c a p i t u l o 69

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S E L E N E

No sabía por dónde empezar. La frase "La felicidad es efímera" nunca habia cobrado tanto sentido para mí. Sobre todo hoy, en este preciso momento.

Hace 10 minutos veníamos entrando un poco nerviosos pero felices a la vez. Si todo salía a nuestro favor, era la última vez que pisariamos este lugar, no más quimios, no más lloriqueos, de aquí en adelante todo pintaba de maravilla. Ander toma a mi mano con tanta fuerza como podía, pero lo comprendía, estaba ansioso de salir de este lugar y recuperar su vida.

Ahora, 10 minutos después, escuchábamos al doctor decir que continuaban las quimios con más fuerza, que las otras no habían funcionado e incluso que el tumor había crecido. Iba a ser más agresivo, más intenso, más desgastante.

Azucena parecía taciturna ante las indicaciones, con una cara de poker que no leias ni uno solo de sus gestos. Ander volvía a reflejar el cansancio, la desesperación, la ira en su rostro. Y yo, yo no sé que cara me cargo, solo intentaba no llorar y hacerme la fuerte ante está situación.

—gracias doctor—fue lo que me saco del trance, tome la mano de Ander y comenzamos a caminar hasta una de las salas alternas, dónde nos dieron un par de bolsas para la quimio en casa, medicamento y otras cosas que la verdad desconozco al día de hoy.

—te ayudo a la mudanza—dije a Azucena mientras llegábamos a la casa. Ella asíntio mientras dejaba a Ander en la sala para que siguiera la quimio.

—no es necesario que sigas aqui—escuche decir a Ander. Lo miramos y suspiro—es decir, puedes ir a la fiesta, puedo seguir durmiendo arriba.

—lo mejor será bajar tu cama aquí en la sala. Estarás mas cómodo cariño—respondio Azucena, indicándome subir para comenzar a desmontar el colchón y acomodarlo.

Movimos un par de muebles y quedó bastante espacio para la cama, Azucena se tomó un segundo para salir a fumar y decirle a Antonio la noticia, yo me quedé con Ander sentada frente a él pero sin hablar.

—te has quedado callada—lo mire y asenti—deberias ir a la fiesta

—no estoy para fiestas, me quedaré contigo

—quiero que vayas—frunci las cejas y negué sentandome mejor—bueno, ve a casa.

—¿Que te pasa?—dije extrañada—yo se que la noticia no era la que esperábamos pero...

—tenemos que hablar—le ví un segundo y su cara fue una total seriedad.

—te escucho

—debemos dejarlo—me tomo un par de segundos asimilar lo que había oído, hasta me hizo gracia pero seguía serio

—¿Que me estás contando Ander? Por supuesto que no te voy a dejar.

—tu no quieres, pero yo si. No quiero ser más tu novio. Te quiero lejos de mi vida—yo sabía que no lo decía enserio, tome aire y guarde la calma pero la mirada de seriedad que tenía me movía un poco. Las palabras si que hieren.

—a ver, vamos a ver. No puedes estar hablando en serio. Lo haces para alejarme y sabes que no lo voy a hacer—miro hacía un costado y apretaba la mandíbula con fuerza—mirame a los ojos y dímelo. Termina conmigo.

Me vio a la cara, sentía las lágrimas querer salir y en sus ojos pude ver lo mismo. Las mismas ganas de llorar se hicieron presente pero las contuvo.

—estoy terminando contigo—no le creia ni un poco, pero la convicción con la que lo hacía me dolía.

—te daré hoy para que descanses y lo pienses. Hablaremos mañana ¿De acuerdo?—me dió la espalda y se recostó, me acerque para dejar un beso en su mejilla—te amo...aunque tú digas lo contrario.

Me levanté de la cama, tome mis cosas y salí de la casa solo despidiéndose de lejos de Azucena qué seguía un poco confundida. No sabía a dónde ir, pero no quería llegar a casa, no lo soportaría.

Parece ser que el pensamiento me lo habían leído, un mensaje entrante a mi celular me hizo tomar la decisión de llamarlo.

—¿Todo fue bien con Ander?—apenas la música me dejaba oír lo que dijo, se escuchaba demasiado alboroto y una buena fiesta.

—me acaba de terminar—pude medio murmurar. Escuché un suspiro y le devolvi otro—¿Siguen en casa de Yeray?

—aqui te espero, creo que necesitas hablar con alguien—asenti aunque no me viera. Comencé a caminar pues la verdad me servía para pensar un poco. A unos metros se oía la música y la gente gritando, por lo que no dude que fuera en aquella casa.

—¿Lena? ¿Que haces aquí?—mire a Nadia y le sonreí un poco.

—vine a buscar a Guzmán—asintio señalando detrás de ella—¿Te vas tan pronto?

—debo llevar estos papeles a la escuela. Te cuento luego—asenti dejándola pasar y caminando entre la gente para encontrar a Guzmán, que estaba junto a Lu a un costado de la alberca.

—hi darling—mire a la chica y le intente sonreír un poco, Guzmán de inmediato se puso de pie y me abrazó fuerte—¿Me perdí de algo?

—volvemos enseguida—dijo Guzmán mientras me tomaba de la mano y comenzabamos a caminar dentro de la casa, encontrando uno de los cuartos dónde tuviéramos algo de privacidad.

—mira yo sé que es por la noticia, pero sigue doliendo...¿Hice algo mal?—nego dándome la mano y suspiré apartando las ganas de llorar—no lo entiendo a veces.

—es el momento. Mañana tendrá la mente más despejada. No pienses que fuiste tú.

—pues eso es lo que me hace creer. Y tal vez tiene razón—nego nuevamente, mire hacía la ventana y suspiré—¿Sabes que? Si él utiliza este día para pensar, yo lo voy a usar para divertirme. No pienso deprimirme en este momento.

Me levanté seguida de él, me tomo de la mano mientras salíamos de nuevo a la fiesta, tome unas cuantas bebidas y se la di una a él y una a mi. Comenzamos a bailar con el resto, nos divertíamos como los adolescentes que éramos, por unas horas fuimos los más felices.

La fiesta ya comenzaba a acabarse, ya estaba cansada, un poco ebria pero estaba tranquila dentro de lo que duraba.

—mucha fiesta para ti por hoy—asenti tomando del brazo a Guzmán, comenzabamos a caminar cuando escuchamos a lo lejos un chapuzón—que loco se le ocurre a esta hora ponerse a nadar.

—debe de tener calor—miramos hacía atrás y solo pude ver cómo la persona se hundía—debe de estar muy borracho—y nos acercamos solo un poco—esa no es...

—¡Karla!—y Polo se metió a la piscina, tomandola como pudo para llevarla a la orilla. La borrachera que traíamos todos se nos bajo en ese momento. Me acerque para ayudarla a sacar mientras que la música se acababa en ese momento.

—¿Que ha pasado?—dije mientras intentaba tomarle el pulso

—le dió una sobredosis—explico Polo mientras la intentaba hacer reaccionar—llamen a una ambulancia.

—no reacciona—vi a Rebe que se quedó estática en ese momento—niña espabila y llama a la puta ambulancia.
Lu le arrebato el teléfono y comenzó a llamar, Polo le daba respiración de boca a boca y Guzmán me apartó un poco para darle espacio.

Cómo dije, la felicidad era efímera. Unas horas nos duro el gusto para volver a la misma mierda de siempre.

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He vuelto. No sé por cuánto, no se cómo pero lo he logrado.
Quedan pocos capítulos babeeeeee

~Mauren

✨LIGHTS ON-ELITE (Ander) ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora