c a p i t u l o 37

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S E L E N E

El hablar con Valerio y sacarlo todo, o al menos la mayoría, me había relajado bastante. Los nervios del juzgado se habían ido, según los abogados todo parecía ir en mi favor.

Regresé a clases, Valerio la mayor parte del tiempo la paso a mi lado y me daba cierta tranquilidad el tenerle cerca. Polo lucía más nervioso y Ander un tanto desconcertado.

—¿Cómo sigues Lena?—le sonreí a Valerio y asentí—anda quita esa carita que el muñeco de Valerio te va a llevar a tu casa

—no hace falta

—no digas más—no me dejo terminar, asentí y caminamos un poco pero Ander llegó a medio camino, un tanto molesto

—¿Podemos hablar?—cada vez que me decía eso, salíamos lo bastante mal como para odiarnos un par de días.

Valerio me sonrió y se alejó un poco, Ander suspiro y negaba viéndome

—¿Ahora que pasa?

—creo que confías en todos menos en mi—me cruce de brazos y suspiré

—Ander no estoy de humor para discutir ¿Si? Hablamos mañana

—para mi siempre es hablar mañana, nunca soy tu prioridad

—¿Que quieres que te diga?

—hoy llegaste tarde, me preocupe por ti. Pensé que lo de Polo te había afectado.

—si, lo hizo, pero ¿Que más puedo hacer? ¿Decirle a Guzmán? Anda, hazlo tu.

—me preocupa tu salud mental, me preocupas tu—no quería lastimarlo, sabía que lo hería pero al menos si las cosas salían mal no lo llevaba conmigo—Lena cuántas veces te he dicho que te amo, no eres mi novia pero quiero que confíes en mí. Soy un tonto celoso y sobreprotector si quieres, pero es que no quiero que nada te pase.

—y yo también te amo, y por eso tengo que alejarte del peligro, yo soy el peligro Ander. Si yo te contara las cosas me dejarías de querer y no quiero que eso pase—sus manos se pusieron en mis mejillas y sin pensarlo sus labios se unieron a los míos. Lo quería, tanto que parecía egoísta o que dolía el quererle. Porque no quería que él me juzgara por lo de mi madre, por lo de Marina, por Guzmán. No lo soportaría.

—no me importa lo que tú creas, nada en este mundo me hará dejarte de amar Lena—susurro cuando se alejó un poco de mi, suspiré y asenti—¿Confías en mí?

—claro que si Ander—murmure y le ví a los ojos

—entonces dime qué te pasa, quiero entenderte, no voy a dejarte sola—cerre los ojos y sentí que me iba a romper a decirle las cosas, que la culpa me comía viva. Las manos me temblaban, la boca la tenía seca y no podía hablar y decirle lo que tenía—dime Lena

—Lena—mire a mis espaldas, escaleras abajo estaba Valerio, y aun más abajo estaba de pie mi padre. Ander me tomo fuerte de las manos al sentir que comencé a temblar

—debo irme—deje a Ander ahí, caminé hasta mi padre, su mirada de seriedad daba miedo. Claramente todos nosotros éramos el centro de atención de los mirones.

—sube al auto—le obedecí entre queriendo y no, aguante las ganas de llorar al sentir las miradas. Mi padre comenzó a conducir de manera seria, sin verme ni nada, así fue al menos todo el camino, donde los mensajes de Valerio y Ander no dejaron de sonar. Al llegar a casa me fui a mi cuarto para no tener que seguir en este ambiente.

—tengo que salir de viaje, Julia estará por aquí y Thalia vendra el siguiente fin de semana. En la tarde iras por el nuevo medicamento—y sin más o menos, se fue sin decir siquiera adios. Mi vida era una reverenda mierda.

Pues tal y como dijo mi padre, tuvimos que salir por el medicamento que era bastante para mi gusto, él para eso de las 7 ya habia salido de viaje y yo tuve que quedarme un par de horas dormida mientras el medicamento hacia efecto. Desperté porque escuche como golpecitos en mi ventana, al principio crei que estaba loca, me levanté bastante adormilada aun, pero luego al escucharlos más veces me encamine a la ventana, notando que Valerio estaba fuera, me sonrió y negué abriendola despacio.

—¿Qué haces aquí?—de forma no tan alta pero alcanzaba a escucharme

—¿No me vas a invitar a pasar?—suspire mientras se encaminaba a la puerta, baje rápido para alcanzarle y al abrir me sonrió contento.—gracias preciosa.

—¿Que haces aquí Valerio?

—estaba preocupado por ti, y luego de lo de hoy no esperes que ande como si nada

—de hecho era lo que esperaba, que pasaras de mi

Negó mientras íbamos a la sala, Julia estaba probablemente en su cuarto, por lo que nadie podría molestarnos. Valerio se quedó al menos por un par de horas, le tuve que decir del medicamento, de los nuevos síntomas y las secuelas que traería esto. No me creía que de verdad Valerio estuviera tan tranquilo y tan en paz conmigo.

Llegada la noche incluso se quedó a cenar, le acompañe hasta la puerta cuando fue hora de irse. Agradecía a estas alturas el tener un amigo. Ya no tenía.

—entonces tuve que correr toda la cancha en pelotas para alcanzar al perro y que me diera el pantalón—termino de contar el ruloso. Había pasado por mi para llevarme a la escuela, Lu no parecía del todo agradarle la idea, a esta chica no le daba gusto con nada.

—ay Valerio Lena no quiere escuchar tus anécdotas, son bobas—rode los ojos y le sonreí al chico por el retrovisor

—me pareció interesante—dije y asintio mientras estacionaba el auto, me ayudó a bajar y me sonrió

—ha llegado la princesa de Francia—escuchamls un carraspeó y nos giramos a ver a Lu molesta aún dentro del auto

—Valerio ¿podemos hablar?—no era bienvenida ahí, me aleje para ir a los salones, ví como Ander y Polo discutían a lo lejos y por lo poco que ví, Polo se veía terrible.

—¿Todo bien?—la cara de Ander estaba roja, negó mientras intentaba relajarse y volver a su color.

—le dije a Polo que le dijera a Guzmán, no podemos cargar su secreto—la respiración se me fue y al tardar tanto en responder Ander me vio con el entrecejo fruncido—¿Piensas que podemos cargar con eso?

—Polo ha pasado por mucho, no esperes que sea así de fácil decirle a Guzmán como quien le quita un dulce a un niño. Estos son problemas serios Ander

—¿Prefieres ocultarlo? Hay un jodido inocente en cárcel.

—bueno si tanto te afecta, pues dile tu

—no puedo creer que estés diciendo esto Lena

—intenta decirlo. Intenta decirle a uno de tus mejores amigos que mataste a su hermana, anda, ve y dilo

Nos vimos un segundo, él parecía muy decidido a ir con Guzmán y decirle. No quería que Polo se hundiera, tenía que decirle algo más.

—no creo que sea tan difícil...

—Polo no la mato, yo fui.

Los pasillos hacían parloteo, la chicharra sonó en ese preciso momento, y solo Ander y yo habíamos sido capaces de escuchar aquellas palabras que habían salido de mi boca. Esto solo se había vuelto más complicado de lo que ya era.

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Ándele, lo que se les viene. Espero poder actualizar cada semana ya que he terminado prácticamente la escuela pero uno nunca sabe. Los adoro y no olviden comentar que creen que pase.

Los/las leo.

~Mauren

✨LIGHTS ON-ELITE (Ander) ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora