Capítulo 6: " Piel de Gallina"

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Aesop Carl

De nuevo solo en casa, aunque me lo esperaba, en estos meses he trabajado duro y me dieron un mes de descanso, me alegro por eso, pero no me gusta estar solo, esos ruidos horribles, no me gusta porque es como si mi soledad en este lugar sacara mis peores temores al mundo real, de alguna manera...

Estaba en el pasillo, como está lloviendo no puedo ver muy bien, encendí la luz e inmediatamente se apagó, que bien, caminé con lo poco que podía ver y un trueno me hizo ver algo al final del pasillo, dejé de caminar y traté de enfocar mi visión, y cuando un trueno volvió a iluminar la casa, lo que vi fue a una persona, corrí y me escondí en la sala junto a un mueble, cerré los ojos y esperé a sentirme mejor...

Joseph: ¿Amor?, ¿estás por ahí?- apenas escuché su voz corrí hacia la puerta y lo abracé- ya cielo, ya estoy aquí, no hay nada que temer- entré con él y me quedé en la sala a su lado, siento que si me alejo de él las cosas van a empeorar- ven, podemos dormir aquí- lo abracé y al sentir sus brazos rodearme, me calmé y me quedé tranquilo, cuando vi que ya estaba dormido, me atreví a besar su mejilla, desde hace poco me enamoré de él, pero no quiero que lo sepa aún, creerá que puede controlarme a su manera y no es así, me acomodé nuevamente en su pecho y esperé a que me diera sueño, aunque con cada trueno se me hacía imposible, pero al final lo logré....

En la tarde...

Desperté, pero aún tenía sueño, no estoy durmiendo bien últimamente...

Joseph: Tranquilo amor, estaré en la oficina mientras duermes en la habitación, pero estaré cerca si me necesitas.

 Apenas me dejó en la cama volví a cerrar los ojos y me acomodé, cuando quedé solo, podía escuchar las gotas de lluvia golpear los vidrios de la ventana, de un omento a otro, me excité por alguna razón, me da pereza ver porno en el teléfono, así que lentamente me acomodé para que Joseph pensara que estoy dormido, empecé a tocar mi entrada lentamente, pero sentía que necesitaba más, al final terminé pasándome los dedos una y otra vez, no los inserté en mi entrada porque no lo necesito, con solo rozarlos tengo suficiente, cuando sentí que tuve un orgasmo seco, volví a tener sueño y me acomodé bien para volver a dormir....

En la noche...

Desperté, pero no quería abrir los ojos, me estiré y me quedé acostado, sentí unas caricias en mi mejilla, me lo tomé normal, pero al sentir una mano en mis piernas y la otra en mi pecho, me moví despacio y me quedé quieto, pero solo logré quitarme las sábanas de encima, al sentir sus dedos en mis piernas, acariciando desde el pie hasta cerca de mi entrepierna, no puedo negar que se siente bien, le abrí un poco mis piernas y esas caricias se sintieron mejor, cuando masajeaba mi pecho, no sabía como describir esa sensación, pero me gustaba, finalmente abrí los ojos y nuestras miradas chocaron.

Joseph Desaulniers

Apenas abrió los ojos, fue el momento más bello que haya vivido, me acomodé mejor juntando mi pelvis con la suya, tomé sus mejillas y se dejó besar de mi, al sentir sus manos en mi cuello, supe que logré mi objetivo, él es mío, y creo que es momento de completarlo, se dejó quitar la ropa, cuando pude ver su cuerpo por completo quedé embelesado.

Aesop: Deja de verme, me da pena- vi como poco a poco se tapaba, pero no lo dejé.

Joseph: No hagas eso amor, eres hermoso, ahora entiendo lo que decía tu hermana, eres una joya que, ahora, me pertenece- jamás había visto una sonrisa tan hermosa como la de él, volvimos a besarlos y seguimos con esto,

Lentamente bajé y recorrí todo su cuerpo, desde su pecho, jugar con sus pezones y hacerlo gemir un poco, hasta dejar chupetones por todos lados, cuando llegué a sus piernas ya estaba que no aguantaba, mi miembro estaba duro, pero sé que debo ser paciente para que él disfrute también, apenas acaricié su entrada, supe que no iba a ser fácil, me aseguré de tener mis dedos bien lubricados y apenas inserte uno, es tan caliente que me sentí en el paraíso, pero al ver que Aesop estaba tensando el cuerpo, lo calmé con besos a tal punto de que para cuando me di cuenta de que estaba gimiendo fuerte, fue porque ya estaba preparado.

 Al insertar mi miembro, me costó mucho moverme, es tan apretado, aunque es mejor de lo que pensaba, cuando logré moverme bien, los dos solo sentíamos placer, de escuchar a Aesop gemir mi nombre me sentí tan feliz, lo logré, él me ama.

Unos días después...

Deje de manipularlo con sus temores, además nos acostumbramos de tener una vida sexual activa, cuando llego a casa, me encanta que me haga un oral, me quita el estrés y a él le encanta tener sexo, mi fantasía se ha hecho realidad.

Hasta el próximo capítulo....

No Puedes Huir de MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora