El tiempo pasaba rápido pero él simplemente no lo notaba. Los días se habían vuelto más aburridos desde que Doblas había comenzado a faltar a clases de manera repentina. Ni siquiera dejó un aviso o una explicación, tan sólo desapareció, quizá por una o dos semanas, Raúl ya no lo recordaba bien.
El director lo presionaba para contactar a Rubén si es que tenía forma de llamarle o ir a visitarlo, Álvarez se negaba y decía que no tenía idea; extrañaba a Rubén pero no iría jamás a esa casa, no de nuevo.Aunque no negaría que lo intentaba; intentaba enviar mensajes a su teléfono y a veces llamarlo, lo esperaba en la entrada de la escuela si es que decidía aparecer, pero simplemente no estaba. Se preocupaba de que le pasara algo malo, ya que, la última vez que estuvo con su familia no salió para nada bien, y pudo ver lo preocupante que era la vida del castaño dentro de esa casa; le daba miedo que alguna tragedia hubiera ocurrido.
Su padre era como un monstruo gruñendo y arrojando todo lo que veía, incluso dando golpes en sus ataques de ira. Su madre parecía una mujer recta y protectora, aunque más que protectora era estúpida, a su parecer, pues era un mal intento de madre. Rubén era el resultado de soportar años con ese estilo de vida, podía entender lo exhausto que había de estar después de vivir todo eso a diario. Algo en su corazón le gritaba el proteger a Rubén como si fuera un niño pequeño, deseaba poder guardar todos sus problemas en una pequeña caja y arrojarla al mar para asegurarse de que no volvieran a atormentarlo.Anhelaba ver su sonrisa de agradecimiento, y que de sus ojos brotaran lágrimas que no sean de otro sentimiento más que felicidad, y poder secar y sanar las saladas gotas desbordantes con sus labios. Sus sentidos carnales se encendían con la imágen mental y no podía evitarlo, si pudiera tenerlo en brazos haría todo lo posible por no volver a soltarlo o dañarlo de alguna forma. No importaba cuánto quisiera proteger al nórdico, Raúl siempre se sentía protegido y pequeño bajo su yugo.
Debía parar de fantasear, su madre en la cena comenzaba a preocuparse de que su hijo no comiera ni pusiera atención a su plato, el azabache se disculpó rápidamente y empezó a pellizcar su comida. En realidad era difícil comer, sentía sus estómago lleno de sensaciones cálidas, incluso se sintió estúpido por un momento al estar enamorado de una fantasía de su mente, una difícil de cumplir ya que aún no sabía el paradero de la persona con la que tanto soñaba despierto.
Si es que alguien lo estuviera escuchando, en su mente pedía a gritos el que estuviera bien, quizá no a su lado, pero deseaba que estuviera a salvo, luego se las arreglaría para encontrarlo y no soltarlo jamás, incluso si eso lo obligaba a viajar al otro lado del mundo. Siendo jóven, cualquier meta era importante en su vida, y Rubén ya era una meta grande.La cena se vió interrumpida cuando tres golpes llamaron a la puerta de la casa de los Álvarez, sus padres compartieron miradas desconcertadas al no esperar a nadie, Raúl rápidamente se levantó de su asiento diciendo que él iba a atender a la persona, ninguno de los mayores de la casa se negó.
Raúl acudió a la puerta con un «Ya voy» como anuncio antes de abrir, esperaba ver a una tía o incluso un cobratario, incluso esperaba que sea una noticia de su escuela, pero no esperaba ver a Rubén ahí, su respiración se cortó.Doblas traía un buzo maltratado y algo sucio, tenía algunas partes mojadas y con olor a cerveza, en su espalda traía un bulto que parecía no estar tan lleno, sus manos y cuerpo completo temblaban y no sabía si era por nervios o por el fresco de la noche. Rubén no tenía heridas, pero sí habían marcas de líneas secas cayendo de sus ojos señalando que había llorado, y sus labios maltratados y rojos le decían que también se había estado lastimando el labio.
Raúl seguía estupefacto como si tuviera un fantasma enfrente, anhelaba verlo pero al tenerlo de frente no sabía cómo reaccionar.—Yo... ¿Puedo pasar aquí la noche? —preguntó con la voz arrastrada y atropellando sus palabras, estaba encorvado y apenado.
Raúl no respondió al instante, tan sólo se lanzó a darle un abrazo colgándose de su cuello y resguardándose en su cuerpo, Rubén estaba frío y apestaba pero Álvarez no podía evitar sentirse cálido al tenerlo de cerca. Rubén ahogó un sonido de sorpresa mientras tomaba con cuidado la espalda del español y dejaba algunas caricias ahí.
—¿Por qué te fuiste así? —preguntó Raúl algo quebrado, escuchó al más alto titubear.
—Mi madre quería llevarme con ella a Noruega... Y yo escapé —explicó de manera rápida, el azabache se preocupó al escucharlo, sonaba fácil decirlo pero imaginó que no era fácil el vivirlo.
—Quédate aquí, aquí puedo esconderte y cuidarte —ofreció casi como una exigencia, Rubén agradeció internamente y lo demostró un un beso en la cabellera del más pequeño.
Rubén tenía un mal sabor de boca, después de haberle gritado palabras tan hirientes a Raúl la última vez que habló directamente con él, tenía miedo de no saber cómo dirigirse a él al encontrarlo nuevamente, pero el verlo ahí necesitado de su presencia y arrastrándose por su bienestar lo hacía sentir entre culpable y agradecido. Ninguno de los besos en su frente lograban lavar o endulzar ese sabor en su boca.
No sé esperó que Raúl lo jalara dentro de su casa, así evitó seguir en el fresco de la noche y se dirigió al comedor con el resto de la familia de Raúl. Tuvo miedo de ser una mala visita o ser echado como un intruso, pero no pasó pues la sonrisa en la señora de la casa era tan cálida que atacó su corazón.Raúl se encargó de explicarle a su familia sobre la estancia de Rubén, guardando con cuidado esos detalles que podían hacer sentir expuesto al nórdico, y aunque al principio los mayores tenían muecas inseguras, hicieron su mayor esfuerzo por hacer sentir cómodo al amigo de su hijo.
«Esta es tu casa» fueron las palabras que le dijeron, Doblas no pudo evitar soltar lágrimas aún con una sonrisa pintada en el rostro.Raúl aún no podía besarlo pero no descartaría la idea.
Feliz San Valentín. <3
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Allende || Rubiusplay
FanfictionRubén es un chico de preparatoria bastante despistado, por otro lado, Raúl es alguien muy recto. A sus docentes les pareció buena idea juntar esos polos opuestos. »Temas de violencia, insultos.