Dieciocho

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"Un obstáculo menos"

Creo que esto no es lo que tenía en mente cuando salí del hospital. Ni siquiera estoy segura que hacer ahora que estoy en pleno control de mi cuerpo.

Lo que más me reclama mi decisión son mis pies descalzos tocando el frío suelo, ya es de noche y no hay mucho tránsito en la calle en la que me encuentro, aún así es un poco gracioso ver las caras de susto cuando ver a una chica descalza con una bata de hospital caminando por medio de la calle.

Me acerqué a un teléfono público aún cuando sabía que no tenía una sola moneda, todo mi dinero estaba en la ropa que tenía cuando me dispararon, asunto en el que no me había puesto a pensar lo suficiente.

Me dolía el brazo y creo que ya estaba pasando el efecto de los antibióticos, pero eso era algo secundario cuando empecé a reconocer el lugar por el que caminaba.

Mire al rededor reconociendo la tienda de donas en la que pasaba mis tardes luego de una práctica, y casi instintivamente mire hacia el otro lado de la calle, en donde estaba la academia de ballet.

Mire a ambos lados antes de cruzar la calle, desde lejos me había dado cuenta de lo terrible que lucía el edificio, parecía que nadie había entrado aquí en un lustro.

La puerta estaba sellada y las puertas transparentes estaban opacas por el polvo y la suciedad pero no necesitaba que fueran visibles para recordar el lugar, en mi realidad este lugar estaba intacto y pasaba por ahí cada tanto, me preguntaba porque habían cerrado y si era algo que habría afectado a Jia dos.

Dio un salto en mi lugar al escuchar el claxon de un auto, con la mano en el pecho me giré a mirar a la calle para ver estacionado un auto rojo y viejo, no fue hasta que la ventana del piloto bajo que reconocí el auto, el auto de la madre de Miri.

Ladee la cabeza cuando hizo una seña para que me acercara y mirando a todos lados lo hice con pasos lentos, después de todo era una conocida y era lo más cerca que estaba de regresar a mi casa.

-¿Que esperas? -Dijo sonando molesta- Ya sube.

Evite rodar los ojos y evidenciar lo molesto que era su tono y me subí poniéndome el cinturón un segundo antes de que empezara a andar.

-No sabía que podías conducir -Dije mirándola de reojo, ella soltó una risa sin gracia-

-¿Y llevar este cacharro a la escuela? Creo que tú y yo sabemos muy bien que eso no va a pasar -Dijo deteniéndose en un semáforo y mirándome de arriba abajo-

Tomo una bolsa del asiento del pasajero y me la dio.

-Fue lo mejor que pude conseguir y sin duda es mejor que esa bata de psiquiátrico que estás usando.

Con un poco de curiosidad abrí la bolsa tragando saliva, era demasiado parecido por no decir igual a la ropa que usaba la Miri de mi realidad, pero ella estaba siendo amable y tenía razón, era mucho mejor que la bata.

No me sentía incómoda cambiándome en frente de Miri, creo que ni siquiera importaba que no fuéramos cercanas y estuviéramos más cerca a ser enemigas que amigas, era una mujer y había cierto grado de complicidad en eso, además de él hecho de que por alguna razón me estaba ayudando y eso despertaba mi curiosidad de nuevo.

Terminando de pasar mis brazos por los agujeros indicados la mire mientras ella seguía conduciendo.

-Estamos a punto de llegar, no te preocupes.

-¿Llegar a donde? -Dije mirando por la ventana intentando reconocer las calles pero no había nada-

-Con Jungkook -Dijo con un suspiro- El es el único que puede ayudarte Jia.

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