30 de junio de 1942

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Querida Kitty: 

Mis calificaciones del colegio no son del todo malas, pero hoy he tenido problema nuevamente por platicar mucho en clase. Espero que los profesores entiendan algún día que hablar mucho es una característica femenina hereditaria, por tanto, incorregible, Y dejen de darle importancia y olviden sus ridículos castigos. La verdad es que a mis padres les importa poco lo que sucede la escuela, lo que realmente les interesa es que yo tenga buena salud, que esté contenta y que siempre me porté bien. ¡No estoy de acuerdo, para mí la escuela es muy importante!

Debo contarte también que ayer por la mañana tuve una sorpresa bastante agradable. Al pasar por un depósito de bicicletas, hoy que alguien me llamaba. 

Dándome vuelta un muchacho encantador. Se me acerco un poco tímido, y se presentó: "soy Harry", dijo. Quedé un poco sorprendido, incapaz de comprender bien que quería. Era muy sencillo: deseaba acompañarme a la escuela. Es muy interesante y simpático, alegre, diría yo. Tiene dieciséis años y habla de toda clase de cosas divertidas. Es un buen muchacho y le ha simpatizado bastante a mi familia. Para ser sincera, creo que yo le gusto...

               Hasta pronto 

               Tuya. Ana

El diario de Ana FrankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora