Adiós Taehyung. Libro 2

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TRES SEMANAS DESPUÉS

Tn: ¡Taehyung~! —se detuvo y volvió— espérame.

V: no vengas —lo vio confusa mientras seguía caminando hacia él— Tn, detente, no vengas —obedeció—

Tn: ¿por qué? ¿No te sientes bi_

V: no, es que... es solo que_... —suspiró y sus ojos se cristalizaron—

Tn: Taehyung —comenzó a avanzar hacia él—

V: en serio, Tn, detente —esta vez no le obedeció— ¡por favor! —comenzó a llorar y ella seguía sin obedecer—

Tn: no puedo, lo siento —llegó hasta él y lo abrazó. Taehyung siguió llorando sobre su hombro— todo estará bien, tranquilo.

V: tengo mucho miedo.

Tn: ¿de qué tienes miedo?

V: ... que no despiertes.

Tn: ... —lo vio y limpió sus lágrimas— ¿que no_ —la besó unos segundos—

V: regresa, yo debo seguir —la garganta de Tn se anudó—

Tn: no.

V: Park tn, por favor.

Tn: ... ¿estás seguro que si regreso voy a despertar?

V: ... —sonrió leve y asintió—

Tn: entonces ven conmigo.

V: no puedo, si me quedo contigo, correrás peligro.

Tn: si estoy contigo, siempre estaré segura porque te tendré a ti.

V: ... no, princesa, no entiendes.

Tn: lo entiendo, sé de qué hablas, pero no me importa eso.

V: ... —ella tomó su mano—

Tn: Taehyung, estamos juntos en las buenas y en las malas... si no es ahora, ¿cuándo podremos?

V: ... Tn... en verdad te amo.

Tn: ¿entonces por qué me dejas?

V: ... —él sonrió leve y cubrió los ojos de Tn con su mano—

Tn: oye~ —ella rió leve y quitó su mano, pero V ya no estaba ahí. Vio a todos lados, pero no estaba— ¿Tae-Taehyung? ... V, ¿dónde estás? —su pulso aceleró. El no verlo le causó mucho temor— Tae~.

V: ¡te amo~! —escuchó a lo lejos y volvió, pero no estaba por ninguna parte—

Tn: ¡dime dónde estás! —su nudo en la garganta apareció de nuevo— ¡si en verdad me amas, no me dejes sola!

V: Encuentra a alguien mejor que yo

Tn: ¡V, por favor! Dime dónde estás.

V: no puedes verme porque estoy en tu corazón... siempre estaré ahí.

Tn: ... sal de ahí, no estoy para bromas. V_

V: oops, si lo hago, entonces sí será un gran problema —rió leve y Tn comenzó a llorar—

Tn: por favor, V —se acurrucó y comenzó a llorar desconsoladamente— tengo mucho miedo.

V: no tengas miedo, siempre estaré para ti —tomó su mano y ella alzó la mirada, él estaba enfrente. Ahora estaban en un lugar diferente— no llores, eres alguien valiente.

Tn: ... no me dejes, por favor —musitó pero V la soltó—

V: sígueme —comenzó a caminar y ella igual, pero no podía avanzar como él. Intentó hablarle, pero no podía articular ninguna palabra y eso la estaba sofocando—