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DÍAS DESPUÉS

V: ¿estás segura de esto? No tienes que hacerlo, no quisiera que salieras cuando aún sigues recuperándote.

Tn: Ellos pusieron en juego sus vidas por mí. Es lo mínimo que puedo hacer.

V: ... —suspiró— de acuerdo. Los guardias llegarán pronto, esperemos por ellos —asentí leve y me abrazó cálidamente—

Jungkook y Taehyung me habían actualizado sobre lo que había sucedido aquel día y en adelante. Algunos maleantes murieron, Nicol murió, Regina murió y otros agentes que trabajan con Taehyung también murieron. Lucy y Camila no estaban en el lugar pero fueron capturadas días después, cuando intentaban regresar a su país. El señor Maxwell había huido y no se sabía nada de él desde aquel día. La Interpol había tomado el caso y ahora ellos estaban a cargo de encontrarlo. Me pareció un poco molesto pues la parte sucia la había hecho Taehyung, pero me alegraba saber que era algo menos a lo que tendría que exponerse al peligro.

Cuando pregunté por Kendall, no quisieron comentar. Habían dos opciones, o no sabían de él, o sabían que él ya no estaba. Me preocupaba pensar lo peor, él no lo merecía. Pero por fortuna, me confirmaron que estaba bien. Se recuperaba paulatinamente en su país. Me sorprendió escuchar que había recibido un disparo que le había perforado el pulmón. Esperaba recuperarnos y encontrarme con él pronto.

Todos mis exámenes habían salido bien, los de Taehyung también y él ya había sido dado de alta. Mi recuperación era lenta, pero segura. Debido a eso, quise rendir homenaje a los agentes que habían perdido la vida aquel día. Me sentía en cierta parte culpable y agradecía con ellos. Taehyung había venido del trabajo para que pudiéramos ir juntos. Sus guardias nos escoltarían debido a los periodistas que rodeaban el hospital.

Los guardias llegaron y V se puso nervioso.

V: ¿sigues segura de salir? Puedo cancelar todo aún si no te sientes bien —reí leve y tomé su mano—

Tn: te tengo a ti, así que estoy bien y sé que voy a estarlo.

V: ... —sonrió leve— no soltaré tu mano.

Tn: gracias —sonreímos y salimos con los guardias. Llegamos al ascensor aún con las manos unidas, pero me soltó en ese momento y se puso frente a mí. Sacó un cubrebocas del bolsillo interior de su saco y me lo colocó— seamos precavidos —sonrió y volvió a mi lado a tomar mi mano. Mi corazón se estremeció por su acto—

Las compuertas se abrieron y comenzamos a avanzar. Eran muchos guardias y periodistas que habían afuera y desde ya comenzaron a tomarnos fotografías. El flash era hasta cierto punto molesto. Hacía mucho que no pasaba por algo así. Aferré mi mano a Taehyung mientras atravesamos la ola de gente en la salida y llegamos al auto donde estaba Juhan esperándonos.

Logramos entrar con la ayuda de los guardias y sin ningún rasguño. Suspiré tranquila estando adentro.

V: ¿estás bien? ¿Te hicieron daño?

Tn: ... —lo vi— ¿sabes? Esto me recuerda a la ocasión que estábamos en secundaria y una ola de chicas se lanzó contra mí. Tú me llevaste a casa de la tía Jeon aquella vez... —sonreí leve— el sentimiento de seguridad estuvo desde aquel momento.

V: ... —quitó mi mascarilla y besó mis labios— y me aseguraré de que siga ahí por mucho mucho tiempo —sonreímos y escuchamos a alguien aclarar su garganta; vimos adelante y Juhan estaba ahí—

Juhan: ¿podemos irnos ya? —reímos al olvidar la presencia de Juhan y el chofer—

V: vamos ya, amigo.

El chofer comenzó el camino hasta el jardín memorial donde mi familia y la familia de Taehyung esperaban junto a los familiares de los agentes.

Los días siguieron pasando. Taehyung llegaba todos los días después del trabajo, masajeaba mis pies, me contaba chistes o hacía cualquier locura con tal de hacerme reír y hacerme sentir mejor. También me cantaba y me daba mimos en la cabeza hasta quedarme dormida.

Adiós Taehyung. Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora