Cuatro

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"Un fantasma del pasado"

Cuando despierto me siento más cansada que en años, puedo sentir la hinchazón en mis ojos y el dolor en mi pecho, es decepcionante que esto no sea un sueño.

Me levanto con pesadez y miro el reloj no quiero ir a la escuela y probablemente nadie se dé cuenta si falto, pero ello me hace sentir mal porque siempre huyo o me escondo en situaciones como estas.

A pesar de todo solo me queda una cosa por hacer, una que nunca he hecho con Jungkook: Fingir. No veo otra manera de ir a la escuela y sobrevivir todo un día sin ser una patética bola de sufrimiento.

Pero levantarme de mi cama es raro, mi habitación no parece mi habitación y mi cuerpo no parece mi cuerpo.

Miro con el ceño fruncido hacia abajo, estoy segura que ayer no tenía un pijama rosa con ositos, ni siquiera creo tener esto en el armario. Casi como un reflejo mis manos van a mi cabello y se me escapa un jadeo, está corto casi por los hombros.

Cuando creo entender pero no del todo corro hacia el espejo del baño a pesar de que el más cerca estaba en la habitación, entonces la veo, me veo.

Soy unos diez centímetros más baja, mi pelo es corto y mis cejas parecen no haber sido depiladas nunca, aún tengo los ojos hinchados, solo para confirmar hago una mueca mostrando todos mis dientes y ahí están los malditos brackets, retrocedo dos paso para ver lo que más pueda de mi misma.

Soy yo, yo más pequeña probablemente de catorce pero yo al fin y al cabo.

Y todo llega de golpe, recuerdo este día, recuerdo el pijama, el cabello corto y las lágrimas, el dolor. El día anterior se había corrido el rumor de que mi padre engañaba a mi madre y que mis padres no se querían, sufrí y llore como nunca había llorado hasta ayer en la noche.

Me preguntaba si era un efecto residual del dolor, recordar la segunda situación en la que sufrí de esa manera, aunque ahora pueda parecer algo patético a la chica de catorce con el pelo corto le dolió lo suficiente para llorar y recordar ese día como el peor de su vida, incluso me ofende un poco no haber reconocido el día en mi sueño.

Porque es un sueño después de todo.

Escucho el llamado de mi madre y suspiro, me doy un par de golpecitos en la mejilla antes de salir del baño, me coloco mis pantuflas y salgo de mi habitación, una muy rosada e infantil habitación.

Bajo las escaleras con cuidado, es un sueño pero es uno lucido ya que parece tan real que hasta me asusta un poco.

Cuando me siento en el comedor y veo a Zua resolviendo un crucigrama ruedo los ojos, incluso en mis sueños Zua es pretenciosa y se supone que solo tiene ocho años, veo el desayuno frente a mí y miro a mi madre, pobrecita atada a un matrimonio infeliz por culpa de sus hijas.

Recuerdo lo mucho que me enoje cuando descubrí que mi madre estaba embarazada, creí que había enloquecido pero su respuesta fue "A veces las cosas se solucionan con otro bebé" No quería otro bebé, si no podía irse del matrimonio por nosotras ¿Cómo otro bebé arreglaría eso?

No siempre creí que era nuestra culpa que mis padres siguieran casados, bueno más que todo pienso que es mi culpa, pero mi madre lo decía mucho, la mayoría de veces mientras peleaba con mi padre, Zua era muy pequeña para entender pero bastaba con que yo lo hiciera, desde que nací he sido un problema, la causa por la que ninguno de los dos se va.

Pero de cierta forma Solmi si pudo aplacar las cosas, ya no hay peleas aunque no me alivia saber que siguen habiendo problemas me alivia ahorrarles esta etapa a mis dos hermanas menores.

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