29 de septiembre de 1942

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Querida Kitty:

He reanudado mis estudios. La ociosidad no es una buena compañía y quiero ponerme de inmediato al trabajo, pues hace algunos días, los mayores dijeron que yo era bastante tonta. Me esfuerzo mucho con el francés, y cada día aprendo cinco verbos.

Hoy todos están de mal humor, y los pleitos con nuestros vecinos son cada día mayores. Entre mamá y la señora Van Daan hay muchos malos entendidos, desde luego, razones para quejarse. Pero creo que mamá a veces tiene razón, pues la señora Van Daan qué es insoportable: me molesta mucho, debido a mi hábito de hablar de más. 

Pero, por desgracia, no solo tengo que soportar a la vecina: mamá se la toma de nuevo conmigo en estos últimos tiempos; lo siento, pero no nos entendemos muy bien. Con mi hermana tampoco marchan las cosas. 

Cambiando de tema, Te cuento que no tenemos una bañera ni un cuarto de baño. Por lo que utilizamos por turnos una tina. Afortunadamente las oficinas de abajo cuentan con agua caliente y nosotros nos beneficiamos de ellos. Cada miembro de la familia utiliza como cuarto de baño algún lugar del escondite. Peter utiliza la cocina, a pesar de la puerta de vidrio; el señor Van Daan se tomó el suyo en su alcoba; papá en oficina privada, y mamá detrás de la estufa. Mi hermana y yo utilizamos una oficina delantera. 

          Hasta pronto.

          Tuya. Ana

El diario de Ana FrankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora