Eso fue todo.

Suspiró cuando el aire fresco golpeó su rostro. Se sentía agotado, esperaba dormir al menos unas horas, así que cerró los ojos para disfrutar de la brisa.

Pero el destino era cruel y tenía otros planes para él.

Cuando abrió los ojos, Jinyoung estaba de pie frente a él. No era una alucinación, admitió después de parpadear un par de veces. Él era real. Y su mirada era absolutamente desgarradora, un profundo dolor visible en sus ojos.

No supo qué decir. Había tantas cosas de las que hablar, pero todavía estaba procesando toda la información. El dolor, el amor, la muerte, los vampiros, su culpa... Era demasiado. Quería escapar.

Jinyoung quería tomar la mano de Jaebeom, acariciar su piel y pedirle una segunda oportunidad, pero se contuvo. Lo vio mirando de reojo, como si quisiera correr, y eso fue suficiente para que se rompiera.

—Por favor, no te vayas. Escúchame —susurró, sus ojos buscando los de Jaebeom.

—¿Qué estás haciendo aquí? —tan pronto como preguntó, sabía que era la pregunta incorrecta.

Sangre.

Jinyoung vio la duda en sus ojos y fue suficiente para que él entendiera. Por lo que decidió cambiar de tema para tranquilizarlo.

—¿Viniste para tus exámenes médicos? —preguntó. Jaebeom vaciló, pero finalmente asintió. —¿Está todo bien? —agregó con las manos apretadas en los bolsillos de su chaqueta.

—Sí...

Había mucho que decir, pero ninguno de los dos sabía por dónde empezar.

Jaebeom todavía estaba tratando de calmarse después de verlo, sorprendido al principio, pero ahora quería hablar de las cosas. Jinyoung, por otro lado, deseaba tanto decirle que nada de lo que había pasado entre ellos era una burla o una estafa, que había sido sincero.

—Creo... Deberíamos hablar. Quiero... —comenzó Jinyoung.

—Deberíamos —lo interrumpió por nerviosismo, y Jinyoung no pudo evitar sonreír un poco. —Lo siento...

—Está bien. Deberíamos tener algo de privacidad... Nuestra casa está cerca... ¿te importaría?

El tono de Jinyoung era ansioso, pero Jaebeom decidió que estaba bien y asintió. Si hubiera querido lastimarlo, ya lo habría hecho.

Caminaron uno al lado del otro en completo silencio, sin tocarse. Los segundos se sintieron como horas, la tensión acariciando sus corazones en cámara lenta, anticipándose a lo que vendría.

Jaebeom se sintió nervioso y no pudo evitar notar que no era solo por la charla, sino también por la presencia de Jinyoung.

Había extrañado estar con él.

Unos minutos después, llegaron a su destino. Era una casa antigua de dos plantas, pintada de blanco y rodeada de vallas, con un pequeño y bonito jardín al frente. El pasillo era cálido, podía admirar el color de las paredes, los exquisitos muebles y la decoración.

Paradoxe Cramoisi [Bnior/JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora