Capítulo 9: " Junto a Mi"

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Joseph Desaulniers

Hoy acompañé a Aesop al médico, le sacaron sangre para exámenes generales y quiero asegurarme de que está bien, además se ve mucho mejor, así que dejé de implantarle la tortura a él, pero se la doy a su hermana, veamos cuanto aguanta, si es igual a mi amado, o es débil como toda la gente que he matado antes, al llegar vi que estaba un poco nervioso, pero lo abracé y logré calmarlo, apenas llegó el médico no tenía buena expresión, no me va a gustar esto.... decían que por el estrés que había pasado por esos días, habría una posibilidad de que terminara en el hospital, eso me asustó, no quería hacerle daño físico, se supone que no lo haría, hablaron con la empresa en donde trabaja y le dieron un mes de recuperación, al menos le van a seguir pagando, cuando se fue le medico, Aesop explotó en llanto, no pude con el dolor en mi pecho y lo abracé.

Joseph: Ya amor, no llores, debes estar calmado, vamos a solucionar esto.

Aesop: Tengo miedo Joseph- lo abracé más fuerte, lo que antes me hacía feliz, ahora me quiere ver sufrir.

Joseph: Aquí estoy, no tengas miedo- se escondió en mi pecho y acaricié su cabeza, después de que se calmara, reclamamos los medicamentos que le ayudarán, menos mal no son fuertes... eso me ayudará un poco a ayudarlo.

Al volver a casa lo mandé a acostarse, en el trabajo me dejaron quedarme en la casa, haré que Aesop se sienta mejor, y por el momento no habrá sexo, necesito que esté mejor que como está ahora, además, no debe estresarse, me encargué de la comida y cuando se la llevé estaba más tranquilo, almorzamos juntos y al verlo reír, me sentí super bien, hace mucho que no veía esa sonrisa de verdad, esos bellos ojos brillar de esa manera.

Al final me tocó hacer unas cosas de la oficina, demonios, quiero pasar tiempo con mi pareja y veo que la gente no sabe lo que es un descanso, malditos, los despediré después, seguía con estos papeles que parecían ser infinitos, escuché algo en la cocina y pensé que era mi cabeza, escuché que tocaron la puerta y al ver que Aesop había entrado con una taza de té.

Joseph: Mi cielo, ¿qué haces de pie?, deberías estar en cama.

Aesop: Pues, me has ayudado mucho y pensé que debía devolverte el favor- le recibí la taza y tomé un sorbo, es lo que necesitaba- ¿mejor?

Joseph: Mucho mejor- sentí sus brazos rodearme y me sentí querido, esto es lo que quería en primer lugar, cuando lo vi por primera ve, todas las fantasías que tenían con él, tanto buenas como las más indecentes llenaron mi mente, y ahora que veo que se hace realidad, estoy feliz- ¿quieres volver a la habitación o quedarte?, aunque te advierto que me falta mucho.

Aesop: Me quedo- traje una silla y se sentó al lado mío, dejaba que leyera uno que otro papel, pero cuando trataba de ayudar, no dejaba que lo hiciera, debe estar tranquilo y esto a veces se vuelve estresante, así que no lo dejé, pero ahora siento que está mejor, y si él está bien, yo también.

Aesop Carl

Aunque solo llevo tres días, me he sentido mucho mejor, aunque no puedo ir a trabajar, me divierto en casa, me gusta que Joseph pase el tiempo conmigo, al final mi hermana bajó la guardia y logré convencerla por ahora, aunque me di cuenta de que se veía muy exaltada, me pregunto si estará bien, no he hablado por ella por mi tema de salud, se supone que no debo estresarme y pensar en como está mi hermana me preocupa y eso pasa a mayores...

Joseph: Aesop, ¿estás bien?- además, he acumulado mucha tensión sexual, quiero que me toques Joseph.

Aesop: Si, pero....¿por qué no me tocas?- me miró a los ojos- entiendo si no quieres hacerlo, pero, solo quiero saber.

Joseph: Amor, yo también quiero hacerlo, pero me da cosa que te pase algo en el acto, además no ha pasado ni una semana- no sabía que estaba tan mal- amor, si quieres hacerlo no tengo problema, pero debemos ir más despacio.

Aesop: Eso quiero- lo abracé, aunque si acepto que aún estoy algo débil, apenas dejé de ir a trabajar, mi cuerpo no tardó en mandar la señal de que estaba mal, aunque no entiendo como no lo sentí antes.

Apenas sentí sus labios sobre los míos me sentí feliz y excitado, en poco tiempo estaba debajo de él, aferrando mis piernas a su cintura, cada toque hacía que mi piel se derritiera, de verdad se siente bien, cuando mi ropa quedó en el piso y me abrazó para empezar a frotarnos, se sintió bien, cuando empezó a prepararme, traté de mantenerme calmado, por eso estamos haciendo esto, cuando abrí los ojos ya estaba dentro de mi, eso fue más rápido de lo que yo esperaba.

Joseph: ¿Cómo vas?

Aesop: Voy bien- besé su mejilla y empezó a embestirme, a medida que la noche avanzaba, el placer era más y más grande, de verdad me sentía tan bien que no me molestaba en esforzar el cuerpo, Joseph se ocupaba de todo, cuando la noche terminó, me sentí bien, cansado, pero bien- te amo.

Joseph: Te amo- cerré los ojos y caí en el mundo de los sueños...

Hasta el próximo capítulo....

No Puedes Huir de MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora