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Verla en estos momentos después de tanto tiempo no me dio buena espina. ¿Por qué demonios cargaba un cuchillo con ella? Mi preocupación no era luchar con ella en sí. Mas bien, era luchar con ella sin tener tantas fuerzas para hacerlo. Estaba muy débil, era consciente que podía acabar conmigo fácilmente.

Tn: ¿cómo terminaste aquí? ¿Desde cuándo trabajas con ellos?

Nicol: conocí a Camila primero. Algunas conversaciones y cosas que tuvimos en común me hizo estar frente a ti ahora.

Tn: ...

Apuesto a que una cosa en común es que me odian.

Nicol: hiciste tanto escándalo para terminar llorando por Taehyung, ja, sí que eres un caso —bufó— pude ser tu cuñada preferida.

Tn: prefiero que Jungkook esté soltero toda su vida a que la pase contigo.

Nicol: prefiero acabar contigo a seguirte escuchando hablar. ¿Cuál es más probable que pase?

Tn: ¿aún tienes esperanzas en que Jungkook te hará caso? Creí que ya lo habías superado.

Nicol: ¿aún no cierras la boca? Creí que ya habías entendido.

Tn: que haya entendido no quiere decir que deba obedecerte.

Nicol: ... —sonrió—

Maldito orgullo. ¿No puedes cerrar la boca, Tn? ¡Tiene un cuchillo con ella!

Nicol: supongo que quieres morir con honor —comenzó a acercarse lentamente a mí mientras veía su cuchillo. Vestía guantes— ¿quieres que le diga algo a Taehyung y Jungkook de tu parte? Ya sabes... tus últimas palabras.

Tn: a Jungkook dile que le agradezco por haber terminado contigo y a Taehyung... que lamento que una basura como tú acabara conmigo.

Nicol: ... eres una maldita —se acercó con toda la intención de clavarme el cuchillo. La misma adrenalina me hizo tomar la almohada y ponerla enfrente en un abrir y cerrar de ojos. Vi la punta a través de la almohada, cerca de mi pecho— ¡muere!

Hizo más presión pero le di una patada y la empujé. Me pasé al otro lado, a modo que la cama estuviera entre las dos. Me lastimé el tobillo y apoyaba mis manos un poco sobre la cama porque mis piernas seguían débiles.

Nuestras respiraciones aceleraron en un instante, ambas sentíamos la sangre correr rápidamente en nuestro cuerpo y la tensión de acabar con esto de una buena vez.

Tn: te vas a arrepentir si lo haces. Morirás antes que mí si lo intentas.

Nicol: moriré algún día de todas maneras. Me conformo con saber que tú tampoco estarás aquí!

Se lanzó sobre la cama y me alejé de ella. Agradecía que al menos la habitación era grande para moverme, pero maldecía el hecho que no habían muchas cosas como para defenderme o esconderme, solo cargaba la almohada que no duraría mucho.

Tn: ¡detente, maldita sea! ¡Me ves en las condiciones para pelear?

Nicol: si no lo hago aquí, no podré nunca. ¡Acabemos con esto de una buena vez! —me atrapó contra la pared y la almohada no sirvió al final— este es tu fin.

Adiós Taehyung. Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora